Los tres imputados declararon y buscaron con sus coartadas desvincularse del caso caratulado como “homicidio calificado por el concurso premeditado de dos o más personas”, que prevé prisión perpetua como condena. El juicio tendrá sentencia el 12 próximo.
A pocos días que se cumplan nueve años del femicidio de Marina Da Silva, joven de 19 años que fue hallada en un pozo de agua de Nemesio Parma con la cabeza rota a golpes, se inició ayer ante el Tribunal Penal 2 de esta capital el juicio oral a los tres acusados (el cuarto falleció durante el proceso) Franco Jesús Ramos (28), Juan Ángel Portal (37) y Daniel Alejandro Da Silva (34), todos bajo la misma imputación: “homicidio calificado por el concurso premeditado de dos o más personas”, comprendida en el artículo 80, inciso 6 del Código Penal Argentino y que prevé pena de prisión perpetua.
A las 8.45, el presidente del tribunal César Antonio Yaya y los vocales Viviana Gladis Cukla (subrogante) y Gregorio Augusto Busse iniciaron la audiencia en la sala de debates de calle San Martín (entre 25 de Mayo y 3 de Febrero). El debate pautado hasta el 12 de diciembre tiene 30 testigos citados, de los cuales ayer declararon tres, peritos en el expediente 58.132/2016.
Tras la lectura formal del auto de elevación a juicio de la fiscal de Instrucción 6 (por subrogación) Patricia Clérici, los tres acusados mencionados decidieron declarar y dar su versión de lo sucedido entre el 21 y 31 de diciembre de 2013 en el paraje Nemesio Parma y que tuvo como víctima a Marina Da Silva, pero también aceptaron responder al interrogatorio del fiscal del TP-2, Vladimir Glinka y los defensores respectivos.
La primera jornada se extendió hasta las 13.30 y se ventilaron detalles del homicidio de Da Silva. Para la acusación en la etapa de instrucción de la causa la muerte fue por traumatismo de cráneo, doble, en el costado izquierdo de la frente y abarcó hasta el parietal, como también un golpe sobre el pabellón auricular derecho con fractura estrellada.
Estas dos lesiones, la primera necesitó de más fuerza que la segunda pero ambas fueron determinantes para el óbito, se ratificaron con la autopsia del Cuerpo Médico Forense en la Morgue de Posadas y luego del hallazgo del cadáver alertado por un grupo de adolescentes a la policía en una perforación de agua a 2,70 metros de profundidad el 31 de diciembre de 2013.
El cuerpo estaba atado con un cable de electricidad en los tobillos y las manos sujetadas al abdomen con la cinta o correa del bolso que contenía una piedra. El cable correspondía a un prolongador propiedad de Franco Ramos que lo utilizaba para encender un equipo de música portátil y que lo trasladaba habitualmente en el bolso mencionado al que le colocaron el peso con la presunta intención que no flotara la víctima.
Marina fue masacrada a golpes y se estima que murió el mismo día que fue vista por última vez con vida por su madre, el 21 de diciembre, diez días antes de ser hallada en el pozo de Campo Bauer en Nemesio Parma.
Ese sábado 21 de diciembre, según el expediente, se realizó una fiesta de cumpleaños, el de uno de los tres acusados: “Juancho” Portal. Este olero de oficio, al igual que los restantes encartados, habría entablado una relación sentimental con Marina Da Silva sin que Franco Ramos (pareja y con quien tenía una beba de un año y medio entonces) lo supiera o al menos lo admitiera como sospecha.
La fiesta de cumpleaños se habría iniciado en la vivienda de Omar Rito Ramírez conocido en la zona como “Taty” y también elaborador de ladrillos y peón rural. Y en este inmueble de Campo Bauer las evidencias apuntan a que Marina fue atacada, masacrada a golpes y tirada al pozo.
En el caso de Ramos, fue detenido el 2 de junio de este año nuevamente. Peritos de la Secretaría de Apoyo para las Investigaciones Complejas (SAIC) e investigadores de la Dirección Homicidios de la Policía ubicaron el teléfono celular de la taxista Claudia Elizabeth Benítez (32), asesinada y también arrojada a un pozo de Parma pocos días antes y determinaron que fue vendido o reducido por el acusado formalmente del femicidio de Da Silva desde 20216.
“Sí, voy a declarar”, respondió ayer al presidente del Tribunal, César Yaya y su coartada apuntó a que el 21 de diciembre de 2013 la llevó a Marina desde la vivienda que compartían en Campo Bauer hacia la casa de su suegra en el barrio Cruz del Sur en el mismo paraje Parma. “A las 2 y 10 (de la tarde) máximo llegamos pero la mamá de Marina, María Cristina, no estaba. A las 3.30 me fui a jugar al fútbol y volví y me quedé a dormir en la casa de ella”.
obre la ausencia de Marina a partir de ese momento, Ramos manifestó: “Ella tenía ese hábito, costumbre de salir dos o tres días con sus amigas. A las 7.30 me desperté y me fui a mi casa con mi hija. Al mediodía volví a Cruz del Sur porque ella no aparecía y no se comunicó, no había escrito ningún mensaje”.
