El ministro publicó un hilo de tuits donde dice que no va a “seguir abonando a esa polémica”. En la Casa Rosada afirman que es un triunfo del Presidente y dan por “superado” el conflicto.
Después de varios días de tensión, en las que se especuló que podía haber nuevos cambios en el gabinete nacional, el ministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro –que había cuestionado la decisión del presidente Alberto Fernández de no darle participación en el encuentro de los organismos de derechos humanos con Lula–, le bajó el tono a la discusión al decir que “no es mi intención seguir abonando a esa polémica”. Luego agregó: “Mi responsabilidad es seguir trabajando y aportando a la estrategia que comenzó en 2017 y a fortalecer el frente que construimos en 2019. Mi compromiso es cuidarlo y ampliarlo todos los días”, dijo.
Desde el Gobierno –que aseguran que “ya tenían el reemplazo para De Pedro”– leyeron esos tuits como un triunfo y hasta se vanagloriaron: “le pedimos que diera marcha atrás y lo hizo. No había más margen“, dijeron y dieron por cerrado el tema. El ministro, aclararon, no habló con el Presidente. Una vez que publicó ese mensaje, cerca de Máximo Kirchner confirmaron que De Pedro participará este martes de un encuentro de intendentes bonaerenses de la primera y tercera sección en Merlo, del que, además, participarán el gobernador Axel Kicillof y el ministro de Economía, Sergio Massa.
La invitación a De Pedro a esa reunión con intendentes es una señal de respaldo por parte del líder de La Cámpora, que ya dijo sobre el tema en una entrevista que salió el domingo que “me extraña mucho del compañero Presidente que ahora esté tan cerrado a la voz de otro compañero que se rompió el lomo para que él sea Presidente, en representación de millones de otros compañeros y compañeras”, haciendo referencia al conflicto entre Fernández y su ministro del Interior.
El que no irá a la reunión con intendentes que contará con la presencia de dirigentes del PJ, del Frente Renovador, del Frente Grande y Nuevo Encuentro –y que se realizará en La Colonial desde las 19– es Alberto Fernández. Este lunes, él se mostró con el intendente de Ensenada, Mario Secco, un reconocido kirchnerista. Juntos presentaron obras en una Central Térmica y el intendente cercano a la vicepresidenta le agradeció a Fernández por “la puesta en valor”.
Kicillof no estuvo en el acto. En declaraciones posteriores, el gobernador aseguró que “la unidad en la Provincia no está en riesgo. A nivel nacional, todos entendemos que tenemos que ir con unidad, pero en el peronismo siempre la determinación de las candidaturas implica negociaciones y discusiones”.
En Casa Rosada, durante todo el día, el aire se cortó con un cuchillo. Mientras los rumores de la posible salida de De Pedro crecían, el ministro no se dejó ver en su oficina ubicada en la planta baja. Sus voceros tuvieron todo el día las puertas cerradas. “No tenemos comentarios”, repetían. Cerca del Presidente la respuesta era similar.
El escenario parecía una comedia de enredos: en planta baja, en las oficinas del Ministerio del Interior se preguntaban qué decían en las oficinas del Presidente y cerca del mandatario, en el primer piso, se preguntaban qué decían en las oficinas de De Pedro. “Si lo echa lo hace candidato”, opinaban algunos, otros consideraban que “echarlo sería romper lo que queda del Frente de Todos”. Cerca del ministro se esforzaban por aclarar que él no tenía pensado renunciar.
Cerca de las siete de la tarde, desde el entorno del ministro difundieron “la agenda”. Explicaron que este martes encabezará por la mañana un acto de entrega de equipamientos junto al intendente de Luján, Leonardo Boto, y que, por la tarde, recibirá en Casa Rosada al gobernador de la Rioja, Ricardo Quintela, y al intendente de Villa María, Martín Gill. “Es una reunión institucional, no política”, expresaron cerca del gobernador riojano para evitar dar declaraciones sobre el conflicto. En un principio, el ministro iba a viajar a Trelew para participar de una actividad con Juan Grabois, que días antes dijo que “Wado es su candidato”, pero el viaje fue suspendido.
“La relación entre el Presidente y De Pedro ya estaba viciada desde antes”, recordó un funcionario que tiene diálogo con ambas terminales del oficialismo, haciendo referencia al episodio de las renuncias, que ocurrió luego de la derrota en las PASO de 2021 y que tuvo a De Pedro a la cabeza. Según dirigentes que habían conversado con el ministro, Wado “tomó la decisión de salir y ahora estaba preocupado por la dimensión que tomó el tema“. Por otro lado, cerca del Presidente comentaban que el mandatario “estaba muy enojado”, con la situación porque él decía que nunca lo discriminó y también porque De Pedro no había rectificado lo que se dijo en off. La situación se calmó con el mensaje que el ministro publicó cerca de las diez de la noche.
La primera reacción del entorno de Fernández una vez que se conocieron los dichos en off, había sido preguntarle al ministro si él había sido quien difundió esa información. Según cuentan, el propio ministro habría desmentido las declaraciones en un chat privado con un funcionario de confianza del presidente. “Me dijo que jamás dijo nada de todo eso, que es una locura“, dijo horas después Gabriela Cerruti en conferencia de prensa. El problema, decían, era que el ministro no desmentía eso en público. Su par de la cartera de Desarrollo Social, Victoria Tolosa Paz, le pidió que lo haga, al igual que el ministro de Seguridad, Aníbal Fernández. “O estás adentro o estás afuera”, le dijeron. Eso provocó la respuesta de dirigentas del otro sector del oficialismo como Florencia Saintout y Teresa García que le dijeron “¿adentro o afuera de qué?”.
Finalmente, De Pedro publicó un descargo en el que dijo “los que tenemos responsabilidades políticas debemos aportar sensatez, porque hay cosas más importantes en juego: seguir recuperando la economía, mejorar el poder adquisitivo de las y los argentinos y resolver los problemas de la gente. Solo así lograremos ofrecer soluciones para que los que hicieron tanto daño, los que endeudaron el país y multiplicaron la pobreza, no vuelvan a gobernar”.
Dirigentes molestos por la estridencia de las discusiones internas habían opinado en diálogo con este diario que “es una pena que pongamos esto en agenda cuando estamos discutiendo algo muy importante como es el juicio político a los jueces de la Corte en el Congreso”. “Como espacio parece que no vemos dónde está lo importante“, se lamentaron.
Por Melisa Molina-Página/12