Rodrigo De Paul rompió el silencio sobre uno de los temas que más preocupación y misterio generaron en medio del Mundial de Qatar 2022, en la previa al duelo de cuartos de final ante Países Bajos.
El mediocampista de la Selección blanqueó que dos días antes del choque con los neerlandeses sufrió una lesión muscular y que la indicación del cuerpo médico fue de no arriesgar su físico, ya que podía agravar el cuadro y perderse el resto de la competencia.
“Me lesioné, cuando me hice los estudios vi que me había lastimado. No me llegué a romper, pero fue una lesión de grado uno”, fue la respuesta concreta del jugador del Atlético de Madrid al periodista Joaquín Pollo Álvarez en su programa La Vuelta de Fox Sports. El episodio al que hace referencia De Paul ocurrió en una práctica: “Fue en una jugada dos días antes del partido, en un reducido, en la última jugada del entrenamiento. Siento algo ahí atrás (por la parte posterior de la pierna). Yo nunca me lastimé, nunca me rompí ningún músculo”, agregó.
Tras el incidente, el volante de 28 años, clave en el andamiaje del equipo de Lionel Scaloni, tuvo que hablar con el director técnico antes de pasar al consultorio y se dio un diálogo que demuestra las ganas de jugar a toda costa que tenía el ex Racing. “Cuando entro con el médico me dice: ‘Vamos a hacer una ecografía’. Ahí ven que el músculo tenía algo. Entonces me dice: ‘Mañana a primera hora hacemos una resonancia’. Yo le digo: ‘Resonancia no porque me va a salir algo’. Si en la resonancia me veían lesionado me descartaban. Con la ecografía medio que lo manejaba. Le dije: ‘Mañana me hago una ecografía temprano’. ‘Bueno dale’, me dice”.
El resultado de la ecografía no fue el esperado. “Tenés para diez días”, le confirmó Daniel Martínez, médico del seleccionado. El partido ante Países Bajos por un lugar en la semifinal del Mundial era dentro de 48 horas. “Yo se cómo sos vos, cabeza dura vas a querer jugar, pero tenés que saber que hay un 80% que te rompas y te pierdas todo el Mundial, porque tenés una distensión algo el músculo tiene”, continuó el especialista. Lo que siguió fue un pedido especial a Scaloni, a quien se le acercó para hacerle un comentario acerca de su dolencia: “Yo lo único que te pido, para que no se genere un teléfono descompuesto, es que me dejes decidir. Si estoy para jugar o no. Te lo juro, si no estoy te voy a decir la verdad. Me dice: ‘Quedate tranquilo que vos a decidir si estás o no’”.
Luego llegó la filtración de la noticia: De Paul se había lesionado y su presencia en la Copa del Mundo corría riesgos. “Ahí hubo un quilombo, es porque adentro muy pocos lo saben para que se filtre. Yo tenía que hacer carreras, despacito. Y cuando hago la primera era un dolor… Te lo juro. Yo estaba muy preocupado. Yo sentía que me iba a perder lo que me quedaba del Mundial”, continuó Rodrigo. Esa noche fue a la habitación de Lionel Messi y se dio un diálogo particular: “Me dijo: ‘Rodri, no jugués boludo’. Y le digo: ‘Leo puede ser el último partido en un Mundial porque yo tengo fe de que vamos a pasar a semifinales, pero no sé si me van a volver a convocar’. El me dice: ‘Yo te prometo que yo te voy a ayudar a llegar a semifinal, pero no arriesgues porque lo más probable es que te quedes afuera’. Y que él me diga así… Llevarle la contra a Leo es muy difícil, él no me lo dijo no del lado de capitán del equipo, sino como un amigo, un hermano mayor”.
Posterior a la charla con Messi, De Paul buscó una palabra de aliento de su círculo más íntimo. Pero no fue ni su mamá ni su papá, quienes ya estaban demasiados preocupados por la situación. El futbolista llamó a su novia, Tini Stoessel, que terminó siendo clave para la decisión final del número 7 de la Scaloneta. “Era la única persona que no me daba una opinión desde el lado futbolístico, eso me sacaba un poco de presión, de responsabilidad, porque me dejaba decidir a mí. Ella me dijo: ‘Yo te voy a apoyar, decidí con el corazón,que no te vas a arrepentir’. Al otro día me desperté y dije que iba a jugar”, sentenció.
Con la decisión firme, aún faltaba el OK del técnico. A pesar del dolor en su pierna que no le permitía estar al cien por ciento y el riesgo latente del desgarro, De Paul le dijo a Scaloni que estaba en condiciones: “En un momento hice un click y intenté. Corrí tres veces fuertes y no me pasó nada. Llegué al mediodía y el técnico me dice: ‘¿Cómo estás?’. Le digo ‘bien’. Y a mí me dolía. Me dice: ‘¿Qué?, ¿fue un milagro?’. ‘No, Leo, no me duele’. Me dice: ‘Perdoname que te tengo que hablar así, pero si te tengo que sacar del equipo me tengo que matar’. Yo le digo: ‘Me siento bien’. Me dice: ‘Bueno, vas a jugar’. A la tarde me dolió pero no me pasó nada. Fueron esos dos días… A la noche cuando me iba a acostar, la incertidumbre de que te perdés todo lo que te queda del Mundial, te vas a acostar con angustia, llorando, esperando un milagro que sabés que no va a pasar. Cuando un doctor te dice ‘hay un 80 por ciento que te rompas…’. Pero bueno, esto a mí una persona fuera del fútbol, mi pareja me había dicho algo que sirvió. No me iba a arrepentir, Por suerte no pasó lo malo, quedar afuera. Me iba a arrepentir más en el caso de no arriesgar”, finalizó. Y el milagro ocurrió…