En 2020, la joven mochilera se había instalado en Capilla del Monte para escribir un libro de sus vivencias. Su familia perdió contacto y semanas más tarde apareció su cuerpo en un descampado. Hoy, su familia sigue buscando al femicida y reclama una vez más justicia.
Aventurera y soñadora, Cecilia Basaldúa era una mochilera que disfrutaba de conectarse con la naturaleza y recorrer diferentes paisajes. Estaba escribiendo un libro sobre los viajes que había hecho cuando desapareció. El 4 de abril de 2020 fue la última vez en que se comunicó con su familia y veinte días después encontraron su cuerpo, violentado y abandonado en un descampado de Capilla del Monte.
La investigación pudo tomar varios rumbos, pero decantó en el más fácil: culpar al obrero que alquilaba caballos en la zona donde encontraron el cuerpo. La fiscal a cargo, Paula Kelm, estaba convencida de que Lucas Bustos era el asesino y descartó cualquier otra hipótesis. Era un blanco fácil, pero no había pruebas suficientes para incriminarlo.
La teoría de la fiscal era que Lucas y Cecilia se habían contactado a través de Facebook. Su hermana negó esa hipótesis, ya que tenía acceso a la red social y comprobó que nunca habían hablado antes, ni se tenían agregados.
De todas formas, lo detuvieron y estuvo preso dos años. Fue el único acusado en el juicio por el femicidio, aunque los Basaldúa creían que él no había participado del crimen y que, con su acusación, buscaban encubrir a los verdaderos asesinos.
El debate se llevó a cabo en 2022, duró tres meses y el jurado popular finalmente resolvió que Bustos era inocente, con lo cual fue absuelto de todos los cargos que pesaban contra él. La actuación de la fiscalía fue altamente cuestionada por la familia de Cecilia, que no quedó conforme con la investigación.
El primer juicio dejó muchos cabos sueltos y un manojo de pruebas sin estudiar, como el audio grabado después de la fiesta a la que acudió Cecilia que incrimina a varias personas, entre ellas, a Mario Mainardi, propietario de la casa donde estaba parando la joven, y a la misma Kelm.
“Por mí hace lo que quieras, la fiscal está con nosotros”, decía el mensaje de voz. “Queremos que lo analice la policía federal, que se sepa de dónde salió, para bien o para mal, pero que se sepa porque menciona nombre y apellido de gente que pudo haber estado involucrada”, expresó el papá en diálogo con TN.
Susana y Daniel, los padres de la joven, además creen que sería fundamental que se realicen nuevas pericias en el lugar del crimen y que citen a los testigos que no pudieron declarar en el anterior proceso. En febrero, ellos habían manifestado altas expectativas por la nueva investigación. Esperaban que este año hubiera novedades respecto a los posibles sospechosos, pero el caso se estancó por varias razones.
A principio de 2023 se designó un fiscal que se había comprometido a llegar hasta lo último. Sin embargo, en agosto se jubiló y desde ese entonces comenzaron a desfilar funcionarios que poco duraron en el puesto.
Incluso, les solicitó una nueva pericia psicológica a ambos, recurso que los enojó: “Ya nos lo habían hecho cuando recién arrancó todo y no logró nada. Eso, una vez más, estigmatiza a la víctima. Sentimos que en vez de avanzar, van para atrás”.
Esta situación indignó tanto a la familia que los llevó a hacer un plebiscito que acumula más de 3000 firmas para traer al presente el caso: “Es aberrante, hacen todo para dilatarlo”. Así fue como lograron pedir una audiencia con el fiscal general de la provincia de Córdoba, Juan Manuel Delgado, y el miércoles se reunirán para presionar por la nueva investigación: “Siempre estamos movilizándonos, con la guardia alta”.
Los padres no solo plantean la responsabilidad de Mainardi, la última persona que vio con vida a Basaldúa y quien tenía sus pertenencias luego de la desaparición, sino también buscan que se investigue a los policías Ramón López y Ariel Zárate, y a Viviana Juárez, la “artesana rasta” que tendió puentes entre la víctima y el dueño de la casa.
Además, volvieron a cuestionar la investigación: “Tomaron pocas muestras en su momento. No tenían ganas de hacerlo, lo hicieron todo a medias. Queremos que esto termine porque sino queda impune. Los que hicieron esto siguen ahí, sueltos, en Capilla del Monte”.
En este proceso, intentarán traer el cuerpo de Cecilia, que permanece en una morgue de Córdoba, a Buenos Aires: “Que tomen las muestras que faltan, pero queremos que esté acá porque sería avanzar para que descanse en paz”.
“Hay muchos casos donde pasan los años y logran condenar al asesino, gente que dejó su vida para eso. Con Cecilia van tres y un poco más, y cuesta todo. Hay mucha impunidad, pero nosotros vamos a seguir adelante aunque quieran frenarnos”, cerró.
Por Agustina Sturla-TN