Misiones Para Todos

El pueblo nunca se equivoca y hay que respetar su voluntad

Tras el recuento provisorio de votos, Daniel Scioli se establecía durante las primeras horas de la madrugada del lunes, como vencedor sobre Mauricio Macri, quien sorprendió al posicionarse momentáneamente en primer lugar. Por su parte, Sergio Massa del frente UNA, quedó tercero, no habiendo podido superar el umbral de los 21 puntos, realizando una gran elección.

Dos fueron las sorpresas en ese sentido, que los medios ocupados de la cobertura consensuaron en señalar, y que más tarde los mismos candidatos ratificaron a partir de los discursos que dieron cada uno desde sus respectivos bunkers de campaña. La primera de esas sorpresas vino dada por la temprana victoria parcial de Mauricio Macri, que alrededor de la medianoche se ubicaba primero, secundado por Daniel Scioli. La segunda sorpresa, fruto de la primera, tuvo que ver con la confirmación del balotaje, cuando al promediar el conteo de votos correspondiente a más de la mitad de las urnas escrutadas, la tendencia que lo ubicaba a Macri a menos de 3 puntos del primer lugar, para entonces ya ocupado definitiva aunque ajustadamente por Scioli.

El escenario de balotaje, con un resultado tan ajustado, tomó por sorpresa tanto al oficialismo como a la oposición, a juzgar por las reacciones de sus seguidores observadas en sus respectivos centros de campaña, y mientras que los militantes del Frente para la Victoria empezaron a retirarse después de conocerse los primeros datos con desazón y algunas lágrimas; entre los  macristas, era todo algarabía; haciendo patente que para los seguidores de Scioli el resultado no era el esperado, mientras que en el caso de Cambiemos, pudo oírse a algunos dirigentes del PRO salir muy pronto a confesar que el desembarco en la segunda vuelta por un margen tan ajustado, había superado inclusive sus propias expectativas respecto de la campaña realizada.

Es posible entonces una lectura a partir de este resultado, según la cual la voluntad del electorado se vio reflejada, más allá de las estimaciones y pronósticos de los candidatos y sus equipos; al punto de lavar con lágrimas la soberbia que ensombrecía el rostro de algunos, y de enviar señales de confianza a la menospreciada figura de otros. Esto se vio claramente sobre todo tras confirmarse el batacazo dado por María Eugenia Vidal al derrotar contundentemente a Anibal Fernandez en la disputa por la gobernación de Buenos Aires, con por lo menos un 40% de los votos, sobre 35% obtenidos por el candidato del Frente para la Victoria, dejando al kirchnerismo de ese modo sin uno de sus territorios de mayor influencia.

En tercer lugar se ubicó Sergio Massa, con una performance que fue destacada por los observadores y analistas de los comicios; y quien tras reconocer el balotaje entre el FPV y Cambiemos, dijo en relación al futuro del espacio que conduce, el Frente Renovador: “Nosotros sabemos cuál es nuestro rol”. Con ello, el tigrense anunció la confección de un documento a partir de las bancas e intendencias ganadas que servirá para discutir “programas de gobierno”. “Queremos que por una vez el camino del cambio que necesitamos, lo hagamos no pensando en quien saca ventaja en el corto plazo, sino en el futuro de nuestros hijos”. “Hoy termina una etapa y empieza una nueva en Argentina. Voy a seguir peleando por los 5 millones de ciudadanos que confiaron en nosotros”, dijo.

El ponderable tercer puesto para el jóven candidato y el espacio que lidera, confirmándolo al frente de la segunda fuerza opositora y alianza política del país; lo perfilan como una de las alternativas más viables de cara al futuro próximo, en relación con las negociacones y disputas por el poder que podrían darse de aquí en más, entre el kirchnerismo y el macrismo.