En una entrevista a la agencia The Associated Press, el sumo pontífice se mostró alarmado por la inflación y responsabilizó por ello a las “malas políticas”.
En el transcurso de una entrevista concedida a la agencia The Associated Press el papa Francisco se refirió a la situación social en Argentina, calificó de “impresionante” la inflación que padece el país y se mostró preocupado por el nivel de pobreza. Tras advertir que “no hace política” el obispo que ocupa la máxima responsabilidad de la Iglesia Católica en el mundo sostuvo que basta con leer los datos: “La pobreza está en un 52 por ciento. ¿Qué pasó? Mala administración, malas políticas”.
Al respecto, el presidente Alberto Fernández tomó como referencia la fecha mencionada por Francisco y comentó: “Mientras gobernó (Juan Domingo) Perón otra era la realidad argentina”. Y agregó: “Cuando empezaron a sucederse gobiernos dictatoriales, siempre regidos por las lógicas liberales y conservadores, generaron lo que generaron”.
Haciendo gala de la cuota de humor a la que suele apelar en muchas ocasiones, el papa Jorge Bergoglio sostuvo que “hay una historia teológico-cultural, que dice que los ángeles custodios de los países se fueron a quejar a Dios y le dijeron ´fuiste injusto con nosotros porque a cada uno nos diste riqueza, minería, agricultura, ganadería y a los argentinos les diste todo, todo, tienen todas las riquezas´”.
Y agregó Francisco siguiendo con la broma: “Dicen que Dios pensó un poco, y dijo: ´Para equilibrar les di a los argentinos´. Que no se enojen, es un chiste. Yo soy argentino, pero algo de verdad hay. No terminamos de llevar adelante nuestras cosas”, subrayó.
Durante el reportaje –el primero concedido tras el deceso de Benedicto XVI- Francisco también se refirió a su salud y volvió a descartar un viaje inminente a la Argentina. Afirmó estar “bien de salud” y agregó que “estoy normal por la edad que tengo”. En el mismo tono irónico usado antes dijo que, no obstante, “puedo morir mañana”.
Sobre la salud de Bergoglio también habló el cardenal Oscar Rodríguez Maradiaga, amigo personal de Francisco y uno de sus más estrechos colaboradores en el gobierno de la Iglesia. “El Papa está muy bien de salud y está superando los límites del problema de la rodilla. Nada de pensar en su renuncia”, afirmó el cardenal hondureño en una entrevista concedida a Religión Digital.
Durante su diálogo con The Associated Press el Papa volvió a descartar una visita a la Argentina. Consultado sobre el tema dijo que “por el momento, no”. Reveló, sin embargo, que el viaje “estuvo programado en noviembre de 2017 para Chile, Argentina y Uruguay. ¿Qué pasó? Bachellet terminaba y yo quería ir estando Michelle. Lo pasamos a diciembre, pero caer en enero a Argentina… uno no encuentra ni al perro en la calle, es como el agosto romano. Sí hicimos Chile y Perú, y después ya no se reprogramó más”, comentó.
También hubo lugar para una consulta sobre las críticas que viene recibiendo su gestión al frente de la Iglesia Católica, multiplicadas después de la muerte del papa emérito Benedicto XVI el pasado 31 de diciembre. Francisco prefirió no atribuir los nuevos ataques al deceso de Joseph Raztinger “sino con el desgaste del gobierno de diez años”. “Yo lo único que pido es que (las críticas) me las hagan en la cara, porque así crecemos todos ¿no?”, dijo como respuesta. “Uno prefiere que no las haya (las críticas). Para tranquilidad, vaya (…). Pero prefiero que las hagan, porque eso quiere decir que hay libertad para hablar. Si no es así, se engendra una dictadura de la distancia -que lo llamo- donde el emperador está allí y nadie le puede decir nada. No, que digan. La crítica, ayuda a crecer y a que vayan bien las cosas”.
Refiriéndose al mismo tema Rodríguez Maradiaga pidió tomar en cuenta que “los ataques y críticas (a Bergoglio) comenzaron desde el día siguiente a la elección del papa Francisco por parte de aquellos que pensaban que no duraría ni cinco años. Ya se pueden sentar a esperar con fantasiosos precónclaves” remató el hondureño.
Francisco se pronunció una vez más sobre la homosexualidad, un asunto que también generó críticas acerca de su posición. “Ser homosexual no es un delito. (…) No es un delito. Sí, pero es pecado. Bueno, primero distingamos pecado por delito. Pero también es pecado la falta de caridad con el prójimo”, subrayó el pontífice, quien recordó que “todos somos hijos de Dios y Dios nos quiere como somos”. Reiteró en la ocasión su conocida posición en contra de las normas que criminalizan al colectivo LGTBIQ+ y volvió a pedir de los obispos (que también necesitan “un proceso de conversión”) que no apoyen esas disposiciones “injustas” y les solicitó que muestren “ternura, por favor, ternura, como la tiene Dios con cada uno de nosotros”.
Por Washington Uranga – Página/12