El empresario fue el mentor de las millonarios sobornos por obra pública que desataron una tormenta de juicios en varios lugares del continente. La pena se había reducido por “delación premiada” a 7 años.
El empresario brasileño Marcelo Odebrecht, ex titular de la constructora Odebrecht que pagó coimas por cientos de millones de dólares a políticos de varios países del continente, fue liberado este sábado por la Justicia brasileña, y se indicó que trabajó en un hospital de San Pablo para lograr que se le reduzca la condena recibida en el proceso conocido como Lava Jato. Odebrecht había sido condenado a 19 años de prisión por pagar sobornos en el marco del megaescándalo de corrupción, asociación ilícita y lavado de dinero en la construcción de obras públicas.
Sin embargo, como hizo un acuerdo de delación premiada, el ex juez Sergio Moro le redujo la pena a diez años y el año pasado, el Supremo Tribunal Federal (STF) redujo todavía más ese plazo a siete años, un lapso que con las labores sociales que realizó ahora se dio por cumplido: los dos últimos años estuvo trabajando en el sector administrativo del Hospital de Clínicas de la ciudad de San Pablo, el mayor centro médico público de América Latina.
Allí Odebrecht cumplía diversas tareas en el sectorde oficinas tres veces por semana. El Hospital de Clínicas depende de la Universidad de Sao Paulo (USP) hasta el 26 de enero pasado como parte de las actividades reductoras de la pena. “Discreto, pasaba desapercibido y pocos sabían de su presencia“, publicó el periódico brasileño.
El empresario era el presidente de la mayor constructora brasileña, la del apellido familiar, y llegó a un acuerdo con la Fiscalía y el ex juez Sérgio Moro para reducir las penas a cambio de delatar el cartel de empresas contratistas de obra pública que prestaban servicios a la petrolera estatal Petrobras, un escándalo de proporciones que impacto de lleno en la política del vecino país.
Otros 57 ejecutivos de la firma adhirieron a la delación premiada para reducir las penas, pero algunos, como Alexandrino Alencar, denunciaron que fueron presionados por la Fiscalía para involucrar al actual presidente de Brasil, Luiz Inácio “Lula” da Silva, en su testimonio.
Las ramificaciones del escándalo Odebrecht se extendieron a investigaciones de otros países del continente, y la compañía cambió de nombre, para reconvertirse tras una transformación ética y de prácticas anticorrupción por orden del Departamento de Justicia de Estados Unidos, en base a un acuerdo para poder seguir operando en el país norteamericano.
Odebrecht había adherido al acuerdo de delación con la Justicia brasileña en 2016 y estuvo detenido hasta 2021, cuando fue beneficiado con la prisión domiciliaria en su mansión de San Pablo.