Los cinco casos policiales más resonantes de 2022

Durante todo el año, incontables hechos policiales conmocionaron al país. Pero algunos de ellos por su notoriedad y visibilización mediática trascendieron y fueron tema de debate

El doble crimen en Vicente López, el asesinato durante un robo del empresario Luis Blaquier, el brutal femicidio de María Alejandra Abbondanza en Campana, el crimen de la joven Agustina Fernández y la historia macabra de Lucas Escalante y Lautaro Morello, son apenas cinco de los incontables hechos policiales más impactantes del 2022.

Algunos de esos casos tienen hoy un responsable tras las rejas y muchas pruebas que los incriminan. Sin embargo, otros todavía resta que se resuelvan y a la Justicia le queda pendiente encontrar a los responsables.

Por su notoriedad y visibilización mediática, estos hechos trascendieron y fueron tema de conversación de todos los argentinos. Uno por uno, los acontecimientos policiales que más impacto tuvieron este año.

Historia trágica de una obsesión

Agustina Fernández, una estudiante de medicina de 19 años, fue asesinada a principios de julio en Cipolletti, Río Negro. Originaria de Santa Rosa, La Pampa, la víctima se había mudado en marzo a esa ciudad para estudiar medicina en la Universidad Nacional del Comahue. El 2 de ese mes, una persona la atacó a golpes hasta dejarla inconsciente en el departamento de un vecino, al que había ido para compartir una cena.

Después del hecho, la joven fue trasladada al Hospital Pedro Moguillansky con gravísimas heridas en la cabeza. Allí le diagnosticaron muerte cerebral y el 5 de julio se confirmó su deceso.

La Justicia tiene varias pruebas que indicarían que se trató de un femicidio, y descartó la muerte en ocasión de robo que se había planteado en un primer momento. Por este hecho, el sindicado como autor material es un vecino de la víctima, identificado como Pablo Parra.

Luego de varios meses siguiendo varias líneas de investigación, la fiscalía aseguró en los últimos días que el imputado asesinó a Agustina porque estaba “obsesionado” con ella y reveló que su ADN apareció en un trozo de tela hallado en el sitio por donde ingresó el homicida a la escena del crimen.

Leé también: La estrategia con la que el acusado de matar a Agustina Fernández busca anular la prueba que lo incrimina

Del hijo ejemplar, a un asesino

José Enrique del Río (75) y María Mercedes Alonso (72) fueron encontrados sin vida en su casa de Vicente López el 25 de agosto. Él tenía tres balazos en su cuerpo, ella uno. El hallazgo se produjo en el interior de su automóvil que estaba estacionado en el garaje de su casona situada en la calle Melo al 1101.

“Sí, ¿cómo estás? Mirá… La mucama de mis padres me está diciendo que hay un problema en la casa de ellos. Que mis padres están muertos en el garaje, dice. Recién me acaba de llamar”, con ese llamado de Martín del Río al 911 comenzaba la intervención policial en uno de los casos del año.

Del Río, hijo del matrimonio, terminó detenido como presunto autor del parricidio, aunque la primera sospechosa recayó en “Nina”, la empleada doméstica que los encontró muertos y a quien el hombre había marcado como la asesina.

Sin embargo, un video de las cámaras de seguridad mostró al hombre de 47 años llegando y saliendo de las inmediaciones de la escena del crimen, cubierto con gorra, barbijo y la capucha de un buzo azul.

El 7 de septiembre, a raíz de la prueba esa filmación, además de las marcas de las zapatillas que fueron descubiertas en el lugar y que corresponderían con las de Del Río, el juez de la causa liberó por falta de pruebas a la empleada “Nina” y esa misma noche, a pedido del equipo fiscal, se ordenó la detención de Martín Del Rio como supuesto autor de un doble homicidio cuadruplemente calificado.

