El Ministro de Relaciones Exteriores de Irán, Hossein Amir-Abdollahian, el Ministro de Relaciones Exteriores de Arabia Saudita, el Príncipe Faisal bin Farhan Al Saud, y el Ministro de Relaciones Exteriores de China, Qin Gang, caminan durante su reunión en Beijing.
Arabia Saudita e Irán dieron un paso para la reanudación de sus relaciones diplomáticas en un encuentro en China del ministro de Relaciones Exteriores iraní, Hosein Amir Abdolahian, y su homólogo saudita, Faisal bin Farhan al Saud. Esta reunión formaliza el acuerdo impulsado por el presidente chino Xi Jinping en marzo que pretende acabar con la histórica rivalidad entre dos de las principales potencias de Medio Oriente. La ONU confía en que este acercamiento traiga estabilidad para la región.
Un apretón de manos que formaliza el fin de 7 años de hostilidades entre las dos potencias de Medio Oriente. A la izquierda, Irán con una población de 87 millones de personas de mayoría musulmana chiita. A la derecha, el gigante sunita, Arabia Saudita, con menos población pero con un producto interno bruto superior al iraní en más de 470 mil millones de dólares, según datos del Banco Mundial. Y en medio de ambos países de Medio Oriente, China.
La segunda economía del mundo ha jugado un papel central en el acercamiento entre Teherán y Riad. En marzo, el presidente chino, Xi Jinping, ayudó a negociar el acuerdo sorpresa entre Irán y Arabia Saudita en una muestra de la creciente influencia de Beijing en Medio Oriente. Y este jueves, dicho acercamiento se selló en lo que no solo representa un triunfo para una región asolada por conflictos donde Estados Unidos ha sido durante décadas el principal mediador; sino también el triunfo de una China con cada vez más poder de influencia en el sistema global.
Sin embargo, China sostiene que su papel mediador no implica injerencia en asuntos internos, todo lo contrario. En la reunión del jueves, el ministro de Relaciones Exteriores chino, Qin Gang, aseguró que “Beijing apoya a los países de Medio Oriente para que defiendan su independencia estratégica, se deshagan de la ‘interferencia’ externa y mantengan el futuro de la región en sus propias manos”.
El fin de la enemistad entre el reino saudita y la teocracia iraní se produce por la necesidad de estabilidad regional y la búsqueda de cooperación económica, según un comunicado conjunto expedido por ambas naciones. En el que se comprometen a reabrir embajadas y consulados dentro del período de dos meses estipulado en el acuerdo de marzo.
“Los equipos técnicos continuarán la coordinación para examinar formas de ampliar la cooperación, incluida la reanudación de vuelos y visitas bilaterales de delegaciones oficiales y del sector privado y facilitar el otorgamiento de visas para los ciudadanos de los dos países”, reza el comunicado conjunto.
¿Tambalea la alianza estratégica entre Estados Unidos y Arabia Saudita?
Arabia Saudita se convirtió en uno de los principales aliados de Estados Unidos en Medio Oriente, tanto en lo comercial —como dos de los mayores productores petróleo en el mundo— así como en la lucha contra el terrorismo. Mientras que Irán se proclamó como el principal enemigo de Estados Unidos en la región desde el triunfo de la Revolución Islámica en 1979 y la instauración del régimen de los ayatolás.
Por lo que Estados Unidos es cauteloso al pronunciarse sobre el acercamiento entre Arabia Saudita e Irán. Funcionarios estadounidenses han expresado su escepticismo sobre si Irán cambiará su comportamiento luego del acuerdo con Arabia Saudita.
“Si este diálogo conduce a acciones concretas de Irán para frenar sus actividades desestabilizadoras en la región, incluida la proliferación de armas peligrosas, entonces, por supuesto, lo agradeceríamos”, dijo Vedant Patel, principal portavoz adjunto del Departamento de Estado.
Esta misma semana, Bill Burns, director de la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos, (CIA) por sus siglas en inglés, viajó a Arabia Saudita para reafirmar en conversaciones con sus homólogos y líderes nacionales una cooperación de inteligencia de décadas de antigüedad, incluso en la lucha contra el terrorismo.
Arabia Saudita también sospecha del programa nuclear de Irán, que ha avanzado significativamente desde que Estados Unidos se retiró de manera unilateral del acuerdo de 2015 con las potencias mundiales para frenar las actividades atómicas de Irán a cambio del alivio de las sanciones.
Por el momento, el acercamiento entre sauditas e iraníes se centra en las relaciones comerciales, según lo que expresan los comunicados conjuntos.
¿Acercamiento entre Irán y Arabia Saudita traerá estabilidad para Medio Oriente?
Arabia Saudita cortó los lazos con Irán en 2016 después de que su embajada en Teherán fuera asaltada durante una disputa entre los dos países sobre la ejecución de un clérigo chiíta en Riad.
La relación comenzó a empeorar un año antes, después de que Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos intervinieran en la guerra de Yemen, donde los hutíes —grupo insurgente chiita apoyado por Irán— derrocó a un gobierno respaldado por Arabia Saudita y se apoderó de la capital, Saná. Yemen es el principal escenario de confrontación entre Arabia Saudita e Irán.
La guerra yemení ha dejado casi medio millón de muertos, según la ONU, y ha sido considerada como la peor crisis humanitaria en la actualidad. Por lo que el secretario general de la ONU, António Guterres, dijo que el restablecimiento de las relaciones entre Arabia Saudita e Irán es “un acontecimiento muy importante” para aumentar la estabilidad en la región.
Sin embargo, no está claro si el restablecimiento de las relaciones diplomáticas podría ayudar a impulsar la paz en Yemen, donde Arabia Saudita no ha logrado un acuerdo de alto el fuego permanente con los hutíes.
En el pasado, Arabia Saudita ha acusado directamente a Irán de armar a los hutíes, quienes han lanzado misiles y drones contra ciudades e instalaciones petroleras sauditas.
Por su parte, Tim Lenderking, enviado especial de la Administración del presidente estadounidense Joe Biden para Yemen, afirmó esta semana que “los sauditas continuarán observando con atención” a dicho país.
Estados Unidos apoya al frente saudita en Yemen e insta a que Irán demuestre que realmente está dando un giro al conflicto con el fin del contrabando de armas a los hutíes y la supuesta participación iraní en el tráfico de narcóticos.