Las fórmulas invotables y los signos de la hora
“Todas las personas con las que hablé, todos están de acuerdo que, en la explotación de estos tres mercados, el petróleo y gas, ganado y agricultura, y minerales está la respuesta. Cómo llegarán a ella. Una vez que un lado u otro tome el control tras las elecciones de 2023, mi sugerencia, y no les estoy diciendo qué hacer, lo que me encantaría ver es a alguien que ame a la Argentina, que vea el potencial que hay aquí”.
Marc Stanley,
Embajador de EEUU en Argentina, ante Massa y Larreta, en la 19ª edición del Consejo de las Américas en la Ciudad de Buenos Aires.
Elecciones 2023: Pan con pan… comida del Fondo
Revisando algunos hechos significativos ocurridos en los últimos días para intentar barajar algunos probables cursos de acción, tomaremos como punto de partida de nuestro análisis que, en una Argentina que últimamente parece determinada por la Ley de Murphy, poco antes del plazo estipulado a tal efecto se reveló el secreto mejor guardado por la coalición gobernante.
Sobre un damero en el que vienen perfilándose opciones electorales bastante semejantes, y muy a pesar de una inflación ingobernable, el oficialismo acordó otorgarle el rol de “candidato de unidad” al Ministro de Economía en ejercicio, quien goza – como es público y notorio sin necesidad de recurrir a aquellos olvidados WikiLeaks que tanto lo comprometen – de gran simpatía en la Casa Blanca y el FMI; mientras que el alcalde porteño, probablemente para neutralizar el guerrerismo de la Sra. Bullrich – quien por ahora lo aventaja en las preferencias -, premió al carcelero de Milagro Sala, verdugo del pueblo jujeño, y entregador de nuestro litio a las grandes potencias, con la candidatura a Vicepresidente para competir en las PASO, demostrando que en ese armado “las palomas” brillan por su ausencia.
Al interior del ex Frente de Todxs, tras haberse bajado en favor de la candidatura fallida de “Wado” De Pedro, Juan Grabois volvió a postularse para presidente por Unión por la Patria, limitándose a cumplir la función de colectora al rescate de lxs numerxsxs heridxs que dejó la candidatura de Sergio Massa entre lxs “pibes para la liberación” … aunque la jefa de ese espacio lo ningunee celebrando el logro de una “lista única”.
Por su parte, sectores disconformes del kirchnerismo – como Unión Popular o Soberanxs -, manifestaron públicamente que no votarán la fórmula Massa – Rossi.
A la saga de los principales contendientes marcha un Milei que ha perdido el impulso de sus mejores momentos, víctima de una ola de renuncias en sus filas que lo han obligado a recurrir a su propia familia para rellenar algunos cargos vacantes.
Y, a continuación, una izquierda parlamentaria que bien podría hacer su agosto ante el abandono de las mejores banderas por parte del peronismo, pero arriba a las elecciones primarias exhibiendo una verdadera riña de gallos.
Ante el panorama descripto, puede que el lector o la lectora, entre otras dudas, se pregunten ¿qué fue del porvenir consagrado a lxs herederxs de la “generación diezmada”? Pues Cristina ensayó una explicación exculpatoria al respecto, en su primera aparición pública junto al tigrense, endilgándole al Primer Mandatario la responsabilidad de no estar dispuesto a aceptar al ministro del Interior como prenda de unidad, intentando salvar así la renuncia a una opción K pura y dura. Pero entre muchxs de sus adherentes crece la convicción de que en nuestro país la palabra de lxs líderes ya tiene el mismo valor que la fotocopia en blanco y negro de un billete.
En la misma ocasión, la vicepresidenta esgrimió un argumento tan posibilista como el de la correlación de fuerzas (en esa lógica, siempre en desventaja), interpelando a lxs disconformes con sus decisiones, hasta ayer acusadxs de carecer de “comprensión de textos”, ahora también de carecer de “comprensión de contextos”, abonando así la riesgosa hipótesis de que Argentina no está en condiciones de apostar resueltamente por una propuesta que garantice la Justicia Social.
