Según la pareja, la niña es una fotocopia de su padre. Tiene las cejas, ojos y nariz de Burlando. Eligieron esperar para presentarla en las redes. Barby Franco pasó por una cesárea de riesgo y dio a luz a su primera hija con Fernando Burlando. Su perrita Shiva se sumó al primer shooting.
Se sorprenden mutuamente, pero para bien. Y aunque se lo imaginaban, con más o menos experiencia en la materia, Barby Franco (32) y Fernando Burlando (56) no sabían lo que Sarah Burlando, su primera hija de solo 25 días, despertaría aquella noche del 15 de diciembre. “Es empezar desde cero.
Te dan una criatura, que al ser primeriza no sabes qué hacer. Pero Burlando desde el día uno le cambió los pañales y me la puso a la teta. La nena se prendió muy rápido y él se quedó toda la noche conmigo”, repasa Barby que, hasta la fecha, había elegido no mostrar a su beba −con el aval de Burlando− hasta que estuviera lista.
Y fue de la mano de CARAS, que la pequeña que nació con 2 kilos 780 gramos, inauguró sus primeras fotos profesionales. “Lo anunciamos el 18 de diciembre, el día que Argentina salió campeón del mundo porque quería preservarme un poco, pero nació el 15. Estaban todos de fiesta en el sanatorio. Las enfermeras gritando, yo por suerte ya caminaba y estaba bien y se escuchaban los goles de todas las habitaciones”, recuerda la modelo y panelista, que acaba de dejar a la bebé con su abuela, pero la monitorea a través de las cámaras del hogar.
Su pareja no está en casa, ya que los compromisos laborales (con el conocido caso del crimen de Fernando Báez Sosa) lo atañan. “La extraño mucho y ahora estoy con culpa para venir a trabajar, porque la veo trabajar tanto a Barby y me hace admirar más todavía a la mujer. Es infernal la demanda que le genera un bebé a una mamá”, suma el letrado, desde los tribunales de Dolores.
“Yo decidí que mejor me quedo acá todo enero tranquilita, hasta que la nena cumpla un mes. Y después salgo a la vida”, explica Barby que tuvo una cesárea programada de riesgo. “Fue cesárea porque tenía la presión alta y tenía tres miomas del tamaño de una pelota de tenis. No fue una cesárea normal, era un poquito riesgosa, pero salió todo bien por suerte. Yo vengo con este sueño hace 6 años aproximadamente y en la cesárea viste que no quedas dormida. Yo escuchaba todo y miraba todo. Pero cuando la escucho llorar me olvidé del mundo. Fue como tocar el cielo con las manos. Es un viaje hermoso”, define fascinada.
—¿Ya aterrizó un poco o todavía sigue en las nubes?
—Barby: Al revés, peor. Ahora me fui a Júpiter, literal. Imaginate que para mí era todo nuevo. La famosa frase del mundial que dice: “No te lo puedo explicar, porque no vas a entender”.
Cuando nació lo veía a Burlando llorando y yo también.
—¿Se olvidó de los dolores, los miedos y los malestares físicos?
—B: Claro, yo hasta ese momento pensaba se me va a explotar un mioma y me iba a subir la presión. Estaba media asustada porque podía haber pasado cualquier cosa. De hecho, Burlando casi muere en el parto.
Estaba tan nervioso que le subió la presión y tuvo que venir una cardióloga amiga, que lo contuvo como media hora hasta que se relajó y empezó a disfrutar. Pero cuando la escuché llorar a Sarah dije: listo. Me la dieron, dejó de llorar y fue una cosa increíble. Ahora pasan los días y es como que te enamoras más. Me voy a bañar y la extraño. Bajo al living y la extraño. ¡Me desespero por estar con ella!
