Se trata de Roberto Miguel Vallejos (42), dueño de un extenso historial delictivo que incluye robos a mano armada, condenas por comercialización de drogas y además, está sospechado de tener nexos con una banda delictiva brasileña.
Luego de cinco meses de investigación fue detenido esta madrugada Roberto Miguel Vallejos (42), dueño de un extenso historial delictivo que incluye robos a mano armada en la zona Centro de la provincia, condenas federales por transporte y comercialización de droga en barrios de Oberá y además, está sospechado de tener nexos con una banda delictiva brasileña.
Era buscado por una causa de venta de drogas que tiene a su pareja privada de la libertad desde fines del año pasado y fue detenido en una precaria vivienda ubicada en la zona rural de la localidad Mártires, siendo clave para el resultado las tareas de inteligencia realizadas por los investigadores de la Unidad Regional II de Policía.
Por la peligrosidad del sujeto participaron en el operativo (hoy a las 5.00) la División Drogas Peligrosas, Guardia de Infantería, Comando de Radioeléctrico Zona Centro y Sur, Investigaciones y uniformados la Comisaría de la localidad.
De acuerdo a la información oficial, tras determinar el escondite de Vallejos, con la orden de allanamiento expedida por el Juez Federal de Oberá fueron a buscarlo en dos chacras, pero la primera irrupción resultó en la detención.
El hombre estaba en compañía de una mujer de 34 años oriunda de Los Helechos y ante la llegada de las diversas unidades tácticas policiales intentaron huir, pero fueron inmediatamente reducidos. Mientras que en el segundo registro domiciliario, propiedad de un familiar del prófugo, no se hallaron elementos relevantes para la causa.
Detención y seguimiento
Se informó desde el ámbito policial que la pesquisa para detener al sospechoso comenzaron tras la detención de su pareja, a fines del año pasado. Fue interceptada -tras una persecución sobre ruta nacional 14- con 114 gramos de cocaína encima y varios teléfonos celulares, causa por la que sigue detenida a disposición de la Justicia Federal.
Las investigaciones por ese hecho condujeron a un primer allanamiento realizado el año pasado en el domicilio del Vallejos, donde hallaron otros 455 gramos de cocaína, aunque la vivienda se encontraba deshabitada en ese momento. La Justicia requirió su captura y él se ingenió para mantenerse oculto todos estos meses.
Como se mencionó, el sujeto posee varios antecedentes delictivos, incluyendo su detención en un robo calificado por el uso de arma de fuego y participación de un menor, así como en otros casos de robos focalizados en localidades de la zona centro.
En el año 2018, la Policía ya había frustrado un intento de liberación de un criminal brasileño donde Vallejos había colaborado. En su ficha criminal aparece una fuga de una dependencia de Prefectura Naval y tres condenas por narcotráfico, dos de ellas en apenas 6 meses, siendo la última por 4 años y 6 meses por vender cocaína en su casa del barrio Aeroclub de Oberá.
Más allá de eso, en el entrecruzamiento de datos con la Policía de Brasil fue vinculado con una peligrosa banda criminal de ese país y no se descarta su participación en la facilitación de la fuga de detenidos federales de la Comisaría de San Martín, ocurrida en febrero del año 2022.
Historial criminal de un delincuente reincidente
Vallejos está ligado al microtráfico de marihuana y cocaína desde hace por lo menos dos décadas y siempre se movió con una impunidad notable en los barrios mas humildes de Oberá y otras localidades de la zona Centro, donde ganaba dinero a costa de la adicción de sus clientes, compradores compulsivos de las dosis que lo llevaron un corto tiempo a la cárcel cuando fue detenido por primera vez, en agosto de 2008.
Estuvo en prisión y luego fue liberado porque, si bien cayó con alrededor de 50 gramos de marihuana fraccionada en su bolsillo, nunca pudieron probar que la finalidad era comercial y fue imputado por tenencia simple, figura penal que lo devolvió a la calle a los pocos meses.
No sabía hacer otra cosa y por eso, según recordaron los vecinos que lo vieron infinidades de veces concretando ventas ilegales en las oscuras esquinas de los barrios Tuichá y Villa Cristen, siguió llevando adelante el negocio con total normalidad, pero la ambición lo llevó a asumir otras responsabilidades ligadas al transporte de grandes cantidades de marihuana que, definitivamente, lo condujeron a prisión un tiempo después.
Dos hechos, dos condenas
El reincidente narcotraficante obereño recibió a mediados de junio de 2015 su segunda condena en seis meses. La primera fue a finales de diciembre de 2014, por transporte de estupefacientes en calidad de autor y semanas después por la vieja causa de 2008 cuando su negocio quedó al descubierto a instancias de un vecino.
Es que cansado de la impunidad que cubría a Vallejos, en aquella oportunidad un anónimo alertó a la guardia del Escuadrón 9 de Gendarmería Nacional que en inmediaciones de la calles Río Cuarto y el arroyo Tuichá -cerca de una postergada zona lindante al complejo deportivo obereño- se estaba concretando, una vez más, la venta al menudeo.
Luego de una breve vigilancia, los federales lo atraparon en flagrancia, o sea, con la droga en sus manos. No ofreció resistencia ni quiso correr, pero aseguró que era para consumo propio y jamás pudieron probar que vendía, algo que los padres de la villa confirmaron con mucha certeza porque sus propios hijos eran los perjudicados.
Lo cierto es que por esa causa lo condenaron a un año de cárcel porque el encartado (que cumplía la otra pena de cuatro años) reconoció ser dueño de la droga y accedió a un juicio abreviado, donde acordó el castigo junto a la defensora oficial, Susana Beatríz Criado Ayán y la fiscal general ante el Tribunal Federal de Posadas, Vivian Barbosa.
Esos doce meses finalmente se convirtieron solamente en dos, a instancias de una decisión de los jueces del cuerpo tribunalicio, que en aquel momento unificaron las penas en cuatro años y dos meses pero de cumplimiento efectivo, en la Unidad Penal 17 de Candelaria.
Vallejos recuperaría la libertad recién a principios de 2018, pero dos meses después, el 20 de marzo de ese año, volvió a caer con quien era su pareja, por vender cocaína en el barrio Aeroclub. Esa vez firmó un abreviado por 4 años y 6 meses.
Evidentemente logró beneficios que lo devolvieron a la calle y continuó en la misma, hasta hoy, cuando nuevamente fue depositado en prisión por otra causa por narcotráfico.
Conexiones bajo la lupa
En su momento, Vallejos fue investigado por presuntas conexiones con Mario Abel Lisica Kusnik (30) y Amanda Laureana Da Rocha (29), matrimonio obereño condenado en marzo de 2015 como coautores del delito de almacenamiento de estupefacientes en la vivienda que ambos habitaban en el barrio Mate Rojo de Oberá.
Lisica Kusnik y Da Rocha tenían 38 kilos de marihuana y fueron condenados a cuatro años de prisión, de cumplimiento efectivo y domiciliaria en el caso de la mujer.
Fuente: El Territorio