La actriz volvió a referirse al romance que su entonces pareja mantuvo con su colega y que terminó precipitando su divorcio en 1995
os tres son parte de la realeza del mundo del espectáculo británico. Llenos de talento, con carreras intachables y un futuro sin techo, Emma Thompson, Kenneth Branagh y Helena Bonham Carter suelen ser noticia por sus buenas actuaciones, su tendencia a seguir aceptando desafíos y sus decisiones estéticas. Sin embargo, también se convirtieron hace más de dos décadas en los protagonistas de un triángulo escandaloso que sigue dando de qué hablar.
Este jueves, en una entrevista publicada por The New Yorker, Thompson se refirió una vez más al romance que su exesposo, Branagh, mantuvo con quien era su amiga, Bronhan Carter, en 1995; un affaire que terminó precipitando su divorcio. En el artículo, la actriz recuerda que se enamoró de su colega en el set de Fortunes of Wars, cuando en un descanso entre toma y toma, él intentó hacerla reír cantando con su falsete. La reacción no fue la esperada, pero de todos modos, rindió sus frutos: “Me eché a llorar porque sonaba exactamente como mi padre”.
Las similitudes entre Branagh y su padre no se agotaban en su capacidad para entonar. Los dos estaban inmersos en lo que la actriz llama “una nuez difícil de abrir”. Ese misterio fue como un imán para ella, pero también le generaba ciertas dudas: “Éramos como dos langostas que se aparean, chocando sus garras”, graficó el período de dos años en los que su colega se dispuso a cortejarla.
Cuando al fin decidió darle una chance, descubrió que sus dudas no eran infundadas: una a una fue descubriendo sus infidelidades. Pero el amor era más fuerte y, de todos modos, decidió aceptar su propuesta de matrimonio. El mismo año en el que pasaron por el altar, 1989, Branagh fue nominado a los premios Oscar como actor y director por su versión cinematográfica de Enrique V. El rey de la actuación extendía su dominio al nuevo mundo y la atención recaía más que nunca sobre él y su consorte: “Estaba avergonzado en gran medida por la versión que brindaba la prensa de nuestro matrimonio. No nos presentamos como glamorosos de ninguna manera. No creo que quisiéramos ser una pareja poderosa, y ciertamente, no nos gustaba. También nos satirizaron y ridiculizaron, como a cualquier famoso que cobra demasiado; pero para nosotros no fue para nada divertido”, rememoró la actriz.
Mientras Thompsom filmaba Sensatez y sentimientos, en 1995, atravesaba una de las peores crisis de su existencia. Su matrimonio se había derrumbado hacía dos años, pero aún no lo habían hecho público. El motivo de la ruptura era demoledor: Branagh había iniciado una relación con una de las estrellas de su película Frankenstein: Helena Bonham Carter, una vieja amiga de ambos. “Me sentí humillada. Estaba completamente ciega frente al hecho de que él tenía relaciones con otras mujeres en el set”, dijo. Y agregó: “Lo que aprendí fue lo fácil que es ser cegado por tu propio deseo de engañarte a ti mismo”.
“Estaba medio viva y medio muerta. Cualquier sensación de ser una persona adorable o digna se había ido por completo”, reveló. El encargado de “recoger las piezas y volverlas a armar” fue el actor Greg Wise, quien interpretó a John Willoughby en Sensatez y sentimientos. La pareja de actores se mantiene unida desde hace 27 años.
Emma y Greg se casaron en 2003 y tienen dos hijos, Gaia, de 22 años, y Tindyebwa, un exniño de Ruanda a quien adoptaron cuando tenía 16 años.
Hace diez años, Thompson declaraba a la publicación The Sunday Times: “Los perdoné tanto a Kenneth como a Helena. Tuve tanta práctica llorando que luego llegó el momento de salir, mostrarme feliz y juntar los pedazos de mi corazón y ponerlos en un cajón. Ya pasó mucha agua bajo el puente, no podés quedarte con el rencor, no tiene sentido y no tengo energía para eso. Helena y yo ya hicimos las paces y pienso que es una mujer extraordinaria”.
Sobre su vínculo con el amor de su vida, Emma explicó: “A Greg le gusta la vida hogareña, hacer cosas en la casa, eso lo equilibra con su trabajo. Siempre estamos ahí el uno para el otro. Nos acompañamos en nuestros deseos y necesidades y, cuando algo no funciona en la relación, estamos muy atentos, listos para solucionar cualquier problema que tengamos. Mi familia es el eje de mi vida, lo más importante que tengo”.