Misiones Para Todos

Quién es Federico Thea, el ghostwriter de Alberto Fernández

Es el cerebro y coautor del libro recién estrenado del Presidente. También es la pluma y secretario de Axel Kicillof. Pintadas en José C. Paz.  

El primer lunes de agosto fue un día agotador para Alberto Fernández. Se levantó en la Quinta de Olivos con los primeros rayos de luz, y para cuando el reloj marcó las doce de la noche seguía despierto y más que atento a su celular. En ese estado continuaría hasta que casi a las tres de la mañana Martín Guzmán le notificó que habían llegado a un acuerdo por la deuda. En esas 24 horas, quizás las más importantes en lo que va de su gobierno, Fernández también se tomó un rato para otra llamada importante. Fue en la primera mañana, cuando manoteó su teléfono para hablar con Federico Thea. “Fede, sale hoy”, le dijo al secretario de Legal y Técnica de Axel Kicillof, sobre el libro que silenciosamente vienen armando desde hace casi dos años. El “ghostwriter” presidencial agradeció el aviso y le deseó suerte al mandatario con su jornada extra large.

Para el fin de aquel día ambos tendrían motivos para festejar.

Es que el 3 de agosto Editorial Sudamericana publicó un adelanto de “La Justicia acusada”, el libro que escribieron Fernández, Thea y también Mauro Benente, y que incluye capítulos de distintos especialistas del Derecho, como Carlos “Chino” Zannini. Thea se ocupó de darle forma a todo en nombre de Alberto. El texto se propone ser una “radiografía de la crisis” de la Justicia, y sale con un timing que es la envidia de cualquier empresario del mundo editorial: se presentó a tan solo cinco días de que el Presidente anunciara su proyecto de la reforma judicial. Éxito asegurado.

Conurbano. Thea está molesto. Dice que es tarde, que se tiene que ir y que lo están esperando. El 2003 está entrando en su recta final y allá a lo lejos se adivina un país mejor, pero en lo profundo de José C. Paz, uno de los distritos más pobres de la Provincia, las promesas de un futuro más estable siempre tardan en llegar. La actual pluma legal del gobernador bonaerense tiene 20 años y su carrera todavía no arrancó: por ahora es un joven paceño más, hijo de una familia de trabajadores y con fama barrial de buen pie futbolero, que se hace unos necesarios pesos de más pintando paredes con el nombre del entonces candidato del peronismo a las elecciones. Pero aquella noche el tiempo se pasa volando y Thea insiste con que sus padres lo esperan para cenar. El resto de su grupo, entre los que está quien hoy es diputado del Frente de Todos, Nicolás Rodríguez Saá, se ríe e inventa una travesura adolescente: le vacían un cubo de pintura encima suyo. Thea igual cumple con el mandato familiar y se retira a su hogar, con la ropa empapada.

Pasaron casi dos décadas de aquella picardía, pero el hombre mantiene la misma fama de estricto. A los 37 años –la misma edad que Guzmán– se convirtió en el secretario de Legal y Técnica más joven de la historia de la Provincia. Es el equivalente bonaerense a Vilma Ibarra, aunque en el caso de Buenos Aires esa cartera también absorbe las tareas administrativas que en Nación lleva la Secretaría General, y no hay un papel que lleve la firma de Kicillof que no pase por sus ojos. Comparten despachos en el mismo piso de la Gobernación, y se ven todos los días. Ambos son viejos conocidos.

Kicillof lo sumó a su equipo cuando asumió como ministro de Economía durante la última presidencia de CFK. Hasta aquel momento, Thea trabajaba como abogado en YPF y cuando el entonces gobierno la intervino pasó a estar bajo la órbita de Economía. Ahí se ganó la confianza del ministro, y fue uno de los funcionarios que lo acompañó en las largas negociaciones con los fondos buitre y el Club de París.

A clase. A fines de 2018 Kicillof le contó a Thea que había alguien a quien quería que conociera. Era, como él, un abogado graduado en la UBA y también daba clases de Derecho: Alberto Fernández.

El actual secretario bonaerense, durante los años en el llano del macrismo, que coincidieron con el nacimiento de su primer hijo –ahora espera el segundo junto a su esposa escribana–, había encontrado refugio en su patria chica: con un extenso currículum académico encima, que incluye una maestría en Londres, se había convertido en el rector de la Universidad de José C. Paz, donde sigue dictando una materia en la carrera de Derecho.

No era el único que hoy integra el gabinete de Kicillof que pasó como docente por los pagos del intendente Mario Ishii: los ministros Pablo López y Javier Rodríguez, la ministra Agustina Vila, el presidente y el vice de la Fundación Bapro, Juan Cuattromo y Alejandro Alegretti, y el asesor Santiago Pérez Teruel fueron docentes o autoridades, y el ministro Daniel Gollán y su segundo, Nicolás Kreplak, y la ministra Jésica Rey dieron seminarios en aquella universidad.

Por esta afinidad académica Kicillof le propuso a Thea que se reuniera con Alberto Fernández. El ex jefe de Gabinete se había amigado hacía menos de un año con CFK, y menos tiempo había pasado desde que había dejado a un lado sus históricas diferencias con Kicillof, pero ya empezaban a asomarse las primeras migas. A fines de 2018, Fernández fue a la universidad a dar una charla junto a Thea: en aquel entonces nadie podía suponer que para fines del año siguiente uno sería Presidente y el otro funcionario bonaerense. El actual mandatario llegó más temprano de lo previsto a José C. Paz, y mantuvo una larga conversación con Thea. Se ve que la afinidad fue tal que cuando terminó el encuentro Fernández le comentó que estaba planeando un libro sobre su mirada de la Justicia, y que le vendría bien una mano. El rector aceptó, se puso a escribir su capítulo, buscar a otros autores, corregirlos y darles un sentido, editarlos y establecer el diálogo con la editorial. El resto es historia.

Por Juan Luis González – Revista Noticias