Si la esperanza de tantxs compatriotas frustradxs que siguen considerando al voto como una herramienta útil a la hora de incidir sobre la agobiante realidad que vivimos sucumbe al pie de alternativas TAN degradadas, cómo no tomarse el tiempo para revisar otras variables no menores que también van quedando de manifiesto.
Ya hemos dicho antes que las respuestas populares a la capitulación de la clase política no siempre son estridentes pero que, a su modo, se hacen oír. Tengamos en cuenta que los índices de abstencionismo – esa información deliberadamente escamoteada por la prensa hegemónica – le vienen sacando ventaja a los principales candidatos en varios distritos del país. En consecuencia, resulta legítimo preguntarse si dicho fenómeno no ilustra sobre un modo en alza de expresar el hartazgo generalizado.
Hipótesis como esa encuentra una reacción extra electoral a la hora de considerar la rebelión del pueblo jujeño, derivación de un conflicto salarial docente que, de la mano de las restricciones constitucionales a la protesta social impuesta por el tándem UCR-PJ, escaló a la condición de multisectorial, involucrando a comunidades originarias que siempre aportan una agenda ancestral de reclamos, fundamentalmente por el derecho a la tierra y el territorio.
Nadie paga el precio de Morales en Jujuy
si la moneda de cambio no es suculenta
¿A cambio de qué un gobernador – que además preside un partido centenario y de tradición popular – se permite brindar el espectáculo de infiltrar comunidades andinas con policías de civil que luego desenfundarán gomeras para multiplicar desmanes o incendiarán autos de propietario desconocido, arrear asistencializadxs para que simulen enfrentarse a sus pares en lucha, decretar toque de queda, lanzar al ruedo una flota de remiseros informantes, ordenar apagones emulando al de Blaquier en Ledesma durante la última dictadura, habilitar una verdadera cacería de disidentes irrumpiendo por la fuerza en casas de familia, borrar los registros de heridxs atendidxs en la guardia del Hospital “Pablo Soria”, o amenazar con eliminar la ayuda social a quien ose continuar protestando?
A tal punto escaló la beligerancia del llamado Jujeñazo que el propio stablishment debió salir a marcar la marcha para ratificar que sin al menos una apariencia de gobernabilidad sus negociados corren el riesgo de irse a la mismísima mierda.
“Argentina sólo tendrá futuro si todos respetamos las instituciones, los procesos y decisiones tomadas de acuerdo con nuestra Constitución Nacional“, señalaron desde los dueños de Globant, Medicus, Ledesma, San Miguel, La Anónima, Cabrales, Grobocopatel, y varios CEOs de Accenture, Price, entre tantos otros. El sistema político acusó recibo de la demanda, y así va configurándose una disyuntiva electoral entre blanco oscuro y negro claro.
Pero de un tiempo a esta parte las elecciones son un trámite sin trascendencia alguna. Porque la “verdad de la milanesa” se cocina en otro lado.
Sin ir más lejos, el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, acaba de conformar con los gobernadores de Jujuy, Gerardo Morales; de Catamarca, Raúl Jalil; y de Salta, Gustavo Sáenz, la Mesa Nacional del Litio, en la que se propuso un programa que marcará la hoja de ruta para el desarrollo de la explotación y la industrialización del preciado mineral en esas provincias.
Ahí también estuvieron presentes la secretaria de Provincias del Ministerio del Interior, Silvina Batakis; el secretario de Industria, Economía del Conocimiento y Gestión Comercial Externa, Ariel Schale; y el secretario de Minería, Alberto Hensel.
