El Papa Francisco le admitiría la dimisión, a quien acusan de “administración fraudulenta de las instituciones educativas” diocesanas, “lavado de dinero en el Seminario San Pedro y San Pablo” y “de desviar subsidios para comedores infantiles otorgados por el ministerio de Desarrollo Social”.
El obispo de Zárate-Campana, monseñor Oscar Sarlinga, confirmó en las últimas horas que presentó su renuncia al gobierno pastoral de la diócesis y que el papa Francisco se la aceptará en los próximos días, tras ser sometido a una investigación eclesiástica por malversación de fondos y maltrato al clero, entre otras irregularidades.
El Papa había encomendado al cardenal Mario Poli, la “misión fraternal” de indagar la situación financiero-pastoral de Zárate-Campana.
Según las denuncias, Sarlinga es acusado por sacerdotes y laicos de “administración fraudulenta de las instituciones educativas” diocesanas, “lavado de dinero en el Seminario San Pedro y San Pablo” y “de desviar subsidios para comedores infantiles otorgados por el ministerio de Desarrollo Social”, entre otras cuestiones.
En los escritos enviados a la Santa Sede, los denunciantes también atribuyeron a Sarlinga situaciones de “abuso de poder” y de “comportamiento inapropiado”, además de “ocultar una retención de fondos diocesanos para pagar un arreglo extrajudicial en una causa de abuso sexual que implicó a un sacerdote”.
Entre las denuncias también hay una sentencia firme contra el obispado de Zárate-Campana por el despido sin justificación -bajo expedientes 859/2013 y 2473/2014- de la ex directora de Cáritas diocesana Silvana Bentancourt.