Alrededor de cuatro minutos después de haber despegado, y durante su primer vuelo de prueba, la nave espacial Starship de la compañía SpaceX explotó en el aire. El cohete espacial, de la empresa de Elon Musk, fue lanzado desde la plataforma de Boca Chica, en Estados Unidos, donde cientos de personas se habían reunido para observar su ascenso.
Debía marcar un hito en la historia de la astronáutica, pero, poco después de un aparente lanzamiento exitoso, el cohete Starship sucumbió.
El vehículo espacial de 120 metros de altura, el más grande del mundo, explotó en el aire, cuatro minutos después de haber sido lanzado desde la plataforma de Boca Chica, cerca a Brownsville, en Texas (Estados Unidos).
Hasta las inmediaciones de la plataforma habían llegado cientos de personas para presenciar el despegue del vuelo de prueba sin tripulación. Sin embargo, la imagen que se llevaron fue la de motores del cohete prendidos en una bola de llamas y humo.
El aparato de la compañía SpaceX, de Elon Musk, esperaba, en el mejor de los casos, un vuelo debut de 90 minutos. Debido a que se trató de un vuelo de prueba, estaba previsto que el vehículo cayera al océano Pacífico, a unos cien kilómetros al norte de la isla de Kauai, en Hawái.
No obstante, el módulo superior de Starship no se separó –como estaba diseñado– del Super Heavy, el módulo inferior. Y se observó que el vehículo combinado se volteaba de un extremo a otro, justo antes de detonar.
La compañía describió lo ocurrido como una “desintegración no programada” y, pese a la explosión, calificó la operación de “éxito”, debido a que se alejó lo suficiente de la plataforma sin causar daños; y a que representa un aprendizaje para sus planes futuros de enviar personas a la Luna y eventualmente a Marte.
“Con una prueba como esta, el éxito se cifra en todo lo que podamos aprender, y el lanzamiento de hoy mejorará la fiabilidad de Starship a medida que perseguimos el objetivo de llevar la vida a otros planetas”, señaló SpaceX mediante un mensaje difundido en su cuenta de Twitter.
Musk felicitó a todo el equipo y subrayó que “han aprendido mucho” de cara al próximo lanzamiento, que se realizará “en unos meses”.
Starship, parte clave de la nueva carrera espacial
Este poderoso cohete se proyecta como la gran promesa para llevar carga y humanos, no solo astronautas, a la Luna y eventualmente a Marte. Una carrera que lidera Estados Unidos.
Además, SpaceX apunta a hacerlo posible a bordo de una nave reutilizable, que espera ser la primera en volver a llevar a los primeros astronautas al satélite natural de la Tierra en más de 50 años. Un trayecto inicialmente previsto para 2025. Sin embargo, las fallas en las pruebas pueden hacer que esa fecha se retrase.
Según los planes de la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (Nasa), que tiene un millonario contrato con la compañía de Musk, los primeros serían una mujer y una persona que no sea blanca.
La NASA ha reservado un Starship para su próximo equipo de caminata lunar, y personas de alto poder adquisitivo ya están reservando sobrevuelos lunares.
Con una altura superior a la de la Estatua de la Libertad, Starship supera fácilmente a los cohetes lunares de la NASA, del pasado y del presente. La nave de acero inoxidable está diseñada para ser completamente reutilizable con una respuesta rápida, lo que reduce drásticamente los costos, de manera similar a lo que han hecho los cohetes Falcon, más pequeños y también de SpaceX.
La empresa tiene más propulsores y naves espaciales preparadas para futuros vuelos de prueba. Musk quiere dispararlos en rápida sucesión, para poder comenzar a usar los Starship sin tripulación a la órbita terrestre baja, alrededor de la Tierra, y luego poner personas a bordo.
Por Yurany Arciniegas-France24 con Reuters, AP y medios locales