—Todo indica que le va a costar dejarla al cuidado de otras personas…
—B: Creo que sí. Soy media tóxica con ella. Ahora estoy abajo en el living y veo todo el tiempo las cámaras a ver qué hace, qué no hace. Si la abuela la agarra bien. Estoy en esa. Pero es algo que soñas tanto que lo queres cuidar al cien. De hecho, la gran mayoría que viene y me ve están bastante sorprendidos.
—¿Qué imaginaban de usted?
—B: Pensaban que tal vez iba a descansar un poco más. O tener más ayuda. Pero son unas ojeras hermosas que decís: me quiero quedar a vivir así para siempre. A nivel cuerpo todavía sigo hinchada y no me importa nada. Estoy en otra sintonía. Y hasta Burlando está sorprendido.
—¿En qué sentido?
—B: A mí no me dice nada, pero a todos mis amigos y a nuestro alrededor les dice: no sabes cómo está trabajando Barby. Está anonadado.
—Fernando: Está buenísimo. Porque aparte está meta pecho, a lo loco. Y aparte supo conectar con la beba y ese vínculo madre hija al instante que yo pensé que le iba a costar un poquito más. Por ser primeriza, pero se acomodó muy rápido. Estoy con culpa porque está 24 horas con la gorda. Yo también, pero el sacrificio lo hace ella.
—B: Y yo también estoy sorprendida porque es todo nuevo y una nueva versión de mí. Yo soy muy independiente. Andaba por la vida de acá para allá. Ni siquiera dependía de Burlando, ni en lo emocional ni en nada. Y ahora fue un parate al cien por ciento y me encanta estar en casa con ella.
—¿Y de Burlando usted se sorprendió?
—B: Él es un padrazo, con dos hijas que ya son grandes de 31 y 28… Y desde el día uno que lo conocí lo vi. Yo no tuve esa parte paterna y cuando lo veía ahí entendí lo que era realmente un papá. Desde un beso, un abrazo. Él es súper mega protector. Bastante sobre protector ya está ahora…
—¿Pero usted le gana?
—B: Sí, pobre nena… Lo voy a tratar en terapia
—Él ya ganó una batalla, que es que se pareciera físicamente a él.
—B: Ay dios mío, es igual a Burlando. No sabes. Las cejas, los ojos, la nariz. Desde la ecografía del mes 7, en la 5D, ya vi que era igualito a él y se lo dije. Es la fotocopia en niñita. Y de personalidad se está pareciendo también. Busca la teta y si no la ve no sabes cómo se pone… rabiosa.
—F: La veo exactamente igual. Es algo fantástico, algo demoledor para el corazón. Y es muy larga, tiene una pata que parece basquetbolista. Con mis hijas fue otra edad y siempre fue un amor incondicional. Pero no vi cómo laburó la mamá, no vi esto que me está pasando ahora. Estar en el segundo a segundo y mirá que yo estuve mucho con mis hijas… Pero tiene mucho que ver con la edad, la inconsciencia, con lo lanzado que uno es de joven. Se intensificaron todas mis emociones, sensaciones y sentidos. Hasta los miedos son distintos.
—¿Qué miedos se le intensificaron?
—F: En los momentos previos al nacimiento de la gorda había un tema con Barby que me preocupaba mucho. Y como todo abogado pienso lo mejor y lo peor. Pero lo de que me bajó la presión es mentira, no me bajó nada. (Se ríe). No tengo ningún problema, entro al quirófano y miro cualquier cosa. Eso le pasa a ella, esa es su proyección porque ella sí es media asustadiza. Yo estaba chocho.
—¿Sienten una presión en redes sociales por mostrar el rostro de su hija?
—B: Sí, todo el mundo me viene rompiendo con eso. En realidad es muy chiquita, nació con 2 kilos y medio y quería esperar hasta los 3 kilos por lo menos para que esté más fuerte. Mambo mío igual… También te empiezan a comparar con otras famosas. Con Noelia Marzol, con Pampita. Que Pampita la mostró y vos no. Pero somos seres humanos diferentes.
—¿Pampita ya la conoció?
