Roberto García Moritán confesó que paga sueldos que están solamente un 20% por arriba del mínimo.
La polarización de la política argentina en los últimos años generó que surjan nuevas voces más alejadas de una práctica profesional y del estilo académico de la representación popular, como fue habitual tanto tiempo, y que se presenten elementos más “outsiders” y con un perfil despolitizado, el cual suelen explotar los espacios libertarios.
Es por eso que personajes como el marido de Pampita, también conocido como Roberto García Moritán, ganaron un nuevo protagonismo. En el caso del empresario gastronómico, en la última elección se incorporó a la Legislatura Porteña, lugar al que accedió desde las listas de Juntos por el Cambio. Aunque no dejó de lado su actividad laboral previa, ya que todavía mantiene sus inversiones y negocios establecidos previamente a su salto a la actividad pública.
También su discurso se adecúa al rol de empresario que lleva adelante, ya que es uno de los principales detractores de las políticas sociales y uno de los defensores del gastado relato de que en la Argentina hay personas que “no quieren laburar” y que son “todos vagos” por culpa de los planes.
Aunque la participación que tuvo ayer en el programa Opinión Pública que conduce Romina Manguel por Canal 9, abrió muchas dudas respecto a la coherencia de sus posturas de volver a poner de pie al país tras años de saqueo peronista y de piqueteros cortando calles.
Allí el empresario fue interrogado por el sueldo que paga en sus restaurantes, y lo forzó a confesar una cifra que no se parece en nada a la idea que difunde de una Argentina pujante y trabajadora. “No sé, puede estar en el orden de los 70 u 80 mil pesos más la propina. Depende el cargo, estoy hablando de un sueldo con el que se empieza”, reconoció Moritán.
El panelista Jairo Straccia, quien le había hecho la pregunta, salió a explicar luego de esa respuesta que esa cifra está cerca de la mitad de lo que es la canasta básica que mide el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC). Y es que justamente el marido de la modelo argentina venía reclamando acerca de la pobreza del nivel salarial en el país, cuando afirmaba que “Argentina cada año está peor, y la verdad es que hoy por hoy ni siquiera dos sueldos básicos te alcanzan a la canasta básica”.
El Salario Mínimo, Vital y Móvil, según lo estableció el ministro de Trabajo, Claudio Omar Moroni, a fines de agosto, se encuentra en los 57.900 pesos. Esto significa que el sueldo inicial que paga Moritán en sus restaurantes por más de ocho horas de trabajo está solamente un 20 por ciento arriba de ese número.
Y eso no es nada comparándolo con los “planeros” que tanto critica, ya que un plan social de Potenciar Trabaja se encuentra en los 27.275 pesos, lo que significa que juntando tres ya se supera al pequeño sueldo que paga el legislador.
¿Cuál es la dignidad que puede tener un empleado que con el sueldo que gana por trabajar todos los días no llega a cubrir los 128.214 pesos que el INDEC definió como la Canasta Básica Alimentaria (CBA)? Es una pregunta que tendría que hacerse Moritán, siempre tan acostumbrado a quejarse de lo que considera que está mal frente a la cámaras, pero al mismo tiempo lejos de defender el sueldo de sus empleados.
Eso sin analizar otro elemento de fondo que se esconde en sus declaraciones, que la propina no es salario. Esto no es un capricho de un sector, sino que se encuentra dentro del Convenio Colectivo de Trabajo (CCT) 125/1990 y el artículo 11.11 del CCT 389/2004, donde se establece que los empleadores tienen prohibido contemplar como parte del ingreso la propina, ya que es un acto de liberalidad del cliente y no un elemento de la negociación salarial entre ambas partes.
Aunque al mismo tiempo la jurisprudencia establecida al respecto define que si el empresario no impidió que se cobre propina, estas deben tomarse como parte del sueldo, aunque también deberán ser tenidas en cuenta para el aguinaldo, las vacaciones y las indemnizaciones.
Según detalla el estudio jurídico Vilaplana, en caso de no poder demostrarse el monto de propinas, se presumirá que significan un 20% de la remuneración, lo que colocaría el sueldo de Moritán en 84 mil pesos. Un poquito más de lo que se puede interpretar como miserable, pero bastante menos de lo que el bolsillo considera aceptable.