La mató y la quemó en la parrilla para ocultar su cuerpo

Otro de los crímenes más resonantes del año fue, sin dudas, el brutal femicidio de María Alejandra Abbondanza. La mujer de 29 años, oriunda de Campana, había salido a pasear su perro pug de color marrón el 16 de septiembre por la tarde, aproximadamente a las 17.30, desde su domicilio en Alberdi al 700. Su familia reaccionó rápido y se puso a buscar a la joven, luego de que su hija se preocupara porque no volvía.

El principal sospechoso de su asesinato fue un vecino de la víctima, a quien le habían impuesto antes una restricción de acercamiento a raíz de un caso de abuso. Cuando la Policía allanó la vivienda de Agustín Chiminelli, encontró una mancuerna llena de sangre y un cuerpo descuartizado y quemado en la parrilla: era Alejandra.

El presunto femicida vivía en el mismo terreno que sus padres, Liliana Esther S. (64) y Carlos Rúben C. (69), en la esquina de la casa de la víctima. Allí intentó desprenderse de las evidencias tirando las prendas de la joven y el collar del perro en un descampado a 300 metros del lugar.

Robo a toda velocidad y muerte

El empresario agropecuario Andrés Baquier (62) fue asesinado a finales de octubre en el kilómetro 50 de la Panamericana, a la altura de la localidad de Pilar.

La víctima había salido a bordo de su moto BMW y en medio de su recorrido, dos delincuentes se le pusieron a la par y lo apuntaron con un arma con el objetivo de robarle el rodado.

El integrante de una de las familias más poderosas y ricas de la Argentina habría intentado escapar del robo y los asaltantes le efectuaron entre tres y cuatro balazos, dándole uno en su pecho.

Uno de los ladrones agarró la moto de Blaquier y se fugó. Sin embargo, minutos más tarde, a la altura del kilómetro 39 de la misma autopista, en inmediaciones del shopping Tortugas Open Mall, perdió el control de la BMW y cayó al asfalto. Su cómplice lo recogió y escaparon del lugar. En paralelo, el empresario fue trasladado al Hospital de Pilar por una ambulancia del SAME donde minutos más tarde murió a raíz de la herida que le produjo el disparo en el pecho.

Una ardua investigación a raíz de la obtención de las cámaras de seguridad de la zona del hecho mostraban a dos jóvenes de muy corta edad como los autores materiales del homicidio. Primero, la Justicia detuvo a dos menores, que luego presentaron pruebas de que no estaban en la zona al momento del ataque. Más tarde, otros dos adolescentes fueron capturados.

Desaparición, un cuerpo quemado y vales de nafta

Sin dudas, uno de los hechos que más captó la atención de la población fue ladesaparición de Lautaro Morello y Lucas Escalante, dos jóvenes que salieron supuestamente a festejar el triunfo de la Selección argentina el 9 de diciembre en Florencio Varela. A Lautaro lo encontraron muerto en un descampado de Guernica, semicalcinado y con signos de haber sido torturado. De Lucas, todavía no hay noticias sobre su paradero. El auto en el que circulaban apareció incinerado.

Por el hecho, la Policía detuvo a Cristian Alejandro Centurión y Maximiliano Tomás Centurión, hijo y sobrino de un comisario de la Bonaerense, a quienes vieron comprar bidones de nafta en una estación de servicio de la zona del crimen. Además, se descubrió que las víctimas se habían dirigido a la vivienda de los acusados momentos antes de la desaparición.

La hipótesis de los investigadores es que los dos imputados detenidos por el caso le ofrecieron vales de nafta gratuitos como método para atraer a las víctimas, a partir de una serie de audios incorporados a la causa. Esos vales podrían corresponder a los que suele tener la policía bonaerense para cargar combustible en sus móviles y que, en este caso, tiene que ver con su relación de parentesco con el funcionario de la fuerza.

Por estas horas, Maxiliano Centurión rompió el pacto de silencio que mantenía con su primo, Cristian. El joven pidió que le tomen declaración indagatoria. En un primer momento, los dos imputados se habían negado a declarar.