El gobernador armó una foto federal para mostrar el poderío de la UCR y plantarse mejor en la negociación interna de JxC. La chicana sobre Lousteau.
Se jugaba mucho más que una elección provincial. Gerardo Morales buscó maximizar el triunfo en Jujuy para plantarse con más autoridad en la interna de Juntos por el Cambio. Todavía lanzado como precandidato presidencial, el jujeño armó una foto federal radical para celebrar el triunfo de su delfín, Carlos Sadir, y buscó consolidar hacia adentro su alianza con el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta y con Elisa Carrió.
Larreta llegó al hotel Altos de La Viña pasadas las 20, acompañado por el senador y precandidato a sucederlo por la UCR, Martín Lousteau, el diputado todoterreno Emiliano Yacobitti, y el presidente de la Coalición Cívica, Maximiliano Ferraro, enviado de Lilita.
La visita estaba prevista desde hacía varios días. El triunfo era un hecho, pero en Jujuy se toparon con la extrema cautela del equipo de Morales, que escondió los números hasta pasadas las 21.30, cuando tuvieron datos propios que confirmaban una victoria contundente. “Está mucho mejor de lo que se dice”, apuntaban por lo bajo los operadores políticos del gobernador. En la planta baja del hotel resonaron los aplausos cuando las mesas testigo mostraron un número cercano al 50%. Recién entonces se decidió avanzar con el anuncio público.
Morales estuvo toda la jornada rodeado de viejos compañeros de ruta. El viernes, había aterrizado en Jujuy el exgobernador de Chaco Ángel Rozas, a quien el jujeño le agradeció especialmente. Morales no estaba en su distrito ya que estuvo hasta el sábado en Tierra del Fuego, de campaña con el candidato del radicalismo en esa provincia, Pablo Blanco.
Con el correr de las horas, comenzaron a llegar más referentes de la UCR. Entre el sábado y el domingo, empezaron a transitar por el hotel el exsenador por Tucumán José Cano; el santacruceño Eduardo Costa; el prosecretario parlamentario, Juan Pedro Tunessi; el diputado formoseño Ricardo Buryaile; el cordobés Mario Negri; el intendente de San Isidro, Gustavo Posse; y la mano derecha de Morales, Guillermo “Willy” Hoerth, entre otros.
El domingo, Morales puso a todos sobre el escenario. Quiso mostrarle al PRO la contundencia de su triunfo en una provincia que tuvo décadas de dominio del Partido Justicialista. “Nosotros le ganamos al peronismo y nos quedamos”, decía, con cierta ironía un operador político local, en clara alusión a los cuatro años de gobierno de Mauricio Macri en el país.
El jujeño buscó, además, hacer gala del músculo territorial de la UCR en el interior del país, a sabiendas de que el conurbano bonaerense es su talón de Aquiles. Allí pesa más el PRO, que irradia desde la ciudad que gobierna Larreta. Triunfador, Morales tiró el mensaje que puso pálido al jefe de Gobierno porteño, tironeado por las internas del PRO. “Este es el que te va a reemplazar, si Dios quiere. Estamos trabajando fuerte para eso”, le dijo en referencia a Lousteau. El alcalde porteño se incomodó. El radicalismo apuesta todo a recuperar la Ciudad de la mano del líder de Evolución. Es el único distrito en manos del PRO.
Morales aflojó después la tensión con una bienvenida cálida, a quien presentó como “un candidato a presidente, como yo”. Larreta lo felicitó por la gestión y llamó a consolidar los triunfos de Juntos por el Cambio “provincia a provincia”, para terminar en el triunfo nacional. En el búnker hubo quienes interpretaron el gesto como la presentación pública de una posible fórmula presidencial cruzada.
Los faltazos dejaron evidencia de la división interna. La otra precandidata presidencial por el PRO, Patricia Bullrich, brilló por su ausencia. En la reunión privada de dirigentes, el jefe de Gobierno porteño dejó en claro que él tampoco tolerará que los intendentes de la provincia de Buenos Aires vayan colgados de su boleta y de la Bullrich. No habrá “Y”. Los hará elegir. Para el larretismo, la foto con Morales también fue un triunfo. Entienden que fortalece la posición del alcalde frente a Bullrich.
En Jujuy tampoco estuvo el radical Facundo Manes, aunque más tarde felicitó a Sadir desde sus redes sociales y reconoció “la gestión” de Morales en Jujuy. En el radicalismo dicen que las relaciones entre Morales y Manes ya no están tan frías. Podría haber novedades en las próximas semanas. Otro que no fue de la partida fue el gobernador de Corrientes, Gustavo Valdés, aunque se comunicó por teléfono para avisar que no llegaría. De Macri no se habló.
“Ahora hay que seguir. Gerardo va a seguir de gira por las provincias. Al final del camino se verá”, explicaron en el entorno del jujeño, que insiste en que será candidato a la presidencia. El gobernador ya tiene agenda para los próximos días, al lado de candidatos radicales en otras provincias. El martes estará en Salta con Miguel Nanni y el miércoles viajará a Tucumán. Buscará generar un efecto contagio en las provincias vecinas para fortalecer su posición en la negociación interna de JxC.
Por Gabriela Pepe-Letra P