Los militares desconfían de Francia, con quien Brasil comparte frontera a través de la Guyana Francesa. En 2020, las Fuerzas Armadas proyectaron un conflicto.
En medio de la centralidad internacional adquirida por la reciente gira internacional, Lula propuso que la próxima Cumbre del Clima se realice en Brasil, más precisamente en la Amazonia. Es un cambio drástico en relación al posicionamiento de Brasil en ese tema.
La idea tuvo el apoyo de todas las potencias occidentales, sobre todo de Francia, donde Emmanuel Macron puso énfasis en la alegría de “recuperar esa sociedad con Brasil”. Pero esta posición internacional le puede traer dolores cabezas en el plano interno a Lula con las Fuerzas Armadas.
Los militares brasileños consideran que el debate sobre el Amazonas es un problema doméstica y rechazan de plano cualquier tipo de injerencia internacional.
Esto se vio con claridad en el informe de las Fuerzas Armadas de julio de 2020 en donde hablara de “La nueva Política Nacional de Defensa” también conocido como “Libro Blanco de Defensa” que se renueva cada cuatro años y expresó un giro en la política de seguridad exterior de Brasil, y señaló: “No se pude dejar de considerar tensiones y crisis en el entorno estratégico, con posibles desdoblamientos para Brasil, de modo que el país podrá verse motivado a contribuir a la solución de eventuales controversias o a defender sus intereses”.
No se pude dejar de considerar tensiones y crisis en el entorno estratégico, con posibles desdoblamientos para Brasil, de modo que el país podrá verse motivado a contribuir a la solución de eventuales controversias o a defender sus intereses
En el análisis militar se incluye “la demanda de recursos naturales tales como agua dulce, alimentos, fuentes de biodiversidad y combustible, probablemente, implique injerencias controversias para la defensa brasileña -teniendo en cuenta que Brasil es propietario del 60% del Amazonas, uno de los territorios con más reserva de agua dulce y biodiversidad del mundo”.
Por primera vez en mucho tiempo, el informe militar plantea hipótesis de conflicto, pero en ese entonces todas las miradas estuvieron puestas en Venezuela y la relación del régimen de Nicolás Maduro con Rusia y China. Está claro que a Brasil no le gusta esa presencia extranjera cerca de su frontera pero la principal preocupación no es esa sino Francia. El país galo tiene una externa frontera con la Amazonía brasileña a través de la Guyana Francesa, un enclave que depende de París.
El rechazo de la propuesta de Macron de implementar un fondo de emergencia del G7 fue por razones militares, no por la falta de respeto de Bolsonaro a la primera dama francesa. Con Lula de nuevo en el poder, Macron fue uno de los más entusiastas en celebrar la derrota de Bolsonaro y, en Egipto, de respaldar que Brasil sea la sede de la COP. Brasil cuenta con un territorio de aproximadamente 8,5 millones de km2 y más de 17.000 km de frontera terrestre compartida con 10 países.
Ellos creen que hay un complot mundial para internacionalizar la Amazonia. Con Francia liderando ese proceso, todavía más, por tener frontera con Brasil
“Lula va a tener que tener mucho cuidado, mucho más si el apoyo viene de Francia. Eso va a generar ruido”, reconoció una fuente de acceso privilegiado a los comandantes. “Ellos creen que hay un complot mundial para internacionalizar la Amazonia. Con Francia liderando ese proceso, todavía más, por tener frontera con Brasil”, agrega.
La relación es mala, las Fuerzas Armadas defienden las protestas a los cuarteles y fueron ambiguos con la denuncia de fraude. Como anticipó LPO, todavía no hay una interlocución fuerte con los comandantes que esperan la designación de un ministro de Defensa de su agrado.
Por eso, riesgo para Lula es pagar el costo de una alineamiento internacional con un aumento de la desconfianza de los militares que pueda complicar la convivencia y la gobernabilidad.
Por Augusto Taglioni-LPO