Aseguró que se enojó con su suegra: “Le dije que era irresponsable porque la hija siempre se iba de joda y a veces ella también la acompañaba.Ella salía también con las primas de la chacra 101, salían de joda”.
Relató además que molesto se fue con sus padres a Apóstoles después de esa discusión a pasar Navidad y que el 25 de diciembre un familiar le dijo que regresara y denunciara la desaparición. “El 26 fui a la comisaría Séptima (Villa Cabello) a denunciar que Marina no había vuelto”.
“Después me fui por el barrio Cruz del Sur a recorrer con mi cuñada a buscarla”. Esta búsqueda duró 40 minutos, admitió. “Seguí trabajando varios días hasta que me detuvieron”, agregó pero insistió en su mala relación con la víctima fatal: “Varias veces estuvimos separados, varios desencuentros y discusiones pero nunca golpes. No me gustaba que saliera de joda, yo tenía hábitos más tranquilos”.
Relación con “Juancho”
Indagado por el fiscal Glinka, Ramos reconoció que tenía sospechas de encuentros sentimentales de Marina con Juan Portal. Admitió conocerlo a “Juancho” y que su pareja “jodía con él, nunca pude constatar si andaban de verdad juntos”. De todas maneras lo definió como “un tipo medio prepotente, pesado y cuatrero según decían los vecinos”.
También negó Ramos un vínculo de amistad suyo con Rito Ramírez: “Sólo el saludo y respeto y con los otros dos (Portal y “Pili” Da Silva) no me juntaba nunca, eran muchachos más grandes”.
Sobre el equipo de música fue consultado por el juez Busse: “El 21 de diciembre ese equipo estaba en mi casa”.
“Tuve una relación con Marina”
Juan Portal tiene 37 años y también decidió declarar y ser preguntado por las partes intervinientes. Dijo que no sólo conocía a Marina en el barrio Cruz del Sur en Parma como vecina sino que también mantenían esporádicos encuentros sentimentales. “Nos encontrábamos con ella, me escribía y teníamos relaciones sexuales en el descampado. Fui amante pero nada más, coordinábamos vernos pero cuando ella me escribía y charlábamos”.
“Yo pensaba que Franco Ramos no sabía nada de la relación con Marina”.
El 21 de diciembre fue el día de cumpleaños de “Juancho” y no negó que planeó festejarlo en la olería, en la casa de Ramírez, pero que esa tarde de manera repentina “se suspendió porque quise ir a pasar con mi hija en la casa de mi expareja”.
“Compinches, no amigos”
Alejandro Da Silva (34) optó también por dar su coartada de lo sucedido hace nueve años. “Taty” admitió conocer a los demás acusados y nombrados en el expediente y afirmó que el 21 de diciembre pasado el mediodía estuvo con Rito Ramírez y “Juancho” Portal en el kiosco “Coca-cola” de Cruz del Sur. “A Portal lo conozco como compinche, vecino, no un amigo”.
Negó a su vez haber estado en la supuesta fiesta de cumpleaños de “Juancho” en la casa de Ramírez después. “Sábado a la noche estuve con mi señora porque había fallecido el bebé de su hermana y nunca estuve enterado de una fiesta en la casa de Portal”.
El debate se reanudará hoy a partir de las 8.30 con los primeros testigos de parte. Alrededor de 30 fueron citados y podrían sumarse nuevos convocados en caso de ser encontrados.
“El bolso, el cable y la perversión…”
Cintia Beatriz Beyer es licenciada en Psicología y prestaba servicio como perito en la SAIC para realizar perfiles de sospechosos en los casos en los que era convocada la secretaría del Superior Tribunal de Justicia.
En el caso del femicidio de Marina Da Silva intervino en el “análisis testimonial” de Franco Jesús Ramos. Ayer fue citada como perito que colaboró en el expediente y destacó los puntos centrales por los que consideró a Franco con características de perversión en sus actos y como principal sospechoso del crimen.
Del análisis del contexto de Franco y Da Silva, de la observación de las circunstancias de violencia que los rodeaban y de las entrevistas que mantuvo con el hoy acusado, resumió que existió un ataque de “emoción, premeditación y planificación”. Consideró que se trata su caso de “perversión consciente”.
“Mucha sintomatología de negación noté en Franco. Se mostraba tranquilo y sólo negaba los hechos”. También su estudio remarcó que el bolso del equipo de música y el cable estaban en su casa y “aparecieron junto al cadáver”.
Fuente: Primera Edición