El ministro apunta al respaldo del bloque y a mejorar la importación en yuanes. Dos jugadas contrarreloj antes de acordar fondos frescos con el FMI, la meta mayor.
El dato de inflación de abril terminó de cerrar el mes que el ministro de Economía, Sergio Massa, había definido como clave para lanzar su candidatura presidencial. Ahora, el foco del plan para llegar” está puesto en tres movimientos. Viajar a China a obtener el respaldo de los ministros de finanzas del BRICS y así darle forma al acuerdo con Brasil por las exportaciones. Acelerar las importaciones en yuanes. Llegar a buen puerto con el Fondo Monetario Internacional (FMI). En las tres situaciones el objetivo es el mismo: reforzar las reservas para afrontar la escasez de dólares, madre de la inestabilidad de una economía que el ministro necesita domar para lanzar su postulación a la Casa Rosada.
El martes pasado el titular del Palacio de Hacienda recibió la invitación para participar de la reunión convocada por el banco de los BRICS, el New Development Bank (NDB), dirigido por la expresidenta brasileña Dilma Rousseff, y el gobierno chino. Será en Shangai entre el 30 y 31 de mayo y entre los temas a tratar tiene la modificación del artículo 7°. Un punto que dice que sólo los socios plenos pueden gozar de un fondo para emergencias.
Argentina no cuenta con esa categoría que poseen Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, integrantes del bloque. Allí entra el rol de Luiz Inácio Lula Da Silva como presidente de Brasil, que apunta a la relación comercial con nuestro país, y su vínculo con Xi Jinping, quien tiene un interés geopolítico particular con la región. Con un llamado, Lula le pidió a Dilma que se discuta el cambio en el estatuto y el NDB funcione como garante de compensación para el arreglo de importaciones al que Massa quiere llegar con su par brasileño, Fernando Haddad.
Diez días atrás, el presidente Alberto Fernández estrechó su mano con Da Silva, pero volvió sin acuerdo. La intención es que las empresas del país vecino exporten mediante una prefinanciación y que la Argentina pague en moneda local. Así, se lograría evitar el uso de unos 6000 millones de dólares de las reservas del Banco Central.
Massa irá a China para destrabar la puesta en marcha de ese mecanismo. Además, tratará de conseguir el apoyo de las 210 firmas que exportan hacia Argentina. Según había dejado trascender Hacienda, la evaluación de ese acuerdo continuaría con una misión técnica del ministro a Brasilia y un encuentro con su par brasileño, pero las fuentes consultadas por Letra P aún no pudieron precisar esa fecha.
Por otro lado, en Economía consideran clave acelerar la compra de productos provenientes de China en yuanes. En ese sentido, el Gobierno puso dos incentivos a las empresas: acortar los tiempos de autorización de los permisos de 180 a 90 días y resaltar el ahorro en los “costos de transacción”. Según indicaron en la Secretaría de Comercio a este medio, “el 50% de las operaciones de importaciones provenientes del país asiático fueron efectuadas en esa moneda y se trabajará para seguir avanzando en ese sentido”. Se trata de unos 1.087 millones de dólares en yuanes y el objetivo es alcanzar entre el 70% y el 80% de las operaciones.
La pelea final
Hasta acá, dos negociaciones que el tigrense apura a cerrar antes de la gran pelea, la reedición del acuerdo con el FMI. La vocera del organismo, Julie Kozack, colocó en primer lugar este jueves el impacto de la sequía antes que el adelanto de desembolsos por u$s10.060 millones que Argentina está desesperada por traer a sus reservas.
En ese juego, Haddad, uno de los abogados que le puede dar un 3,07% de los votos en el Board de la entidad crediticia, pidió al Tesoro de Estados Unidos que interceda para que el Fondo ayude a Massa a “superar la crisis”. El país norteamericano tiene un 16% de representación y para aprobar un nuevo programa Argentina necesitará un 85%.
En la mesa donde “todo está en juego”, Massa está dispuesto a ceder más ajuste a través de un recorte mayor del subsidio a las tarifas. Pide a cambio flexibilizar los vencimientos y atar las metas a los resultados de las exportaciones, como quiere la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner. A principios de marzo, el organismo había pedido mejorar el cumplimiento en dos impuestos clave como IVA y Ganancias. Puede ser una de las vías. A Kristalina Georgieva, en tanto, probablemente no le tiemble el pulso para exigir una devaluación.
Por Eugenia Muzio-Letra P