A la luz de los dramáticos acontecimientos ocurridos en su provincia, resulta oportuno destacar que la gestión pro minera de Morales en Jujuy no agota su mirada en la explotación del litio, ya uno de los puntales de un gobierno provincial que ha hecho de la extranjerización de ese tipo de recursos una política firme y sostenida. Las modificaciones constitucionales promovidas por el mandatario, que encendieron una protesta popular y masiva a la que se respondió con una represión como no se había visto en décadas en ese territorio, también apuntan a blindar otro negocio ligado al extractivismo a gran escala: la futura extracción de minerales como las “tierras raras” y el coltán, dos productos escasos y ultra demandados por automotrices y tecnológicas del llamado Primer Mundo, como lo dejara meridianamente en claro la Jefa del Comando Sur de EEUU.
La presencia de “tierras raras” en Jujuy ha sido ya documentada por organismos como el SEGEMAR – Servicio Geológico Minero Argentino – y reconocida por integrantes de GEMERA, la entidad que integra a las empresas que hacen exploración minera en el país.
La disponibilidad de coltán, en tanto, también ha sido expuesta por geólogos ligados a la Cámara Minera de Jujuy, que asumen que la confirmación de reservas de columbita-tantalica – combinación que da origen a ese mineral – en distintos puntos de Salta encuentra su continuidad en el mapa jujeño.
La evolución de esas explotaciones a futuro requiere, precisamente, de las modificaciones impulsadas por Morales en términos de derecho a la propiedad, con la inclusión de artilugios legales para promover desalojos de comunidades originarias y la criminalización de la protesta social.
¿Qué es el coltán? El material integra distintos componentes de la industria electrónica actual. Computadoras, celulares, televisores de pantalla plana, cámaras digitales y videojuegos, son algunos de los tantos ejemplos de dispositivos que contienen apenas unos gramos de este mineral color azul verdoso.
Su uso se extiende a la aeronáutica y hasta al desarrollo de centrales atómicas. El mineral es insumo clave para la fabricación de capacitores dado que es un efectivo conductor de electricidad, se estima que hasta 80 veces más veloz que el cobre. En la actualidad, la tonelada de coltán promedia un valor que se acerca a los 400.000 dólares.
La demanda acelerada del mineral gestó el genocidio que inició en la República del Congo – territorio que concentra el 80 por ciento de las reservas mundiales del material – a partir de 1998.
En las últimas dos décadas, la necesidad por hacerse con el mineral abrió la búsqueda más allá del continente africano. Las empresas comenzaron a efectuar múltiples monitoreos alrededor del mundo.
Australia, Tailandia, Brasil, Canadá, Egipto, Sudáfrica, Nigeria y Malasia fueron parte de la investigación, que arrojó – en mayor o menor medida – resultados positivos. A ese grupo se sumaron, luego, Colombia y Venezuela.
En Argentina, GEMERA constató la presencia del mineral en distintas zonas de las provincias de Córdoba, Catamarca, La Rioja, Tucumán, Santiago del Estero, San Luis y Salta. Esta combinación de columbita-tantalica también fue ubicada en la Abdón Castro Tolay, departamento jujeño de Cochinoca.
A mediados de agosto de 2018, geólogos tucumanos con funciones en la Cámara Minera de Jujuy reconocieron la existencia de esos reservorios en cercanías al río Las Burras, aunque, señalaron, el costo de extracción aún se ubicaba muy por encima de las ganancias que podían obtener las mineras por la colocación del producto en el mercado internacional.
Cinco años después, la demanda de coltán transita un “boom” inédito que tira abajo el desinterés de aquel tiempo.
A la expansión de los yacimientos de litio podrían sumarse explotaciones de “tierras raras” en el mediano plazo.
Las llamadas “tierras raras” comprenden una combinación de materiales como lantano, lutecio, escandio, itrio, cerio y neodimio, entre otros, que sólo se encuentran presentes en determinados macizos graníticos.
La existencia de reservas de estos elementos fue constatada en las últimas décadas por técnicos del área de minería de Jujuy en torno a comunidades como Querusiyal, en el departamento de Tilcara, plena quebrada de Humahuaca.
Representantes del Instituto de Geología de la Universidad Nacional de Jujuy también señalaron en reiteradas oportunidades que se ubicó la presencia de “tierras raras” al norte de Salinas Grandes y en el extremo sur de las Sierras de Tusaquillas.
