La creciente complejidad y la naturaleza global de los desafíos del crimen transnacional organizado exige una visión más integral y soluciones más sofisticadas, sobre todo en regiones como América Latina. Ante este escenario surgió el Comité Latinoamericano de Seguridad Interior (CLASI), una iniciativa lanzada junto al Programa de Asistencia Contra el Crimen Transnacional Organizado (PAcCTO) -programa de cooperación de la UE para fortalecer la lucha contra la criminalidad organizada en América Latina- a efectos de coordinar acciones para hacer frente a los problemas de seguridad de la región.
¿Qué es?
El Comité Latinoamericano de Seguridad Interior (CLASI) fue creado el 2 de marzo de 2022 en Bruselas (Bélgica) a través de la firma de siete Estados latinoamericanos de la “Declaración de Creación del Comité Latinoamericano de Seguridad Interior” e inspirado en la experiencia europea del COSI (Comité Permanente de Cooperación Operacional en Materia de Seguridad Interior). Se presenta como una instancia de diálogo político y técnico entre responsables de políticas de seguridad de los países latinoamericanos con el objetivo de definir conjuntamente estrategias y articular políticas públicas contra el crimen transnacional organizado.
Así, se espera que el CLASI, como su homólogo europeo, garantice una cooperación operativa eficaz en materia de seguridad interior de la región, concretamente respecto de la actuación policial, el control fronterizo y la cooperación judicial en materia penal, pero centrado en crímenes que trascienden las fronteras de cada uno de los Estados miembros, y evaluar la orientación general y la eficacia de la coordinación operativa.
¿Quiénes lo conforman?
En un principio el CLASI contaba con los siete miembros firmantes originales (Argentina, Bolivia, Ecuador, Costa Rica, El Salvador, Panamá y República Dominicana). Luego se sumaron cuatro Estados más (Chile, México, Paraguay y Uruguay) y el Perú se encuentra en proceso de incorporación.
Este Comité reúne a ministros y ministras de seguridad de los Estados miembros que se proponen definir prioridades basadas en el intercambio de información criminal, a través de planes de acción operativos que permitan alcanzar resultados más eficaces para la región, optimizando los recursos.
¿Cómo es su estructura y funcionamiento?
El CLASI posee una presidencia pro-tempore anual, que en la actualidad, la primera de ellas, es ocupada por la Argentina y va rotando por orden alfabético entre los restantes miembros.
Al encontrarse en un proceso de formación, el PAcCTO se encuentra acompañando este proceso hasta que esta entidad funcione de forma autónoma. Expertos europeos y latinoamericanos han contribuido a la elaboración de un reglamento interno aprobado por los países de América Latina. El PAcCTO, a su vez, apoyó al CLASI en la definición de los planes de trabajo y se compartirán buenas prácticas para la definición de prioridades, estrategias y políticas.
En su primera “Cumbre ministerial del Comité Latinoamericano de Seguridad Interior” realizada los días 7 y 8 de noviembre de 2022, los miembros adoptaron los Planes de Acción Operativos (PAO) para el combate del narcotráfico, la trata de personas y de armas como así también los delitos contra el ambiente bajo una perspectiva económica del crimen trasnacional, con énfasis en la ciberseguridad.
Cooperación como respuesta
Los delitos más comunes en América Latina actualmente son el narcotráfico, la trata de personas y de migrantes, los delitos medioambientales, el cibercrimen, el tráfico der armas o el lavado de activos. Han sido identificados por el IDEAL (Instrumento de Evaluación de la Amenaza en Latinoamérica), instrumento del PAcCTO que define periódicamente las principales amenazas en América Latina.
El IDEAL tiene su homólogo europeo, el SOCTA, y los ciclos de seguridad EMPACT que marcan las prioridades y los ejes de acción contra el crimen en los Estados Miembros de la Unión.
Con el nacimiento del Comité Latinoamericano de Seguridad Interior, la Unión Europea dispondrá de un interlocutor único y organizado en una forma semejante a la suya para facilitar el diálogo birregional en temas de seguridad.
En ese sentido los ministros de Europa y Latinoamérica firmaron una primera declaración en donde se creó un Grupo de Trabajo Operacional (GTO) Birregional destinado a la lucha contra el narcotráfico, la que se realizó el 19 de octubre pasado en la Ciudad de Buenos Aires.
Con el objetivo de organizar actividades conjuntas a nivel operativo para enfrentar el tráfico de drogas entre ambas regiones, se espera que el GTO birregional fortalezca las estructuras (los programas, las instituciones e iniciativas existentes) y desarrollar la cooperación operativa birregional en la lucha contra el narcotráfico.
Particularidades de la región
A la problemática conjunta debe agregarse la particularidad de cada país. Por ejemplo, por la ubicación geográfica de Bolivia y la cantidad de kilómetros de frontera con cinco países es imprescindible la coordinación para evitar que grupos transnacionales cometan delitos al interior de las fronteras y luego se refugien en segundos o terceros países.
La ubicación estratégica que tiene República Dominicana en el mar Caribe, en los últimos años la ha hecho objeto de las redes de narcotráfico y de tráfico de seres humanos, con la penetración de armas irregulares de todo tipo y calibre que acompañan los cargamentos de droga y que no regresan a Sudamérica de donde provienen, sino que se quedan en el país. Los 376 kilómetros de frontera que comparte con Haití son parte del problema.
Por su parte la zona conocida como “Triple Frontera”, que abarca una superficie de unos 2.500 Km2, con una población aproximada de 485.000 personas y comprende principalmente las ciudades de Foz de Iguazú (Brasil), Ciudad del Este (Paraguay) y Puerto Iguazú (Argentina), es un lugar geográficamente estratégico y aectado por su alta vulnerabilidad a la inseguridad, especialmente prácticas ilícitas, terrorismo y contrabando, agravado por la diferencia social entre la población de los tres Estados. Las dinámicas del crimen transnacional organizado que se presentan en esta región constituyen una amenaza para la seguridad de Latinoamérica toda, no solo por las actividades delictivas convencionales: tráfico de armas, trata de personas, narcotráfico, etc., sino porque debilitan y repercuten en los flujos comerciales establecidos en la región.
Así, en busca de las mismas respuestas a los mismos delitos, Argentina, Bolivia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Panamá y República Dominicana, Chile, México, Paraguay, Perú y Uruguay deberán aunar fuerzas pero teniendo en cuenta las realidades de cada uno de sus territorios, por lo cual se espera que el CLASI tenga un alto grado de adaptabilidad y velocidad de respuesta ante estas situaciones dispares y particulares de cada miembro.