—B: Pampita vino al día siguiente de la cesárea, yo justo estaba durmiendo con la nena. Me dejó 88 huevitos, cochecito, 48 mil almohadones para amamantar, un montón de ropa. Cayó de la nada sin avisar y le hizo toda una charla técnica a Burlando sobre cómo usar el huevito y se fue.
—F: Fue aleccionadora. Caro es un amor. Y siendo mucho más chica que yo me hablaba desde la experiencia. Es una cosa muy loca. El tema del cochecito de armar y desarmar es un tema y ella ¿Sabes cuántas veces me armó y desarmó el que nos regaló? A ojos cerrados lo hacía. Y me dijo: hasta que no lo hagas vos con los ojos cerrados, no paramos.
—B: Una genia. Burlando también. Además de las puericultoras, él me enseñó cómo amamantar. Y cambiar los pañales.
—Él dijo que tenía un doctorado en cambiar pañales….
—B: Sí, los primeros tres días él le cambiaba el pañal porque yo no tenía la menor idea, imaginate que no sabía lo que es óleo calcáreo. Y me decía: el pañal se pone así. Si es una rayita azul es porque tiene pis…
—F: Mi plus era ese. Yo siempre tuve buen manejo de los bebés. Y sobre todo de las criaturas. Yo soy muy amigable con los hijos de mis amigos. Entablo relación enseguida y obviamente tengo un poquito más de experiencia. Pero Barby sin palabras, me asesinó.
—B: Ahora más tranquila. Él se fue al juicio allá en Dolores y yo ya le agarré a la mano aunque obvio tengo ayuda de mi mamá y mi familia. Ahora está con la abuela, que le hace el provechito y la hace dormir.
—En la última nota con CARAS habló de su deseo de comer la placenta después del parto, pero finalmente no sucedió. —B: ¡No! Me olvidé. Fue tanta la emoción que nos olvidamos todos. Después le mandé un mensaje a mi obstetra y le pregunté: ¿Le sacaste aunque sea una foto a la placenta? Me dijo que no, pero sé que la mandaron a estudiar.
—¿Guardaron el cordón umbilical o algún recuerdo para la prosperidad?
—B: Todo guardé. La pelé al día siguiente y le guardé el pelito. Se le cayó el cordón a los 3 días, se lo guardé. Está todo en la caja fuerte, literal. Hay un sector adentro que ya dice Sarah. Me saqué células madre para el día de mañana, ojalá Dios quiera que no pase nada, pero por las dudas para que ella tenga. Guardamos todo.
—F: Yo siempre digo que Barby es acumuladora. A juzgar por la cantidad de ropa que tiene y que guarda. Yo no, yo guardo las cosas importantes.
—Sarah también tiene sus hermanas mayores, que son las hijas de Burlando.
—F: Sí, ahora se fueron a Punta con sus novios, pero están acompañando mucho que es lo importante. —B: La verdad que súper bien. Ella nació y al día siguiente ya estaban ahí embobadas. Y todos los días me mandan mensajes. Es verdad eso que dicen que un bebé viene a traer paz y a unir.
—No es una frase hecha…
—B: No, de verdad. Como que se alinearon todos los planetas y estamos mega bien. En la mejor etapa de pareja y familiar. Cumplí un sueño y lo quiero cuidar al cien por ciento. Supongo que voy a relajar en unos meses o unos años.
—F: No, ella se va a acomodar muy bien. Yo le tengo mucha fe. —B: Eso lo trataré en terapia, pero hoy me pregunto: ¿Cómo no me tocó antes? Será el destino o que Dios quiso ahora.
—¿Siempre fue su sueño?
—B: Siempre, desde los 18, sabía que tenía que ser mamá. Siempre tuve esta parte maternal con mis perros y animalitos. Hoy la veo a mi mamá y pienso cómo hizo, naciendo en un barrio tan humilde, capaz que comía una vez al día, con cero ayuda. Ahora la admiro más.
Por Sabrina Galante