El periodista y redactor de Página 12 habló sobre la situación del joven que hackeó el teléfono del exministro de Seguridad, y sostuvo que no se sabe si lograron entrar a otros teléfonos.
Raúl “Tuny” Kollmann, reconocido periodista, contó cómo el joven hacker misionero de Marcelo D´Alessandro terminó en esa situación y aseguró que el exfuncionario porteño tomó muy pocas medidas para evitar que esto pasara. “Si hubiera habido doble contraseña, no hubieran podido entrar” declaró en Modo Fontevecchia, por Net TV y Radio Perfil (FM 101.9).
Veo que les pagan entre 12 y 15 mil pesos por ser hacker. Los marginales me llaman la atención. ¿Cómo estos personajes terminan siendo utilizados como mano de obra? ¿O hacen historia? ¿Cuál es tu reflexión?
Este muchacho, quien entró en el celular de D’Alessandro, cuenta que trabajó en dos casas de venta de celulares, y que ganaba $60.000 por mes.
Su inicio fue a partir de que se metió en el mundo de los celulares y empezó a ver cómo conseguir juegos de PlayStation de forma ilegal para venderlos. Así entró en un grupo de Telegram donde se compraba y vendía de todo de forma trucha.
Entonces, en ese comprar y vender cosas, vendió una página de Instagram de humor negro, y para vender esa página necesitaba un número de celular, y esa fue la primera vez que duplicó un celular.
También por Telegram, desconocidos le dijeron que tenían clientes preocupados por infidelidades, y le ofrecían entre $12.000 y $15.000 por cada intrusión a teléfonos para recolectar información. Esa es la historia que, en cierta forma marginal, este muchacho cuenta.
¿Te resulta verosímil la historia?
Yo no soy un técnico en estas cosas, pero me parece que efectivamente alguien le encarga, por supuesto que no es él ideólogo, porque es un pibe de 22 años. El hacker del teléfono de Marcelo D’Alessandro no fue el de la idea, fue mano de obra.
El tema es que le hacen el encargo por Telegram y le pagan con criptomonedas, dos cosas muy difíciles de rastrear. Quien lo hizo, sabía cómo hacerlo.
El único dato que tiene es que, quien le hizo el encargo, le mandó un audio por Telegram diciendo: “me comunico en un rato porque ahora estoy con los gurises”. Con eso él sacó la conclusión que quien lo contrató era del norte del país, pero no tiene ninguna prueba porque dice que el celular fue vendido.
Mi tesis es que la cuestión de fondo es lo que anunciaba Zygmunt Bauman en la era de la liquidez, cuando planteaba el fin de la intimidad. Lo que queda claro es que, si un joven puede duplicar al ministro de Seguridad de la Ciudad de Buenos Aires, no existe la intimidad, porque no hace falta un sistema sofisticado para intrusear las comunicaciones.
Tenés razón, solo que en este caso D’Alessandro tomó muy pocas medidas de seguridad.
Fijate que hay como 20 hackeos, y sin embargo, que sepamos, no pudieron entrar a los otros celulares porque tenían una cosa tan simple como la doble contraseña, es decir, no era tan fácil.
Lo que dice este muchacho, Elías Núñez Piñeiro, es que se mete en el celular y le hacen unas preguntas, para responder esas preguntas él ya había entrado con perfiles falsos al Nosis, que es un sistema de información privada.
Con eso contestó las preguntas, y cuando lo hizo, le mandaron unos números habilitándolo a ingresar, y sostiene que él no ingresó, sino que le dio ese código a quien lo contrató y fue esa persona quien hizo el ingreso y se quedó con la información.
Si hubiera habido doble contraseña no hubieran podido entrar. En este caso D’Alessandro tuvo poca seguridad. La intimidad está jodida.
En esa lista también hackearon otros teléfonos de funcionarios de Juntos por el Cambio, Diego Santilli por ejemplo. ¿Creés que esos datos se guardaron para usarlos en otro momento?
Tengo dudas. Es obvio que D’Alessandro chateaba con Horacio Rodríguez Larreta, y no hay ningún chat donde aparezca Larreta. ¿Estarán guardándolo? No lo sé ¿Estarán amenazando? No lo sé.
Entraron a los teléfonos de dos de los tres jueces de la causa Vialidad, pero no sabemos si terminaron de lograr la entrada. Por ahora, no parece haber logrado entrar a los otros celulares, pero no sabemos. La verdad es que, si entran a mi celular, no tengo ningún problema.
Eso es lo que yo le decía a D´Alessandro, porque él ponía el foco en el espionaje, y le ponía el ejemplo de Bauman, que lo que uno tiene que hacer es portarse bien y asumir que no hay posibilidad de que algo sea impune en el mundo actual. ¿La denuncia de Rosatti de que le habilitaron cuatro teléfonos con su nombre es espionaje ilegal es una especie de recidiva? ¿Lo único que existirá será lo analógico y lo personal?
Desde ayer intento entender las cuatro líneas que supuestamente le crearon a Horacio Rosatti. En verdad, vos querés meterte y ver lo que habló en su línea, no tiene sentido crear otras, a menos que las vayas a usar para entrarle a su cuenta bancaria o para hacerte pasar por él para algo.
En líneas generales, el error central de algunos políticos es que los malos comportamientos no pueden ocultarse más.
Tal cual.