Misiones Para Todos

Desde la propia Comisaría Segunda: la red familiar narco

Seguimientos y escuchas permitieron desenmascarar los vínculos entre un policía y dos detenidos que operaban desde sus celdas. La pesquisa tiene hasta ahora once detenidos

Si bien el caso trascendió a la opinión pública recién el último miércoles con los despliegues que realizaron efectivos de la Gendarmería Nacional (GNA), los presuntos nexos delictivos entre al menos un efectivo de la Seccional Segunda de la capital provincial con dos hombres alojados en esa misma dependencia y que desde sus propias celdas orquestaban una importante red familiar de distribución de estupefacientes era seguida muy de cerca desde varios meses antes por parte de la Fiscalía y el Juzgado Federal de Posadas.

Tanto Luis Enrique Ferreira (27) como Lucas Fabián Melo (21) están sospechados de liderar y organizar una estructura delictiva que contaba con la participación de familiares y amigos que desde viviendas ubicadas en Villa Cabello y el barrio Laurel sostenían un negocio que fue creciendo semana a semana.

Fiestas y beneficios dentro de las celdas de la citada dependencia policial, como así también la posibilidad de salir durante varias horas para vigilar de cerca el negocio, son apenas algunas de las actividades que los pesquisas fueron descubriendo a lo largo de los últimos once meses. Y que según pudo confirmar este matutino con fuentes confiables, se lograron a partir de seguimientos y la intervención a distintas líneas telefónicas a varios de los implicados en el caso.

Así se fueron recolectando indicios que con el tiempo fueron acrecentando la posibilidad concreta de un relación directa entre un pequeño grupo de dealers que operaban en distintos puntos de la ciudad con personas privadas de su libertad. E incluso el nombre de un efectivo de la Policía de Misiones saltó como posible parte en el entramado delictivo.

Si bien quienes estaban a cargo del sensible caso aseguraron que podrían haber continuado un par de semanas más con las investigaciones, la fuerte sospecha de una posible filtración dentro de la fuerza provincial aceleró los allanamientos por parte de la Gendarmería Nacional.

A raíz de esto, desde la noche del martes una gran cantidad de centinelas provenientes de escuadrones de Apóstoles, Bernardo de Irigoyen y San Ignacio, arribaron a la capital provincial. En tanto que a mitad de la madrugada del día siguiente los gendarmes se apostaron frente al histórico edificio policial de la avenida Tambor de Tacuarí y calle Rocamora para iniciar con las labores de rigor.

Múltiples allanamientos

Inmediatamente, integrantes de la cúpula de la Policía de Misiones y del Ministerio de Gobierno se pusieron a disposición y acompañaron los operativos desde afuera. La orden inmediata fue el relevo de los jefes, que pasaron a disponibilidad, y el traslado del personal que allí presta servicios.

Desde la fuerza provincial, y sin justificar el proceder de los efectivos implicados, resaltaron también la dificultad que representa contar en la provincia con una sola unidad penal federal, teniendo en cuenta la proliferación de delitos federales en relación a la cercanía que tiene Misiones con Brasil y Paraguay. Esto genera una superpoblación de detenidos por causas federales en dependencias de la fuerza provincial.

Además de la comisaría, otros quince inmuebles fueron allanados y en total once personas fueron detenidas. Aunque otras tres quedaron supeditadas al expediente.

Durante la intervención se pudo establecer que los detenidos tenían celulares, televisores y playstation. En varios domicilios allanados ese mismo miércoles se incautaron pequeñas cantidades de estupefacientes, balanzas y elementos de corte, en la casa de uno de los apuntados se logró dar con varios panes de marihuana que alcanzan un peso cercano a los ocho kilogramos.

Entre los beneficios que contaban los internos se destacaban el uso de celulares y demás aparatos electrónicos que habían sido ingresados de forma ilegal con la anuencia de los uniformados. También comida, dinero, bebidas alcohólicas y estupefacientes para los demás detenidos.

Entre los apuntados como nexos con los denominados líderes de la banda estaría un sargento primero de la Policía de Misiones identificado como Marcelo Sotelo. El implicado prestaba servicios en la dependencia, aunque también están en la mira de la Justicia el jefe y segundo de la Segunda, Héctor Penzotti (42) y Claudio Rodríguez (42), respectivamente.
En el marco de esta causa, el jueves se hicieron las audiencias indagatorias a todos los implicados en el expediente.

Asados, deliverys y hasta salidas en remís por la ciudad

Uno de los detalles de la pesquisa arrojó que Luis Ferreira (27) dominaba a su antojo todo lo que ocurría en la comisaría y lo ostentaba en las llamadas telefónicas que recibían de otros penales a su teléfonos. Incluso se jactaba de ser el dueño del lugar.

Allí recibía a uno de sus soldados una vez por semana, siempre cuando estaba de guardia el sargento Sotelo. Esta persona generalmente iba los martes para -se cree- recibir las órdenes y rendir cuentas.

El seguimiento sobre este actor hizo que se llegue a los dos narcos principales.

También se reconstruyó que asados -que se hacían en el playón-, delivery de cualquier cosa, bebidas alcohólicas y drogas eran ingresadas con el previo pago de la coima, que se negociaba con el efectivo implicado. Las cifras se negocian según el tamaño del favor, pero se habla que los números llegaron al millón de pesos.

Se conoció además que existía un denominado “viernes de party”, lo que significaba que iba a ingresar un pote de helado con un doble fondo cargado con cocaína. Sin embargo, la fiesta no solamente se llevaba a cabo tras las rejas.

Los pesquisas pudieron confirmar que los internos salieron -solos o juntos- nueve veces, aunque se cree que fueron más. Todo está registrado mediante cámaras de seguridad luego de la colaboración de la línea 911.

La rutina indica que abandonaban la comisaría entre las 21 y 22 y volvían cerca de las 4.

Slían “de joda” por la Costanera posadeña y recorrían la ciudad con un remisero de confianza. Incluso las fuentes añadieron que una vez tuvieron que buscar a Ferreira porque se pasó de copas y no volvió.

Vendía droga desde un BMW

El denominado organizador de la banda, Luis Ferreira (27), actualmente purga una condena de cuatro años de prisión por tenencia de estupefacientes con fines de comercialización. Todo esto por haber sido detenido en 2019 en un operativo de la Policía de Misiones.

Ferreira aceptó su culpabilidad en junio de este año y acordó dicha pena mediante un juicio abreviado hecho en el Tribunal Oral Federal de Posadas.

El joven había sido detenido el 24 de noviembre de 2019 sobre la calle Fermín Fierro 730 de la capital provincial cuando junto a un conocido aguardaban clientes dentro de un BMW azul. Tras el llamado de vecinos una patrulla del comando intervino y detectó que dentro del coche había un ladrillo de marihuana y una balanza de precisión.