Misiones Para Todos

Gato encerrado

Macri coquetea con la ruptura de Juntos por el Cambio y armar algo nuevo con Milei. La incomodidad de Patricia Bullrich.

Mauricio Macri cree o quiere creer que la ruptura de Juntos es inevitable. El ex presidente se dio cuenta que el armado de Rodríguez Larreta con los radicales es sólido y tiene alcance nacional. Lo desprecia en términos electorales, pero entiende que no será fácil imponerse a esa estructura, sólo con el carisma de Patricia Bullrich.

La pulseada de poder entre Larreta con Macri ya degeneró en un enfrentamiento personal. Sólo se cruzan en las reuniones de la mesa nacional de Juntos y es a cara de perro. Macri lo ningunea, lo gasta, y Larreta le responde con un hielo que puede ser incluso más ofensivo que las chicanas del ex presidente. 

El jefe de Gobierno cree que la decisión de imponer las elecciones con boleta única pese a la oposición pública de Macri lo revalidaron frente al poder. Fue como el primer tiro frontal de ese tortuoso parricidio en cámara lenta que viene tanteando hace dos largos años.

¿Cómo sigue esa pelea? Ni ellos lo saben. Pero después de bajarse, Macri lejos de pararse por encima, se obsesionó con la derrota de su rival interno. La interna es tan destructiva y tan falta de dirección política, que ambos, podrían ser responsables de la pérdida de la Ciudad a manos de Lousteau. Una catástrofe política para el PRO, que pondría al partido que crearon en el límite de la desaparición.

Larreta sostiene a Fernán Quiros como rival de Jorge Macri. Si dividen el voto PRO podría quedarse con la candidatura a jefe de Gobierno el senador radical. La opción de presentar a Vidal como opción “superadora” fue dinamitada por el propio Macri, que en una breve llamada le dejó en claro que no la iba a apoyar. Fue cortante. Luego de entusiasmarla con la candidatura presidencial y hacerla enfrentar a Larreta, la dejó al costado del camino. “Me siento usada”, se sinceró la ex gobernadora en un diálogo con Larreta.

Ese riesgo corre como frío intenso por la espalda de Patricia Bullrich y Cristian Ritondo. Macri analiza por estas horas apoyar públicamente a su ex ministra de Seguridad en la pelea con Larreta. Es un respaldo y puede ser una trampa, si el ex presidente finalmente avanza con un proyecto que viene acariciando en silencio, la creación de un nuevo espacio político con Javier Milei.

Bullrich hasta ahora no está embarcada en esa diagonal, aunque cerca suyo son varios los que avanzaron en los últimos días en los contactos con el economista. Dos de sus candidatos a gobernador, Joaquín de la Torre y Javier Iguacel, dieron ese paso. Es una casualidad que los dos estén absolutamente alineados con Macri y lo visiten seguido.

Otra casualidad es que en Santa Fe, Macri haya propiciado la fórmula entre Carolina Losada y Federico Angelini. Para decidirse Losada estaba esperando que Milei no presentara candidato. Finalmente su deseo se cumplió. Angelini, también de Macri puro, se sumó al equipo de Bullrich como armador en el interior y la sucedió como presidente del PRO. “Hay que mirar de cerca los movimientos cruzados de Milei y Macri”, proponen cerca de Larreta.

En el Gobierno las cosas son más simples: “Está clarísimo que Macri juega a Milei”, comenta un ministro de los importantes. El desafío de esa jugada de Macri es que por ahora no encontró un respaldo en bloque del establishment, que mira con escepticismo el perfil excéntrico del economista libertario. Hay una distancia grande entre ser un instrumento útil para correr la agenda a la derecha y la Presidencia. 

Como sea, estos deslizamientos encuentran a Bullrich en una situación incómoda. La ex ministra no es un peón dócil como los que suele utilizar Macri. Y está claro que alrededor suyo están pasando cosas que no controla. No está nada claro cual sería su lugar en una fusión con Milei, ni las ventajas de lanzarse a semejante aventura cuando tiene chances ciertas de ganar la primaria de una de las dos coaliciones con más estructura del país. La Argentina ya dinamitó el sistema de partidos y lo reemplazo por coaliciones, en un póstumo homenaje a Torcuato di Tella. Ahora Macri parece empeñado en denotar la precaria estabilidad de las coaliciones. 

“Milei ya tiene una posición, no quiere unirse a Juntos por el Cambio, en Jujuy y en Misiones sacó cero votos”, dijo este lunes la ex ministra en una declaración inusualmente dura contra el economista. Lo hizo al entrar a la cumbre de Juntos en la que Macri llegó citando a Milei: “Ya va a llegar la época de la libertad”, dijo el ex presidente. ¿A quién le hablaba?

Por Ignacio Fidanza – LPO