A partir de este mes la Administración de Bienes Terapéuticos de ese territorio permite recetar la psilocibina (presente en hongos alucinógenos) y MDMA (éxtasis) para tratar el síndrome de estrés postraumático y ciertos tipos de depresión. Aunque otros Estados también han explorando terapias psicoactivas, Australia se convierte en el primero en clasificarlas como medicamentos en todo el país.
Australia, a la vanguardia en los tratamientos de patologías mentales, desde este primero de julio, clasifica los psicodélicos como medicamentos a escala nacional.
La Administración de Bienes terapéuticos (TGA, en por sus siglas en inglés), permitirá recetar la psilocibina (presente en los llamados hongos alucinógenos) y MDMA (conocida también como éxtasis) para tratar dichas enfermedades.
Específicamente, el ente regulador abre la posibilidad de tratar el síndrome de estrés postraumático y ciertos tipos de depresión con dichos componentes. Esto porque la TGA —que se encarga de regular los medicamentos en Australia— considera que son las únicas dos enfermedades para las que hay suficiente evidencia acerca de los posibles efectos beneficiosos.
¿Cuál fue el camino de la decisión?
El cambio de regulación fue aprobado en febrero por la TGA. Una determinación que llegó después de que el ente regulador revelara que las sustancias eran “relativamente seguras” si son usadas en un “entorno médico controlado”.
Entonces, determinaron que los psiquiatras podrán recetar dichas sustancias. Los médicos deberán recibir una aprobación de la TGA y la solicitud tendrá que ser revisada por un comité de investigación de ética.
Además, el organismo determinó que los nuevos tratamientos aprobados reconocen la falta de opciones para pacientes con enfermedades mentales, que no han tenido respuesta con la medicación convencional. Y detalló que debe haber un control por parte de los médicos en cuanto a los posibles efectos adversos.
Hasta el momento, las sustancias eran empleadas de manera ilegal y con fines lúdicos.
¿Cómo actúan las sustancias?
Muchos son los efectos reconocidos que producen estas sustancias. El MDMA, tal como muestra EFE, “provoca la liberación del neurotransmisor serotonina y otros efectos en el cerebro, que aumentan la empatía con otras personas, mientras que la psilocibina actúa en los receptores de la serotonina con efectos de bienestar y psicoactivos”.
Además, Mike Musker, un investigador experto en salud mental y prevención del suicidio de la Universidad South Australia, aseguró para AFP que la MDMA “le da a la gente la sensación de estar conectada y hacer que sea más fácil que las personas se conecten con su terapeuta y que también hablen de sus malas experiencias personales”.
Por su parte, la psilocibina puede proporcionar a los pacientes un “efecto psicoespiritual que no se obtiene con las drogas tradicionales”. Y agrega: “Puede hacer que te sientas diferente sobre ti mismo y tu vida (…) y con suerte te dará ganas de vivir”.
Sin embargo, los expertos son enfáticos en que los tratamientos tienen que estar acompañados por un médico y que constan de varias sesiones. Musker señala que la terapia con el MDMA podría consistir en unas tres consultas de una duración promedio de ocho horas.
El alto precio sigue siendo una de las barreras para que más personas puedan acceder a dichos procedimientos: cada sesión podría costar unos 1.000 dólares australianos (es decir, 660 dólares).
El ‘boom’ de las terapias psicoactivas
Aunque la decisión de Australia es inédita al ser la primera nación en clasificar los psicodélicos como medicamentos a escala nacional, dicha alternativa viene tomado un impulso mundial. Países como Estados Unidos e Israel están llevando a cabo ensayos clínicos. Canadá también está siguiendo ese camino, y en enero de 2022 el Ministerio Federal de Salud abrió la posibilidad de su uso para ciertas enfermedades.
Según afirmó a AFP David Caldicott, consultor de medicina de urgencia e investigador clínico sobre fármacos en la Universidad Nacional de Australia, ese país está “muy por delante del resto” en la exploración de los beneficios médicos de estas sustancias.
El periódico ‘The New York Times’ también ha publicado información sobre una serie de investigaciones que han ahondado en “los beneficios para la salud mental de las dosis completas de psicodélicos”. De hecho, aseguran que “son prometedoras” y muestra que “un estudio en fase temprana incluso halló que la psilocibina, en dosis elevadas, podría ser igual de eficaz que un inhibidor selectivo de la recaptación de serotonina para tratar la depresión”.
Sin embargo, el medio afirma que los estudios sobre las microdosis siguen siendo incipientes. “En general, estos estudios han sido pequeños”, señala ‘The New York Times’. Y agrega: “Los dos ensayos más grandes de microdosis controlados con placebo se publicaron el año pasado, y ambos sugieren que los beneficios que experimentan las personas provienen del efecto placebo”.
Por su parte, el diario español ‘El País’ se refiere específicamente al uso de la psilocibina, la molécula que “poseen cerca de 200 especies de hongos y es la responsable del efecto psicoactivo y alucinógeno de estos funghis”. Según el medio, en la actualidad hay más de “20.000 investigaciones científicas e informes derivados que aún tratan de resolver todas las incógnitas alrededor de las setas”.
No obstante, muestra que las investigaciones que se han publicado arrojan resultados que podrían mostrar que sí son útiles para tratar la depresión, la ansiedad y el estrés postraumático.
Las pesquisas sobre los posibles efectos continúan. Y mientras que lo hacen dividen a los científicos y a la sociedad civil. En ese contexto, las autoridades australianas decidieron marcar su postura: “Los beneficios para algunos pacientes (…) van a ser mayores a los riesgos”.
Por Manuela Cano-France24 con AFP, EFE y medios locales