Otro punto donde se detectaron estos materiales es Mina Pirquitas, yacimiento situado en el noroeste de Jujuy en el que la canadiense Silver Standard Resources explota plata, zinc y estaño.
Similar al coltán, estos minerales son demandados por las automotrices que promueven vehículos híbridos, las empresas de celulares y los dueños del negocio de la fibra óptica.
El monopolio de este conjunto de elementos es potestad de China, que controla cerca del 90 por ciento de la provisión mundial. La potencia asiática tomó el control del mercado de las “tierras raras” a fines de los años 90 cuando, por política de gestión ambiental, Estados Unidos cerró su mina californiana de Mountain Pass.
Desde entonces, el bloque europeo y los países de relevancia en cuanto a producción tecnológica como Japón, Corea y, por supuesto, Estados Unidos, dependen de la producción china, que a nivel anual promedia las 120.000 toneladas extraídas.
El valor de mercado de las “tierras raras”, que se extraen mediante procesos por demás contaminantes, oscila según el material: en los últimos años osciló entre los 60 y los 5.000 dólares el kilo, con el europio como el elemento más valuado.
Entidades con peso en los pronósticos financieros como el banco de inversión suizo UBS estiman que la demanda de estos minerales trepará al menos un 300 por ciento en los próximos 5 años impulsada por la mayor venta de vehículos eléctricos – integran al menos 1 kilo de “tierras raras” en la mecánica de sus motores – y la instalación multiplicada de turbinas energéticas eólicas incorporan cerca de 200 kilos de esos materiales.
Ante estos números y frente a la perspectiva en términos de eventuales exportaciones de estos elementos, tanto Morales como los popes de la minería argentina y trasnacional van por un negocio que promete millones a partir de un Primer Mundo “adicto” a las nuevas tecnologías.
No vinimos de los barcos
Frente al escenario descripto, y para que dichas explotaciones prosperen, se impone completar el genocidio de poblaciones autóctonas que inauguraron hace siglos antepasados de Gerardo Morales como Hernán Cortés o Pizarro.
Para ser aún más claros: A fin de blindar el saqueo en curso, en la próxima represión que se produzca en las provincias mineras, los represores deberán afinar mucho más la puntería, para que manifestantes como el jujeño Nelson Mamani, impactado por un proyectil de gas en la cabeza, no tenga chance alguna de recuperarse como lo está haciendo y contarla como la vivió.
Vale la pena pues tomar nota de que la rapiña que perpetra el Norte Global en nuestro territorio es tan escandalosa que hasta el mismísimo James Cameron – uno de los directores más reconocidos del mundo, que ha dejado huella en la industria del cine y bajo cuyo nombre hay algunas de las películas más taquilleras de todos los tiempos – estuvo recientemente en Argentina para reunirse con el gobierno de Jujuy e impartir una conferencia sobre sostenibilidad medioambiental; sin embargo, su experiencia fue bastante ingrata. Efectivamente, Cameron reveló que las autoridades locales lo utilizaron para justificar la extracción de litio que está afectando a comunidades indígenas en Jujuy.
“Me mostraron su punto de vista, incluso prepararon una película en inglés para mostrarme todo el trabajo que están haciendo sobre sostenibilidad, el cual es impresionante. Pero no me contaron toda la película y no me dijeron que hay 35 comunidades indígenas en dos provincias de Argentina que están en conflicto directo peleando por sus derechos y para que sus voces puedan ser escuchadas, cosas que realmente me importan. Espero tener la oportunidad de hablar con ellos directamente y buscaré formas de ayudarlos a través de mi fundación Alianza Avatar. Quiero dejar claro que, en un conflicto entre la industria extractiva y las comunidades indígenas, siempre voy a estar del lado de las comunidades indígenas”; declaró el director de Titanic.
