Brazo ejecutor de Tapia, usa a Massa como puente con el Gobierno, que no lo quiere. Zamora y el imperio santiagueño. Ascenso, enemigos y escándalos.
Claudio Tapia consolidó su poder con las categorías del ascenso y para ello fue vital el rol de una persona: Pablo Toviggino, secretario ejecutivo de la presidencia de la AFA. Es su mano derecha, les marca la cancha a los disidentes, es amigo del gobernador de Santiago del Estero, Gerardo Zamora, y tiene como interlocutor en el Gobierno a Sergio Massa, a pesar de que el presidente no lo quiere.
La primera vez que su nombre sonó fue en la previa del 38-38 de las elecciones de 2015, cuando Ceferino Sosa, exmiembro de la Liga de San Luis, lo denunció en Comodoro Py, donde lo acusó de ofrecer dinero a nueve asambleístas a cambio de que votaran por Luis Segura, cuyo armador en la sombras era Alberto Fernandez. La causa no prosperó.
En ese momento, Toviggino era vicepresidente del Consejo Federal, que nuclea a 220 ligas y más de 3.500 clubes, algo que otorga poder sobre un territorio “que ni la Iglesia católica llega a manejar”, como grafica un dirigente. Segura desplazó de ese lugar a Roberto Fernández, un dirigente marplatense que apoyaba a Marcelo Tinelli, puso en su lugar al sanjuanino Alfredo Derito y, por presión de Ascenso Unido, ubicó a Toviggino como segundo. Quien se lo había presentado al expresidente de Argentinos Juniors fue Carlos Ahumada Kurtz, empresario argentino que gerenció y dejó con enormes deudas a Talleres de Córdoba y a dos clubes de San Luis. Ahumada vivió mucho años en México, donde estuvo preso tres años por cobrar dinero del PRI para pagar coimas y desde donde piden su extradición en una causa por evasión de impuestos.
En 2016, cuando la FIFA intervino el fútbol argentino, fue uno de los cuatro miembros del Comité de Regularización. El gobierno de Mauricio Macri presiónó para ubicar a Armando Perez como presidente y a Javier Medin, exabogado de SOCMA, como vice, mientras la Conmbeol impulsó a Carolina Cristinziano como secretaria. Primo Corvaro, el enviado de la FIFA, quería al frente a Fernando Mitjans, presidente del tribunal de Disciplina de la AFA y esposo de la ministra de Justicia, Marcela Losardo, pero este no aceptó. Le ofreció la Tesorería al exjuez Damian Dupiellet, que presidió brevemente la AFA cuando renunció Segura, pero se bajó y sugirió a Toviggino. Dupiellet renunció al juzgado laboral N°1 de Morón en 2018 para evitar el jury de enjuiciamiento iniciado por el tiempo en que se ausentó de su trabajo mientras era dirigente.
En enero de 2017, Toviggino denunció ante la FIFA que el Comité de Regularización no estaba cumpliendo con sus objetivos. Dos meses después, Tapia ganó las elecciones y lo designó secretario ejecutivo de la Presidencia y a cargo del Consejo Federal. Junto al entonces vicepresidente de Nueva Chicago, Daniel Ferreiro, que oficiaba como su vocero, eran las dos espadas políticas del yerno de Hugo Moyano.
Con la llegada del Frente de Todos, la situación cambió con respecto a Cambiemos, ya que, si bien Tapia y Toviggino son peronistas, en la Casa Rosada no tienen alta estima por ellos. Primero, porque el Presidente es amigo de Segura, que considera que el tándem lo traicionó; segundo, porque Alberto Fernandez les dijo que todo lo referido al fútbol lo hablaran con Matias Lammens, ministro de Turismo y Deporte. Pero Toviggino, sobre todo, tiene como interlocutor a Massa, hoy interesado en que Tigre pueda pelear por un ascenso. Si bien dejan que el tigrense haga su juego, en el Gobierno tomaron nota de la desobediencia de la AFA. Por eso, no sorprendió que el día en que se anunció la vuelta del fútbol Chiqui fuera con Victor Blanco, de buena llega a Máximo Kirchner y al propio Massa.
