Los barbijos de uso médico son indispensables para quienes están en la primera línea de batalla contra el COVID-19. A inicios de abril, el personal de diversos hospitales de Buenos Aires presentó al menos 27 amparos judiciales ante la falta de equipos de protección, como los tapabocas, para prevenir el contagio del nuevo coronavirus. Pese a ser un implemento crucial para proteger a los trabajadores de salud, el gobierno de la capital porteña ha tenido una gestión cuestionable en la adquisición de barbijos en plena pandemia.
Entre el 30 marzo y el 5 de junio, la Ciudad de Buenos Aires autorizó al menos ocho compras de mascarillas médicas –que están formadas como mínimo por tres capas de tela, permiten respirar con facilidad y son de un solo uso, según la Organización Mundial de la Salud– con precios muy diferentes pese a tener las mismas características. En total, se destinó US$11.087.224 por 15.170.000 de estos tapabocas, pero dos de los proveedores, a quienes se les había adjudicado de forma directa más de US$6,2 millones, no pudieron entregarlos a tiempo y sus contratos fueron rescindidos.
El Programa Lupa, que integra PERFIL, analizó estas ocho contrataciones y halló que el mismo tipo de barbijo fue adquirido por un precio unitario de entre US$0,46 y US$1,60. Las compras fueron realizadas en pesos, con un rango de entre ARS 30,24 y ARS 108.
Las compañías contratadas son de diversos rubros, desde informática hasta insumos médicos. Los precios más altos corresponden a empresas intermediarias que no fabrican el insumo. Algunas de ellas nunca habían comercializado barbijos, según explicaron, y lo hicieron para “reinventarse” ante la caída de ventas de sus productos o servicios originales. Todas fueron convocadas de manera directa por los funcionarios a cargo de las compras o por “intermediarios” que oficiaron como nexos entre el Estado y las compañías, informaron en las empresas consultadas.
Respecto a los diferentes montos pagados por un mismo tipo de producto, el Ministerio de Salud de la Ciudad de Buenos Aires respondió que al inicio de la pandemia había mucha dificultad para conseguir precios de referencia frente a la alta demanda de estos insumos. Además, las fábricas no se comprometían a la entrega y el mercado argentino no estaba preparado para semejante demanda, por lo que “fue necesario acudir a empresas intermediarias” que podían proveer de estos equipos de protección.
Subibaja de precios
Dimex y Norinco (China North Industries Corporation) fueron los proveedores más económicos para la Ciudad de Buenos Aires. El primero es una marca fabricada en el país y el segundo es una empresa china que importa varios insumos de su país.
El 6 de abril, el gobierno porteño le compró a Dimex 3.400.000 barbijos a US$0,52 (ARS 35) cada uno, mientras que los tapabocas chinos de Norinco costaron US$0,46 (ARS 40,24) la unidad. En el caso de la empresa china, se adquirieron 5.000.000 por un total US$2.300.319, de acuerdo a la resolución del 31 de marzo que publicó El Observatorio del Derecho de la Ciudad, una organización social independiente que viene advirtiendo sobre las diferencias de precios de los barbijos.
Hasta el momento, el barbijo tricapa más costoso fue el adquirido a Grupo DVU SAS, una empresa del rubro de la construcción, que ofertó US$1,60 (ARS 108) la unidad. Se le adjudicaron 210.000 mascarillas tricapa mediante dos compras directas en abril y junio. El Programa Lupa y PERFIL intentaron contactarse con la compañía, pero esta no tiene página web y no publica sus teléfonos en guía.
También se contrataron a tres compañías con otra modalidad de adquisición: la compra directa y abierta. El 13 de mayo se contrató a Storing Insumos Médicos para proveer 175.000 barbijos tricapa a US$0,70 la unidad (ARS 49,97); es decir, a la mitad del valor que se pagó a Grupo DVU SAS. Lo mismo sucedió con la empresa Ultraline a la que se le adjudicó la compra de 325.000 barbijos tricapa a US$0,74 (ARS 52,09) durante el mismo período.
Licicom, una empresa de limpieza según su inscripción comercial, fue la tercera firma a la que se contrató a través de una compra directa y abierta. En este caso, la adquisición fue realizada el 7 de abril por el Consejo de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes, que contrató 60.000 barbijos a US$0,89 (ARS 59,87).
Finalmente, la compra a Licicom fue dada de baja por el organismo. Por casi el mismo precio (US$0,90), la secretaría de Transporte y Obra Pública de la Ciudad adquirió el 6 de abril, de forma directa, 9.600 barbijos macizos, un tipo de mascarilla filtrante, que, de acuerdo a la resolución oficial, tiene “95% de eficiencia en la filtración”, por lo que se trata de un barbijo más complejo y más costoso que la mascarilla tricapa. Sin embargo, se contrataron a casi el mismo valor.
No están claros cuáles han sido son los criterios para decidir la modalidad de adquisición de las mascarillas tricapa. La compra directa es aquella en la que el organismo convoca a una o varias empresas a ofertar por un producto y lo adquiere,si cumple con los requisitos. En cambio, en la compra directa y abierta, la empresa es adjudicada con la compra pero sólo entrega y cobra el producto si la Ciudad lo necesita. Además, debe tener en stock el insumo adquirido para entregarlo cuando la Ciudad lo solicite, dentro de un plazo que ronda los 90 días. El proveedor no percibe adelanto y cobra después de la entrega. Si la Ciudad de Buenos Aires no solicita el producto, el proveedor no cobra y vencidos los 90 días dispone de los barbijos para otros clientes.
