Misiones Para Todos

Un hogar de ancianos pide que los chicos les manden cartas a los abuelos que están solos esta Navidad

Alberga a 25 adultos mayores que esperan recibir los buenos augurios de los más pequeños en estas fiestas.

El final de la vida es un misterio para todos. La pérdida de personas cercanas se va haciendo cada vez más frecuente y aunque muchas familias son numerosas, algunos llegan al último tramo del recorrido en soledad.

Esta situación, complicaciones de salud y dificultades económicas de los parientes, entre tantas otras, pueden ser motivos para que muchos adultos mayores finalicen sus días en hogares.

Es por ello que en el Hogar de Ancianos Santa Rosa de La Pampa intentan hacer que el último tramo de la vida sea lo más ameno posible para quiénes no tienen a sus allegados cerca y pidieron que para esta Navidad los chicos de la ciudad les envíen cartitas deseándoles buenos deseos con el objetivo de acompañarlos, pero también de recibir algo a cambio: el consejo de un abuelo. “Ellos son de la época del cartero y contarles que ese día va a llegar una carta para ellos va a ser hermoso”, señaló Analía Fite, integrante de la Comisión del hogar, a TN.

Un hogar y cartitas de amor

En el lugar hay 25 adultos mayores en total y aunque no todos tienen nietos, las autoridades insisten en que “abuelos” es la manera más “afectiva” de llamarlos. Muchos de ellos están solos, otros tienen a sus familiares lejos y están aquellos cuyos parientes son muy presentes.

Pese a estas distintas situaciones de la vida que los rodean, todos coinciden en algo: comparten un hogar.

El Hogar de Ancianos Santa Rosa es una ONG que funciona a pulmón y con la ayuda de los socios, a quienes llaman “amigos” y que colaboran con un monto mínimo para el pago del sueldo de los empleados y las necesidades que requieren los residentes, según explicaron los encargados del lugar.

Es por ello que muchas acciones están ligadas a la participación de la comunidad y sobre todo, en los más pequeños. “Tratamos de incluir a los niños en las actividades. Hay espacios donde vienen a jugar o nosotros vamos con los abuelos y ellos comparten un momento de juego con los niños. Eso es mágico”, expresó Analía.

Las cartas a los abuelos

Esta Navidad surgió la idea de que sean ellos, los más chicos, quienes les dediquen cartas. “La idea es que los niños sientan la potencia de sus palabras sobre los abuelos, con un gesto pueden generar una sonrisa, un momento lindo a una persona que está solaque tiene familiares lejos o no tiene nada”, como es el caso de Silvio, uno de los residentes del hogar que todos los sábados a la mañana acompaña a Analía a la verdulería para charlar con los comerciantes.

En el mismo sentido, aclaró que buscan que sean cartas que no incluyan gastos en la familia y que se creen con “cosas que tengamos en casa”. “Generalmente, tratamos de que no haya que comprar, que todo se puede rehusar, y que valga el gesto más que lo que se pueda comprar”.

Estas cartitas serán una sorpresa para los residentes: las chicas de la comisión se encargarán de recibirlas y guardarlas hasta el día de navidad.

La solidaridad con los adultos mayores

Analía sostuvo que además de acompañar a los abuelos que se encuentran solos, la idea también es “gestar solidaridad en los niños para con los adultos mayores”. “No es dar dinero, porque eso es fácil de dar cuando tenés, el asunto es brindar un ratito de tiempo, pensar que un niño se sentó, se dispuso a pintar un arbolito, después pensó qué poner en la tarjeta y lo consultó con la familia. Ese mensaje va a ser muy importante para los abuelos”.

La mujer explicó que apuntan a que “se valore esta etapa de la vida” y que después los chicos “quieran ir a los hogares”. “Vinieron niños en varias oportunidades y estaban emocionadísimos, una vez uno le dijo a un abuelo si quería ir a jugar a su casa”, contó emocionada.

Que estén en un hogar no quiere decir que estén postergados, están muy vivos y tienen ganas de aprender y hacer cosas, por lo que un hogar no tiene que ser un lugar de retiro, tiene que ser vida hasta el último día, y la muerte es parte de la vida. Queremos acompañarlos hasta el último momento con alegría”, sostuvo.

Es por ello que aseguró que allí “todos hacen las cosas por gusto” y no porque “las tienen que hacer”. “Queremos darles la posibilidad de elegir, porque generalmente cuando están institucionalizados no eligen nada: no eligen qué comer, cuándo levantarse y nosotros acá queremos que sea lo más parecido a una casa”, aclaró y añadió: “Sabemos que no es una casa, el duelo de dejar tu casa es terrible, ellos sufren mucho el desapego, pero nosotros tratamos de hacerlo lo mas contenido y mimado posible. Ellos de a poco se van adaptando y luego le dicen a los nuevos ‘quedate, yo también al principio lloré, pero después es lindo’”, recordó con la voz entrecortada.

El regalo de los abuelos a los más chicos

El objetivo de las cartas, además de brindarles un presente lleno de amor, también se centra en que ellos se lo retribuyan a los más chicos con un mensaje: “Que cuenten los años que tienen y qué consejo le darían a la gente para el año próximo”, precisó Analía.

De esa misma manera, recordó que la Navidad pasada también fueron parte de una cadena de favores con chicos: “Una organización donó juguetes para niños de bajos recursos y nosotros fuimos los ayudantes de Papá Noel: nos llevaron muchas bolsas de juguetes al hogar y nos ocupamos de envolver los regalos”, contó. “Los pusimos en una mesa larga y la cara de los abuelos cuando vieron los juguetes era mágica, los tocaban como si fueran niños. Una abuela se quedó tan enamorada de una muñeca que una nena le regaló la suya para navidad. Ella falleció este año y se fue abrazada a su muñeca. Hasta el último momento Anita estuvo con su muñeca de pelo rosa”, detalló.

Analía diferenció al instituto de un geriátrico y explicó que al ser una ONG todos los residentes son independientes, por lo que no precisan de cuidados especiales, aunque sí hay algunos que sufren de alzheimer y requieren de atención constante. También aclaró que el sustento es gracias a la gente, pero que “si hay una persona que no tiene ingresos, no paga, si los hijos pueden, pagan un arancel, y si no, estamos en zona rural y las familias nos pueden acercar cosas que nos hacen falta

Fuente: TN