Resumiendo, si algo rebela el alzamiento popular registrado en Jujuy es la necesidad de los poderosos de comenzar a cercar militarmente las áreas condenadas al sacrificio. Y en dichos enclaves, la “basurita en el ojo” de tales intereses son los pueblos originarios. Las batallas por venir, en consecuencia, trascienden con creces el justo reclamo por una mayor asistencia social, porque en ellas se juega nuestro destino como Nación soberana.
La suerte está echada. Y las usinas del pensamiento colonial no descansan en su afán de justificar la Nueva Conquista del Desierto que se avecina.
Hace poco en la UBA se intentó iniciar un posgrado antimapuche y las autoridades debieron darlo de baja ante el rechazo estudiantil. El curso fue habilitado por Emiliano Yacobitti, vicerrector de la Universidad y diputado de JxC. Desde la UBA argumentaron que le “pifiaron” con el título “Las amenazas a la seguridad nacional y su consideración en el planeamiento estratégico”.
El curso contaba con exposiciones a cargo de un ex militar del gobierno de De La Rúa y otra en manos de un aliado de carabineros que llevaba por título: “El indigenismo como amenaza. El caso Mapuche” y estuvo a punto de realizarse el miércoles 28 de junio. ¿Otro intento por seguir reforzando la figura de un enemigo interno? Este hecho va de la mano con la Ley que sancionó en marzo de este año la UCR en Mendoza, para desconocer al pueblo Mapuche como originario y con los ataques contra esas comunidades que realiza Morales en Jujuy.
Habrá que tener en cuenta entonces que la articulación de la lucha de clases y del antirracismo divide a los sectores progresistas. Para algunos, la clase constituye el elemento determinante de todas las relaciones de dominación. Para otros, las formas contemporáneas de racismo son el resultado de una cultura, es decir, de representaciones por las cuales una comunidad define su identidad y el individuo su pertenencia al grupo. La mayoría de las veces, el debate reactiva una controversia estéril que enfrenta a los partidarios de un “enfoque económico” y a los partidarios de un “enfoque cultural”, como si la noción de clase incumbiera en exclusiva al universo económico y la de raza a la esfera cultural. Este debate omite a menudo la historia del marxismo en contexto colonial. Entre los pensadores que han estudiado las condiciones económicas de la dominación racial y las condiciones culturales de la dominación de clase, se destaca una de las figuras revolucionarias más importantes del continente sudamericano: José Carlos Mariátegui (1894-1930)
En su obra más acabada, Siete ensayos de interpretación de la realidad peruana, publicada en 1928, Mariátegui elabora su intuición fundamental: en los países antiguamente colonizados de Nuestra América, la comprensión de la historia en términos de lucha de clases debe atender a la especificidad de las sociedades campesinas e indígenas. Desde un punto de vista general, anuncia entonces un gran movimiento de traducción y de adaptación del marxismo a los mundos no europeos en vías de descolonización, que encontraremos con otras modalidades en los años 1950-1960 en el siquiatra antillano Franz Fanon, en el revolucionario africano Amílcar Cabral o en el líder vietnamita Ho Chi Minh.
Y esto debe entenderlo – antes de que sea demasiado tarde – la activa militancia concentrada en las grandes urbes, a menudo enredada en la noria de recorrer los microcentros para arrebatarle algún recurso más al Estado. Esa masa crítica que – digámoslo con todas las letras – aún no cree en la heroica rebelión del pueblo jujeño, pese a que no fue doblegada porque un sector del gremio docente aceptó la oferta paritaria del gobierno, y en las últimas horas, verdugueado y todo, tomó la Municipalidad de Humahuaca para desalojar a la intendenta y los concejales. Sería un error suicida suponer que la Argentina Plurinacional queda lejos y su suerte no mueve el amperímetro de las grandes ciudades. Porque su estirpe amenazada también viene mascullando bronca desde los andamios de Puerto Madero y los fregaplatos de Nordelta.
Y ya guardó siglos de silencio. –
A la memoria del luchador campesino peruano Hugo Blanco
y de Don Felipe Mamani, protagonista del Primer Malón de la Paz,
fallecido durante el Jujeñazo.
Por Jorge Falcone