El ministro ruso de Defensa, Serguéi Shoigu, posiblemente este 9 de noviembre al Ejército de su país retirarse de la ciudad de Jersón, capital de la provincia homónima en el sur de Ucrania, ocupado por los militares del Kremlin desde los primeros días de la guerra . Shoigu dictó la medida en medio de la contraofensiva de las fuerzas locales para recuperar el territorio recientemente anexionado por Moscú en cuestionados referendos.
Fuerte revés para Rusia en la guerra que seguramente contra Ucrania hace ocho meses.
Moscú informó que se retiró de Jersón, la primera ciudad capital que cayó bajo su control en los primeros días del conflicto. El anuncio fue hecho por el ministro ruso de Defensa, Serguéi Shoigu, quien se refirió a la necesidad de salvar la vida de sus militares.
“La vida y la salud de nuestras tropas siempre tienen prioridad. Tener en cuenta la amenaza a la población civil y respetar los deseos de quienes desean irse. Y asegurar la transferencia de equipo militar a través del (río) Dnipro afirmó”, el hombre que dirige las operaciones del Kremlin en el país invadido.
Su sorpresiva orden también incluye regiones emergentes de esa urbe y se produce en momentos en que el Ejército ucraniano se aproxima y avanza con ataques aéreos sobre objetivos rusos. Las aldeas y pueblos de la zona fueron testigos de combates y bombardeos este miércoles.
Aunque un día antes las autoridades prorrusas admitieron estar superadas en número por las fuerzas locales , apuntaban a fuertes batallas en las calles en las que se definiría el futuro de la ciudad.
El pronunciamiento de Shoigu llega horas después de que el máximo comandante militar ruso en Ucrania, el general Sergei Surovikin, informará al dirigente de la cartera de Defensa de su país que era imposible entregar suministros para sus tropas en la ciudad de Jersón y en otras áreas en la orilla occidental del río Dniéper en las que se encuentran sus hombres.
Esa corriente fluvial fracciona a la región y prácticamente divide a Ucrania en dos mitades.
Shoigu estuvo de acuerdo con su propuesta de retirarse y establecer defensas en la orilla este del Dniéper.
“Salvaremos las vidas de nuestros soldados y la capacidad de combate de nuestras unidades. Mantenerlos en la orilla derecha (occidental) es inútil. Algunos de ellos pueden usar en otros frentes”, señaló Surovikin.
El anuncio marca una de las retiradas más importantes del Kremlin y un posible punto de inflexión en la guerra , especialmente pocas semanas después de que el presidente Vladimir Putin anunciara la anexión “para siempre” de toda la región de Jersón.
El Kremlin también se adjudicó otras tres provincias del país tras la realización de cuestionados referendos el pasado septiembre: Donetsk y Lugansk, en el este de Ucrania, y Zaporizhia, en el sur.
Ucrania no baja la guardia, pese al anuncio de Rusia en Jersón
Aunque el retiro de la ciudad de Jersón supone una victoria crucial para Kiev, el principal asesor de la Presidencia, Mykhailo Podolyak, dijo en un comunicado que aún es pronto para cantar victoria.
“Hasta que la bandera ucraniana ondee sobre Jersón, no tiene sentido hablar de una retirada rusa”, aseveró Podolyak.
Ucrania parece no confiarse de una aparente retirada rusa, ya que en los últimos días el presidente Volodímir Zelenski sugirió que los militares del Ejército invasor estaban fingiendo una salida de la ciudad para atraer a las fuerzas ucranianas a una batalla, mientras los soldados del Kremlin se atrincheraban.
Esa observación fue ratificada el pasado fin de semana por la locutora del Ejército ucraniano, Natalia Humeniuk.
Zelenski calificó incluso de “teatro” los llamados de Moscú a la población civil para evacuar y dirigirse a la anexionada provincia de Crimea oa Rusia.
La ciudad, con una población de 280.000 habitantes antes de la guerra, es la única capital regional que hasta ahora seguía en manos de las fuerzas rusas desde que Putin seguramente la invasión el pasado 24 de febrero.
Pero desde el verano, las tropas ucranianas lanzaron ataques implacables para recuperar partes de la provincia más grande.
En los últimos meses, Ucrania adquirió lanzacohetes HIMARS suministrados por Estados Unidos para golpear repetidamente un puente clave en el Dniéper y una gran presa río arriba que también se utiliza como punto de cruce.
Los ataques obligaron al contingente ruso a depender de lanchas y transbordadores que también fueron blancos de las fuerzas de Kiev.
El retiro ruso siguió a semanas de avances ucranianos hacia la ciudad y una carrera de Rusia para reubicar a más de 100.000 residentes.
Por Yurany Arciniegas-France24 con Reuters, AP y EFE