En el Ministerio de Salud de la Ciudad informaron que para abastecer el sistema sanitario correctamente se debieron hacer compras internacionales, directas o a través de organismos de cooperación internacional según la mejor opción disponible al momento.
Compras directas y abiertas.
Storing Insumos Médicos es una empresa de insumos para diálisis. Esta fue su primera compra directa y abierta con la Ciudad, explicaron ante la consulta del Programa Lupa y PERFIL. Actuaron como una empresa intermediaria, pues importaron los barbijos de China.
“El precio final que se oferta a la Ciudad incluye entre un 20% y un 30% más del precio de costo del barbijo”, declararon. Es decir que el barbijo tricapa que vendieron a casi US$0,70 la unidad, la empresa lo adquirió entre US$0,49 y US$0,56.
“Fue un mal negocio porque no sabíamos que iban a tardar tanto en pedirnos la entrega”, sostienen en la compañía. “Nos adjudicaron la compra en mayo, y los barbijos los tenemos acá y estamos esperando que la Ciudad nos informe cuándo tenemos que entregarlos. No nos pagaron adelantado. Se factura 15 días después de la entrega del producto y se cobra después. Pueden pasar unos 90 días hasta cobrar la factura”, indicaron.
“Actualmente, el Ministerio de Salud realiza envíos periódicos de barbijos tricapa a todos los hospitales públicos de manera tal que siempre estén correctamente abastecidos, teniendo en cuenta la demanda particular de cada uno. Aún ante el consumo creciente de estos insumos, el stock actual con el que cuenta la Ciudad es considerado suficiente para los meses siguientes”, respondió la cartera de Salud de Buenos Aires.
Dos compras directas que salieron mal
Hubo dos compras directas por un total de US$6.258.642, más de la mitad del monto destinado a barbijos tricapa, que debieron ser rescindidas, informó el gobierno porteño. Detrás de estas adquisiciones frustradas están las empresas de informática E-ZAY y Amicibro.
El 30 de marzo, la Ciudad adjudicó a E-ZAY de forma directa la adquisición de 5.000.000 de barbijos tricapa a US$1,02 la unidad (ARS 68). El contrato total equivalía a más de US$5,1 millones. El 2 de abril transfirió a la compañía un adelanto de US$2.441.353 (ARS 162.350.000), pero los insumos no fueron entregados en tiempo y forma. La transacción terminó en una causa judicial por presunto fraude que investiga el fiscal Maximiliano Vence.
La compañía denunció en otro expediente a su propio proveedor por supuesta estafa, ya que le acusa de haber sido el responsable de la falta de entrega del insumo. E-ZAY informó que entregó alrededor de 2.500.000 de barbijos tricapa, que cubre el monto abonado como adelanto por parte de Ciudad.
En el caso de Amicibro, esta había ganado la compulsa de precios ofreciendo cada barbijo tricapa a US$1,15 (ARS 77). El contrato era por US$1.152.004. La cartera de Salud explicó que rescindió la compra que le adjudicó el 3 de abril porque el proveedor, que debía entregar 1.000.000 de barbijos tricapa, “no podía cumplir con los plazos acordados en la orden de compra”. En este caso no pagaron por adelantado.
Amicibro no publica sus números telefónicos, no figura en guía y hasta el cierre de esta edición no respondió nuestra consulta vía e-mail.
Frente a estas contrataciones poco auspiciosas hechas por el gobierno porteño, el Ministerio de Salud de la Ciudad explica de forma general cuáles han sido las variables tomadas en cuenta para elegir a los oferentes de los barbijos. Se menciona, por ejemplo, que el insumo ofertado cumpla con los requerimientos técnicos, que esté aprobado por la ANMAT (la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica) y que tenga trazabilidad (lote de fabricación, fecha). En cuanto al oferente se indica que debe reunir los requisitos que lo cataloguen como apto para ser contratado por el Estado, como, por ejemplo, que esté inscripto como contribuyente de IVA e ingresos brutos y que tenga un objeto social que le permita comercializar esos bienes.
Estos requisitos, admiten, favorecen que el Estado contrate a empresas intermediarias que muchas veces encarecen los costos del insumo. “En ocasiones, las empresas optan por no comercializar directamente sus insumos, y hacerlo a través de droguerías o firmas creadas a tal efecto”, respondió la cartera sobre los intermediarios. Sin embargo, las compras de emergencia también han demostrado criterios oficiales poco claros a la hora de decidir quiénes son ganadores o perdedores en la venta de barbijos.
Licitaciones desiertas
El primer caso de COVID-19 en Argentina fue registrado en Buenos Aires el 3 de marzo. A fines de ese mes, la Ciudad realizó al menos tres licitaciones para barbijos tricapa que debieron declararse desiertas debido, según informó la cartera de Salud, a la falta de oferentes u “ofertas inconvenientes” para las arcas públicas.
De acuerdo a los pliegos publicados en el sitio oficial Buenos Aires Compras, el 27 de marzo se presentaron dos empresas con ofertas de US$1,12 (ARS 75) y US$1,42 (ARS 94,80) la unidad. “Se aconseja declarar fracasada la presente licitación por no presentar ofertas admisibles de acuerdo a la Ley de Contrataciones de la Ciudad”.
En otros casos se habían fijado precios. El 3 de abril se abrió una compra directa por 1.000.000 de barbijos tricapa a US$0,44 (ARS 35) y el 13 de abril, cuando la Ciudad subió el precio a US$0,53 (ARS 40) la unidad. En ninguna de las dos oportunidades hubo ofertas.
Este reportaje forma parte del Programa Lupa, liderado por la plataforma digital colaborativa Salud con Lupa, con el apoyo del Centro Internacional para Periodistas (ICFJ).
Por Emilia Delfino – Perfil