Subida a la guerra frontal contra el Gobierno, calienta la interna propia y adelanta la pelea electoral. Quiere jugar en la Ciudad, territorio de Larreta.
Patricia Bullrich tiene un plan y no descansará hasta ser candidata, bendecida por Mauricio Macri y también, imagina, con el aval a regañadientes de Horacio Rodríguez Larreta. Se posiciona entre el lote de aspirantes que pelearán por la Jefatura de Gobierno en 2023, pero su equipo la alienta a disputar la elección presidencial, sueño que confesó abiertamente. La presidenta del PRO fue la cara visible de la marcha opositora del 17A, que en los papeles no contaba con el aliento explícito de Juntos por el Cambio (JxC), pero sus principales figuras salieron a capitalizarla sin tapujos, incluido el propio expresidente.
La exministra de Seguridad recorrerá los medios de comunicación y fatigará la agenda pública para volver al Congreso en 2021. No lo dice, pero lo siente y, en privado, lo avisa: quiere ser la primera candidata a diputada nacional por el oficialismo en la Ciudad. Faltan meses para la definición de candidaturas, pero el negocio de Bullrich es adelantar el escenario electoral. Su aspiración se cumplirá solo mediante una negociación con Rodríguez Larreta, jefe administrativo y político del pago chico PRO, que busca exactamente lo contrario: congelar la disputa electoral –al menos públicamente- para no lesionar el vínculo que trazó con Alberto Fernández y Axel Kicillof para la gestión de la pandemia por coronavirus.
Esa rebeldía lleva a Bullrich a confrontar semana a semana con Rodríguez Larreta, que sabe que la jefa PRO busca volver al Congreso como trampolín para disputar el sillón porteño en 2023. Sus fricciones también tienen un capítulo que se cocina al calor de la interna por la sucesión de la Ciudad, para la cual Rodríguez Larreta promociona a su jefe de Gabinete, Felipe Miguel, y no reniega del senador Martín Lousteau.
De todas formas, nunca será un cruce público y ya aclararon sus diferencias en un encuentro privado, como contó Letra P. Esa tregua fue simbólica porque ese cortocircuito, en algún punto, también lo es. El esquema es redituable para ambos: Bullrich consolida y concentra en su figura el voto duro PRO al hacer oposición sin concesiones al Gobierno, mientras Rodríguez Larreta no se mete en la disputa con el Frente de Todos (FdT) y recorre el camino dialoguista para ensanchar las fronteras de la coalición opositora.
Para el jefe de Gobierno, la ofensiva contra el oficialismo está en agenda recién para 2021, en plena temporada electoral. Bullrich transita ese andarivel desde el 11 de diciembre de 2019.
Por eso, Rodríguez Larreta trata de frenar los intentos de Bullrich de adelantar la disputa electoral. El jefe de Gobierno intentó convencerla de no movilizar y hasta le sugirió que no vaya a la concentración. Fue en vano. También, con el flyer macrista bendiciendo la convocatoria se pulverizó el preacuerdo de que el PRO no hiciera ninguna invitación a la marcha. La comunicación oficial del partido corrió con el aval de Macri y de su hombre más cercano en el partido, el secretario de Medios del PRO, Fernando De Andreis.
En la manifestación del lunes hubo infinidad de consignas, pero el hilo conductor fue un rechazo general al Gobierno motorizado por la oposición que tiene voto y voz en el Congreso. Rodríguez Larreta, antes de llamarse a silencio, sostuvo que no existía una convocatoria partidaria, pero la presencia de Bullrich, Hernán Lombardi y los diputados de la Coalición Cívica enterró ese postulado en un santiamén. Desde Suiza, Macri recogió el guante y comunicó en sus redes sociales que sentía “orgullo” por la manifestación. En privado, durante la videoconferencia de JxC de este martes, subrayó que la marcha “interpela” a toda la oposición y que la alianza macrista “tiene que representar a esa gente”.
Macri también se anota entre los opositores que promueve el adelantamiento de la disputa electoral. Tiene como principal socia a Bullrich, que acepta gustosa ese rol. En tono celebratorio, la exministra de la Alianza fue de las más enfáticas al informar en la videoconferencia de este martes sobre la jornada de protesta. La exgobernadora María Eugenia Vidal no emitió palabra y Rodríguez Larreta no participó porque, a esa hora, compartía un Facebook Live con el secretario de Transporte, Juan José Méndez, a propósito de la obligatoriedad de uso del telepeaje en autopistas porteñas.
Por Gonzalo Palese – Letra P