Cuando Daniel Scioli hizo público el ofrecimiento del ministerio de Turismo y Deporte de la Nación a Maurice Closs, el gobernador y su entorno íntimo creyeron que tocaban el cielo con las manos y comenzaron a visualizar un futuro lejos de Misiones, pero solo en lo físico no en lo económico, porque “Clossilandia” sigue y seguirá funcionado a full. Pareció que su pertenencia a la Renovación fue parte del pasado y no la verdadera razón por la cual el candidato a presidente del FpV le ofrece al esquema político que gobierna Misiones, un espacio en el gabinete nacional.
La elección que realizó la Renovación dejó un sorpresivo resultado, ya que si bien se esperaba un triunfo de Hugo Passalacqua, nadie consideró que se alzaría con la gobernación con una diferencia tan grande sobre el segundo y consiguiendo por primera vez los 75 municipios de la provincia, sobre todo en un contexto muy dificil, ya que Cristina Kirchner está en el final de su mandato y no ha podido controlar situaciones tan sensibles como la inflación y la problemática en que están sumergidas las economías regionales.
A pesar de esto, desde que Daniel Scioli le ofreció a Closs el ministerio de Turismo y Deporte en caso de ser electo presidente, el gobernador empezó a pensar más en Buenos Aires que en la provincia y en irse junto a todo su entorno en vez de participar activamente de la campaña local, priorizando el futuro propio y el de cada uno de sus hombres, anteponiendo lo individual por sobre lo colectivo; lo que hizo que la carrera de Closs por la diputación nacional pareciera una candidatura testimonial.
Este “entorno” de Closs está encabezado por uno de los más cuestionados personajes de la política misionera, Enrique Gross (quien está en la foto junto a Scioli y Closs), vinculado a los más recalcitrantes personajes de los servicios de inteligencia de la dictadura, es además el administrador de los negocios del gobernador y responsable de Marandú Comunicaciones, empresa del estado provincial sospechada de realizar espionaje interno y vinculada a la ex Side.
El segundo del “entorno” es Marcelo Syniuk, Secretario de Legal y Técnica y uno de los hombres de mayor confianza del Gobernador. Es una especie de monje negro y para muchos “el mayor conspirador interno de la Renovación”, ya que se lo reconoce por haber intentado romper la convivencia entre el clossismo y el rovirismo, y ser, entre otros,
impulsor de la candidatura a gobernador de Alex Ziegler.
El tercero es Oscar Bencina, Subsecretario de Prensa de la provincia, es quien negocia las millonarias y discrecionales pautas publicitarias y todos los negocios concernientes a ella.
Este es el triunvirato que Maurice Closs quiere llevar a un futuro gabinete de Scioli, si este llegara a ser electo, pero este “entorno” solo deja claro que prioriza lo individual sobre lo colectivo, evidenciando su particular y egoísta visión de la política, muy diferente a la que tenía cuando lo convocó Carlos Rovira para armar la Renovación.
El empresario que hay en Closs se comió al político y ya no tiene pruritos en disimularlo, quizás Daniel Scioli vio en la política de turismo de la provincia datos positivos, pero lo que genera dudas es si sabe que el gobernador se convirtió en el mayor empresario de ese rubro e hizo de Puerto Iguazú, lugar nacional e internacional de referencia turística, su terruño personal, donde se adueñó de casi todas las cadenas de hoteles y servicios turísticos, convirtiéndola en Clossilandia. A veces da la sensación que Closs se olvida de donde salió y cual es el contexto que lo sostiene.
Como si fuera poco su “entorno” cree que son una élite de una nueva alta sociedad misionera, formada ya no por portación de apellido, sino por haber aprovechado el momento político de un proyecto que lleva 12 años en el poder y sigue ganando elecciones.
El balotaje tiene un final abierto, puede ser para Scioli o para Macri, pero la diferencia de Closs en la defensa de la candidatura presidencial del gobernador bonaerense, se apoya en que al estar en duda su triunfo, Closs reacciona como un chico de 5 años cuando le sacan un juguete, no defiende un proyecto político nacional que según la Renovación benefició de sobremanera a Misiones, sino que su reacción tiene más que ver con sacarle una ambición personal, un escalón más en su prolífica carrera empresarial, quedándose solo con una banca de diputado nacional que en cierta forma lo devuelve al llano.
La Renovación seguramente tendrá un debate interno muy fuerte despues de las elecciones, ese proyecto de construcción politica colectiva, puede ser criticado o no, pero hay que reconocer que por el resultado de las elecciones, los misioneros lo apoyan, y Hugo Passalacqua tiene un enorme desafio, limpiar el gobierno provincial de elementos y de actitudes egoístas, principalmente las relacionadas a lo económico, porque una vez más cabe señalar que el problema de muchos funcionarios de la administración de Closs es que no solo comen caviar, sino que te lo muestran.