Hace seis años estalló un escándalo con la detención del intendente, el vice y el jefe de la comisaría de la ciudad correntina de Itatí, acusados de formar parte de una banda que distribuía marihuana a distintos puntos del país. Los principales acusados fueron condenados, pero muchos recuperaron la libertad, como el caso del yerno del exjefe comunal que ahora volvió a caer cuando se encontraba en un taller de la localidad santafesina de Funes, donde ocultaban 500 kilos de estupefacientes. Los últimos cargamentos y por qué esta localidad sigue siendo una de las principales puertas de ingreso de marihuana.
Nada parece haber cambiado en la ciudad de Itatí, un pueblito correntino a orillas del río Paraná que tiene poco más de 6 mil habitantes. En marzo del año 2017, cuando estalló un escándalo nacional con las detenciones del intendente Natividad “Roger” Terán, el vice Fabio Aquino y el comisario Diego Ocampo Alvarenga, entre otros, acusados de formar parte de una organización que acopiaba marihuana en grandes cantidades y la distribuía en distintos puntos del país, muchos pensaron que el reinado narco en estos pagos se había acabado.
La “operación Sapucay”, como se conoció al operativo realizado por Gendarmería Nacional, no frenó el tráfico ni con los principales miembros en la cárcel. Hoy, a más de seis años, da la impresión que los narcos siguen tan activos como cuando a la ciudad solo se la conocía por ser un destino turístico religioso.
La reciente detención de Ricardo Walter Piris (43), exyerno de Terán, indica que todo sigue igual en Itatí. Este hombre fue arrestado junto a otras siete personas (dos de ellas correntinas) cuando intentaban escapar de un taller mecánico en el que se ocultaba un cargamento de 567 kilos de marihuana.
La droga estaba en un galpón ubicado en la calle Tucumán al 2000, en la localidad santafesina de Funes, que linda al oeste con Rosario, y se encuentra a unos 800 kilómetros de Itatí.
La presencia de Piris en la ciudad más cartelizada del país no sorprende porque hace varias décadas que los narcos de esta localidad son socios de la narcobanda Los Monos.
Tanto Piris como el exintendente Terán y otros 25 acusados fueron condenados en un juicio abreviado realizado en agosto de 2021 (ver aparte). El primero terminó con una pena unificada de once años de prisión y el exjefe comunal con tres años en suspenso. También fue sentenciada a cuatro años de cárcel Mariela, la hija de Terán.
El yerno del intendente, conocido también por el apodo de “Chino”, había sido detenido por primera vez en octubre de 2014 cuando trasladaba 326 paquetes de marihuana en un Volkswagen New Beetle que abandonó en medio de una persecución.
En la ciudad siempre llamó la atención el nivel de vida de la pareja Terán-Piris. Además del coche que dejaron tirado tenían un VW Vento y una camioneta Toyota Hilux 4×4, y también manejaban un VW Amarok, una Ford Ranger, una Mercedes Benz Sprinter y un Mercedes Benz modelo C 230 Kompressor, entre otros coches.
Según un informe del año 2017 de la Unidad Especial de Investigaciones y Procedimientos Judiciales Rosario de Gendarmería Nacional, Piris se encargaba de mantener los contactos vinculados con el tráfico de drogas desde Itatí hasta la ciudad de Rosario.
Piris, además, era uno de los principales nexos con uno de los cabecillas de los narcos de Itatí, Luis Saucedo, alias “Gordo” o “Lucho”, un exempleado municipal capturado en Paraguay en el año 2019, que supo ser el principal contacto con los proveedores de la droga en el vecino país.
Tierra narco. La ciudad de Itatí es una de las principales puertas de ingreso de la marihuana.
Según datos de la Procuración General, la droga que ingresa llega proveniente de Paraguay, en “voluminosos cargamentos” que fueron hallados en el marco de las diversas investigaciones analizadas, “sumado al hecho de que estos narcóticos tenían como destino importantes centros urbanos de Tucumán, Córdoba, Mendoza, Santa Fe, Chaco, Buenos Aires, e incluso la Capital Federal”.
En febrero pasado, por ejemplo, Prefectura decomisó un cargamento de 250 kilos de marihuana, valuado en 170 millones de pesos, que un bote proveniente del vecino país arrojó en la costa del río Paraná. Pocos días después se supo que Federico Marín (33), alias “Morenita”, otro de los capos narcos de la ciudad de Itatí, se fugó de su casa cuando cumplía arresto domiciliario. En octubre de 2021 había sido condenado a ocho años de prisión.
Un mes después las fuerzas de seguridad paraguayas descubrieron un campamento de marihuana en la isla Pava, frente a la costa de la ciudad correntina, y que se supone después ingresaba a Itatí.
En el año 2016, poco antes de que estallara el caso Sapucay, el cura del pueblo, Omar Cadeni, abandonó la histórica basílica por los aprietes narcos.
“El narcotráfico es un cáncer en esta comunidad itateña. Y como todo cáncer, el tráfico de marihuana aquí comenzó siendo algo chico, pero se fue agrandando. La única manera de enfrentar este problema es con educación. Me da fastidio que utilicen a los chicos para llevar y traer droga, eso es invertir para el fracaso”, denunció el padre en aquel momento.
Cadeni se fue con la esperanza de que la sociedad abriera los ojos. Pero nada cambió.
Condenados, pero libres
El exintendente de Itatí, Natividad Terán, negó cualquier vinculación con los narcos, pero finalmente terminó siendo condenado en un juicio abreviado como casi todos sus compañeros de causas, entre ellos su vice Fabio Aquino y el jefe de la comisaría local Diego Ocampo.
“Soy un perejil, me tocó a mí”, dijo el exdirigente peronista desde la cárcel, en una de sus primeras entrevistas. Sin embargo, y para evitar una pena más alta, en agosto de 2021 se declaró culpable y recibió una pena de tres años de prisión en suspenso. Los jueces del Tribunal Oral Federal porteño Nº3 consideraron al exjefe comunal como “responsable del delito de asociación ilícita, en calidad de miembro”.
Aquino, en cambio, fue sentenciado a tres años y ocho meses por asociación ilícita en concurso real con tráfico ilícito de sustancias estupefacientes, en la modalidad de comercio, agravado por la intervención de funcionarios públicos y por servirse de menores de 18 años de edad, en carácter de partícipe secundario”.
En tanto, el comisario Alvarenga recibió nueve años y medio de cárcel, mientras que Carlos Bareiro, uno de los cabecillas de la organización criminal, obtuvo la condena más alta: de 17 años de encierro.
Droga a granel
◆ En marzo de 2017, la organización criminal que controlaba el negocio narco en Itatí llegó a traficar cerca de 15 toneladas mensuales.
◆ La banda contaba con protección policial y reclutaba a menores que solían dar aviso frente a situaciones inesperadas.
◆ Nueve meses después de la caída de los principales cabecillas se llegaron a incautar diez toneladas de droga.
◆ Seis años después del operativo Sapucay, el negocio sigue siendo prácticamente el mismo.
◆ En febrero pasado, por ejemplo, Prefectura decomisó un cargamento de 250 kilos de marihuana a la vera del río Paraná, cuyo valor fue estimado en 170 millones.
Por Leonardo Nieva-Perfil