Ambos protagonizaron un escándalo: la cerealera, con el descalabro financiero; el agente de medios, por una causa de acoso que produjo una crisis en la firma.
A Vicentin y a Marcelo Altuna, CEO de la agencia de comunicación Personally, los une más que el vínculo comercial profundizado luego de que la cerealera entrara en una crisis de imagen tras un enorme default y la posibilidad de ser expropiada por el Estado. Son las decisiones equivocadas las que los hicieron forjar un destino similar y una caída ruidosa.
El 8 de marzo es una fecha fatal para el relacionista público y publicista que generó un escándalo que ensució los más de 30 años de historia de la agencia: fue señalado en redes sociales ese día de 2018 por exempleadas de la empresa por acoso sexual y maltratos. El testimonio de quien trabajó como su asistente durante una década fue contundente. Se le sumaron varios empleados, incluso varones, quienes –según denuncias– sufrieron el temperamento agresivo del CEO. “Los veía llorando en los rincones y trataba de contenerlos”, buscó defender la situación Alicia Von der Wettern, la dueña de la agencia, en una entrevista con Luis Novaresio en Infobae en el momento más álgido del escándalo. Se lo corrió apenas unas semanas y luego volvió al mando.
El puente entre Vicentin y la firma que conduce Altuna se construye: ambas llegaron al proceso de convocatoria de acreedores. La agroexportadora defaulteó, luego de entrar en un círculo vicioso de fuerte inversión a partir del crédito y de un desmanejo financiero que dejó a 2.600 acreedores a la deriva. Fue la tercera generación de la agroexportadora, con los hermano Nardelli a la cabeza, la que terminó implosionando una gigante que durante 90 años fue saludable y no amagaba con la mínima chance de llegar a la cesación de pagos de 1.400 millones de dólares actual. Si bien explicaron que el contexto de devaluación y tasas le fue determinante, eso sirvió más para excusarse al ritmo macrista del “pasaron cosas” que para asumir la responsabilidad directa.
Altuna también terminó cargando con el peso de la crisis que derivó en el régimen concursal que reveló la revista Imagen. Es que tras el escándalo de denuncias por acoso en redes sociales hubo una sangría de clientes que fueron abandonando la firma, sobre todo por tratar de no quedar salpicados o terminar avalando indirectamente al CEO.
La agencia maneja cuentas de gran prestigio como Nike, Starbucks, Bunge, IBM, Procter & Gamble, Acindar, Pepsi, Roche, Musimundo, La Nación, Cablevisión, Jaguar, Asociación Empresaria Argentina, Fibertel o Burger King. Al menos así figura en la web de Personally. Lo cierto es que muchos clientes se corrieron luego del escándalo, como Dow, IBM, General Electric, Arcor, Mastellone, Newsan o Tetra Pak según consigna Imagen. Vicentin y sus firmas Friar y Estrella se quedaron en la agencia. Incluso el propio Sergio Nardelli deriva en Altuna cuando se lo consultó desde los medios por la crisis.
La fuga de clientes y los pasivos previos al escándalo mandaron a la firma a acomodarse jurídicamente con sus acreedores. Fue un efecto dominó que Vicentin, una de sus principales clientes, conoce como nadie. Pero el broche que los termina amalgamando es la falta de confianza generada: a Vicentin nadie le quiere comprar un grano después del default, una confianza rota en poco tiempo tras 90 años de construirla; a la firma de Altuna también le termina siendo esquiva aquella confianza lograda en 30 años de comunicación.
Fuente: LetraP