La razón fundamental tiene que ver con la forma de gestación de la violencia. Una violencia -como dice en la placa- en un territorio concentrada y en el otro ramificada. La violencia en el Conurbano se gestó a partir de la corrupción policial que atravesó por diversos pasos dinámicos en donde la droga devino en un fin por el poder territorial y bajo la consigna de la administración para evitar disputas y complejizar las investigaciones judiciales. En Rosario, en cambio, la violencia se construyó a partir de la droga como medio y no como fin. Sin administración, sin regulación y con la configuración de la primera organización criminal argentina con perfil de cárte. Esal que fue por la columna vertebral del Narcotráfico
Los Monos y el Lavado de Activos. La droga era el medio. La falta de regulación desató la barbarie que aún en el Conurbano se contiene, a pesar de ser hoy, los protones desviados de la Bonaerense, un sector que perdió su capacidad regulatoria para ser una banda más o bien, para integrar algunas redes.
*En el Conurbano la violencia se construyó desde lo institucional.
*En Rosario, la violencia, se construyó desde la periferia pero para penetrar en todas las vías de la matriz subterránea del Narcotráfico.
Por Laura Etcharren – https://soclauraetcharren.blogspot.com/