Nicolás Cavigliasso le pidió matrimonio a Valentina Pertegarini tras ganar en 2019 la mítica competencia. Ella siempre lo acompañó en las carreras y ahora es su navegante. Buscan terminar lo más adelante posible en los coches areneros
(Desde Arabia Saudita) En la escuela primaria Nicolás Cavigliasso y Valentina Pertegarini jugaban a ser novios y una vez que se reencontraron en la adolescencia nunca más se separaron. Él ganó el Rally Dakar 2019 en Cuatriciclos, en la edición que se disputó en Perú, y en la meta le pidió a ella casamiento. Luego formaron una dupla para competir en UTV (vehículos areneros) y por primera vez corren juntos en Arabia Saudita. Allí Infobae habló con ellos en la previa y contaron cómo viven esta aventura.
Cavigliasso tiene 31 años y empezó corriendo motocross. En esa época Valentina ya lo acompañaba y más tarde lo hizo en su desafío dakariano no solo como pareja sino también en la tarea de asistencia, como ella contará. Ambos son de General Cabrera una localidad del centro-sur de Córdoba. También trabajan juntos en el campo y ahora viven el gran desafío de la carrera más dura mundo, él como piloto y ella como navegante, en el rol de guiarlo con la hoja de ruta y de darle una mano ante algún inconveniente mecánico.
Corren con un Can Am del Dragon Racing en la categoría T4 de los UTV o “Side by side”, como se la conoce a la divisional de estos coches areneros, que son vehículos de serie preparados para correr y en su clase hay 45 binomios: “El auto, si bien es muy competitivo, nosotros tratamos de hacer bastante experiencia en este mundo nuevo del UTV. Hay muchos factores que influyen, el de las roturas, el de no perderse, así que venimos haciendo las cosas bien. Vamos a ir paso a paso, la carrera es muy larga, son 15 días, cualquier rotura en una etapa te condiciona para todo el Dakar”, relata Nicolás.
“Tuvimos la posibilidad de venir y hace dos años venía bien, pero rompí el cuatri en la etapa 8 y nos tuvimos que volver a casa. Desde que el Rally Dakar vino acá primero la experiencia era en un país nuevo, con otra cultura, por ahí estaba el tema de las mujeres acá en Arabia, pero la verdad, todo lo que venimos viendo hasta ahora, muy bien”, añade.
“Estoy contento por este nuevo Dakar, es el cuarto para mí y Vale por primera vez está navegando desde adentro la carrera. Es lindo. El Dakar se sufre, pero al estar acompañado por la familia se lleva un poco más fácil”, cuenta. “Es el primero para mí. Los otros tres los hice de asistencia cuando él corría en cuatriciclo y ahora es el primero juntos en UTV, esta categoría competitiva en la que hay un montón de participantes”, agrega Valentina.
“Cuando Nico corrió en cuatriciclos le pinté toda la hoja de ruta mientras él dormía, se bañaba o descansaba, yo lo ayudaba para ganar tiempo en carrera. Hace un tiempo que corremos juntos y soy su navegante, pero ahora corremos por primera vez el Dakar”, explica ella.
Sobre cómo es correr juntos siendo pareja Valentina afirma que “es la comodidad de poder decirle todo lo se te ocurre (risas). Nunca tuve que navegarle a otro piloto y nos hicimos de esta forma. La verdad es que vamos muy cómodos los dos”. Para Nicolás la confianza por el vínculo ayuda a que sea “una navegación más charlada y vamos siguiendo los dos. Por ahí si uno no ve un camino lo puede ver el otro. Trato de llevar la experiencia de los tres Dakar que corrí con cuatriciclos y, si bien es otra cosa, como es difícil navegar, entre los dos lo sacamos adelante”.
Pero, ¿Qué es más fácil correr en auto o la convivencia en casa? Con una sonrisa Valentina responde “arriba del auto somos bastante profesionales, entonces estamos los dos súper enfocados en la carrera. Después en casa hay otras cosas”. Nicolás apunta que “estamos siempre tratando de mejorar. Hoy las carreras son muy duras y Vale se viene manejando espectacular. Entrenamos un montón, hace dos años que corremos juntos y ahora a tratar de llegar a la mejor posición posible. Es difícil en una categoría con equipos que tienen mucha gente, mucha experiencia y si es posible soñar con un podio”.
Ella recuerda que se conocieron “en el Primario. Éramos novios de 10/12 años, por ahí, y después a los 18 años nos volvimos a juntar y desde ahí que somos novios y ahora llevamos tres de casados”.
En tanto que el amor llevó a que Valentina adoptara el deporte motor: “La verdad que siempre me gustaron el fútbol y el hockey, pero desde que estoy con Nico, siempre estuve con las carreras de motocross, pues él corrió diez años allí y ahora viene con cinco de rally. Desde que estamos juntos que son trece años que me metí en el mundo del deporte motor y me gusta”.
Pero también en Córdoba ambos pasan juntos casi las 24 horas ya que comparten su trabajo. “Nosotros laburamos en el campo en el centro de Córdoba y tenemos una empresa productora y exportadora de maní. También tenemos una cabaña para mejorar los animales y Vale es la encargada de la oficina de todos los análisis de ADN. Y también nos sacamos las ganas corriendo juntos”, indica Nicolás.
Y sobre cuál es el secreto para estar tanto tiempo juntos y que se los vea tan bien, Valentina responde que “realmente no sé. Trabajamos, entrenamos y corremos juntos”. Mientras que Nicolás sostiene que “hace muchos años que nos conocemos con Vale y hacemos todo juntos. Los dos tenemos las mismas locuras, las mismas pasiones, y estar acá tiene un grado de locura porque estar 15 días renegando con mucho calor, con mucho frío y cansancio, realmente te tenés que juntar y apasionarte”.
Nicolás y Valentina fueron sextos en el prólogo inicial de 13 kilómetros, pero en la primera etapa corrida este domingo tuvieron una falla en el alternador que los dejó sin batería y los retrasó en la clasificación general. Aunque el Rally Dakar es día a día y ahora su objetivo será terminar lo más adelante posible.
Por: Darío Coronel- Infobae