La actriz desembarcó con una historia subida de tono a la plataforma de audio, en la que interpreta a una mujer que sueña con explorar su sexualidad.
El 13 de julio, la actriz Demi Moore estrenó su ficción en formato podcast que se transmite en Spority, Apple Podcasts y otras plataformas de audio. La artista es la protagonista de una nueva serie erótica titulada “Dirty Diana”. Los episodios se lanzan todos los lunes, hasta el 17 de agosto.
La estadounidense, además de participar como productora ejecutiva, le da voz al personaje principal: Diana. La protagonista es una mujer atrapada en un matrimonio que no mantiene relaciones sexuales y cuyo escape es grabar las fantasías de otras personas, como parte de un proyecto secreto que se irá develando a lo largo de seis episodios.
Además, actúan Melanie Griffith, Lena Dunham y Lili Taylor. La historia busca demostrar un punto especialmente interesante en contexto pandémico: que el sexo no necesariamente tiene que ser visual.
La directora Shana Feste escribió este ciclo inspirado en su matrimonio, separación y reconciliación con el productor de cine Brian Kavanaugh-Jones, quien hoy es su pareja.
En una entrevista para la revista Vogue, Moorey reveló que hay una conexión con su personaje. “Yo también he tenido dos lados de mí misma”, confesó la actriz. Y confesó: “Uno de ellos parece mostrarme con confianza, pero cuando hice cosas en las que me tuve que vestir y sentir sexy, siempre sentí una extraña incomodidad”.
Dirty Diana retrata el deseo desde un punto de vista feminista. “Si queremos un balance, si queremos igualdad, entonces tenemos que crearla. Ya fue suficiente con que ‘los hombres son más físicos y las mujeres más emocionales’, la realidad es que todos somos ambas”, puntualizó la actriz de 57 años. Y añadió: “Hemos sido categorizadas por nuestro atractivo en función de la fertilidad, pero nuestro deseo no está limitado a nuestros años fértiles, tenemos que entenderlo”.
En cuanto al formato, dijo que “lo bueno de que solo sea en audio es que es como hacer algo con tus ojos cerrados”. “Había cierta seguridad que hizo que todo sea más íntimo. No se sintió esa vulnerabilidad de estar expuesta físicamente”, afirmó Moore