Toviggino nació a fines de la década del ´70 en Rosario, pero a los pocos años se mudó a Santiago del Estero. Dueño de campos, en 2015 inauguró Establecimiento Hípico, un centro de equitación a diez kilómetros de la capital donde entrenan sus hijos. Es común que realice posteos en su cuenta de Twitter con fotos de ellos compitiendo.
Fue vicepresidente de Comercio Central Unidos, un club pequeño, y de ahí saltó a la presidencia de la Liga de Santiago gracias al apoyo de Zamora y de su hermano Daniel, actual diputado provincial. La provincia se convirtió en un polo para el deporte motor, con la fecha del Moto GP internacional, el TC y el Super TC 2000 en Termas de Río Hondo, pero en los últimos años Toviggino los convenció de apostar a ser una plaza futbolera.
En 2019, ascendió a Primera Central Córdoba, cuyo presidente es José Felix Alfano, titular del Consejo Provincial de Vialidad, mientras que el otro equipo fuerte es Mitre, que juega el Nacional, liderado por Guillermo Raed, vicepresidente tercero de la AFA y dueño de la empresa de bebidas Secco. Las dos camisetas portan como sponsor principal el logo de la provincia.
Sin embargo, el golpe lo dieron en 2018, cuando el gobernador y Tapia presentaron el proyecto del estadio Único Madre de Ciudades que aseguran está terminado y, de acuerdo a lo que publicó el diario La Nación, costó alrededor de 1.500 millones de pesos. El premio es que fue confirmado como una de las sedes para la Copa América que se hará el año que viene.
La finalización de los campeonatos le abrió un frente en el torneo Nacional con Roberto Sagra, presidente de San Martín de Tucumán, a quien denunció ante el tribunal de Disciplina. El tucumano, que fue a la justicia internacional por su lugar en Primera, aseguró que fue absuelto, pero que la AFA no publica el fallo por presión de Toviggino. También demandó, pero en la justicia federal, a Miguel Licht, juez del Tribunal de Fiscal de la Nación e hincha de Atlanta, que elaboró un documento que justificaba el ascenso de su equipo y del Ciruja. Tapia y Toviggino se reunieron con Gregorio Dalbón, abogado de Licht, pidieron disculpas y evitaron la contraofensiva del magistrado. Con Sagra la relación esta rota, sobre todo luego de que se filtrara un chat de la mesa del Nacional en donde Toviggino decía que los ascensos se juegan en la cancha, criticaba a sus pares por hablar en los medios y los tildaba de “carneros”.
Maneja un perfil bajo que no quita que varios dirigentes sugieran que es él quien maneja el día a día de la AFA y que incluso toma decisiones sin consultar a Tapia, que además es vicepresidente de la Ceamse. Al margen de esto, es tal la confianza que se tienen, que Toviggino fue quien redactó y convenció a Chiqui de firmar la carta con la que la AFA se quejó ante la Conmebol por el arbitraje en la semifinal entre Argentina y Brasil en la Copa América de 2019. A Tapia le costó su lugar en el Consejo de la FIFA y varios miles de dólares por los gastos de representación. En 2016, cuando Tapia fue reelecto en Barracas Central, Toviggino fue designado vicepresidente a pesar de no haber sido nunca dirigente del club.
En los últimos años, fue noticia por distintas denuncias, sobre todo mediáticas. Alejandro Fantino lo acusó de ser testaferro del hermano del gobernador Zamora y el programa “ADN” de C5N lo sindicó como parte de una banda que usurpaba campos para ingresar droga al país. Este año, un informe del programa de Jorge Lanata afirmaba que Tapia gastó 1.200.000 dólares en vuelos privados durante 2019 y que en algunos viajaron Toviggino y distintas modelos. Más allá del impacto, ninguna tuvo su correlato judicial, todavía. Sí se presentó él, pero como querellante, en la causa que lleva el juez Alejo Ramos Padilla por espionaje ilegal, ya que figura en la lista de los pinchados.
Mientras se espera la vuelta de la Copa Libertadores y eventualmente de los torneos locales, hay otros partidos que siguen jugándose y, si hay un jugador que por ahora Tapia quiere seguir teniendo en el equipo, ese es Toviggino.
Por Federico Yañez – Letra P