La exgobernadora bonaerense decidió apoyar públicamente a Horacio Rodríguez Larreta en su interna con Patricia Bullrich.
No se la vieron venir. Cayó como una bomba en el campamento de Patricia Bullrich el anuncio de María Eugenia Vidal de que apoyará a Horacio Rodríguez Larreta.
Es cierto que antes de hacerlo público vía twitter, la ex gobernadora bonaerense y actual diputada nacional por la Ciudad de Buenos Aires se lo adelantó a algunos ex colaboradores muy cercanos.
Uno de ellos fue Cristian Ritondo, cabeza de la lista de diputados por la Provincia en la boleta de Bullrich, quien se lo anticipó a la precandidata presidencial. Ritondo admitió sentirse sorprendido y decepcionado con la decisión de Vidal.
Ritondo, además de haber sido su ministro de Seguridad provincial, era su precandidato a gobernador hasta que Vidal se bajó de la carrera presidencial. No es el único “vidalista” que milita ahora por la postulación de Bullrich en la interna con Larreta.
¿Por qué impactó tanto el respaldo de Vidal al jefe de Gobierno porteño? Como todo en política (y en la vida) no hay una única razón.
Una es que se produce a diez días de las PASO, cuando en teoría (según los manuales locales de ciencia política-electoral) gran parte de la sociedad empieza a definir su voto.
Otra es que se da apenas 24 horas después de que otra figura del espacio, Facundo Manes, también declamara que jugará para Larreta. Y aunque Vidal y Manes no tienen estructuras propias, fueron de las candidaturas legislativas 2021 más votadas de la oposición y son personalidades simbólicas de Juntos por el Cambio para mucha gente.
En tercer lugar, en los últimos meses Vidal era percibida entre los halcones de Bullrich como una más. Sobre todo desde que fue muy dura públicamente con Larreta (a quien le debe su ingreso a la política) cuando éste decidió dividir la votación porteña con las elecciones concurrentes.
Podría esbozarse un cuarto motivo. Pese a que no lo admiten en on, en las filas de Bullrich corren por estos días brisas de pesimismo, tras varias semanas –y meses- de un optimismo irrefrenable.
Los inéditos ataques de Javier Milei (a los que antes no estaba expuesta, al revés de “El Siniestro” Larreta), la concluyente derrota de su protegida Carolina Losada en la PASO de Santa Fe, sus patinadas económicas con el blindaje del FMI y el ingreso al Banco Central con cámaras, más no muy buenas noticias de encuestas presenciales propias, han provocado un clima de inestabilidad. Justo cuando hay que estar mejor, Bullrich luce peor.
Habrá que ver qué mano le dará su aliado táctico, Mauricio Macri. Originalmente, el ex presidente tenía pensado mantenerse al margen de la interna y se limitaba a bajar línea sobre lo que debía hacer un futuro gobierno de JxC desde el 10 de diciembre.
A medida que surgieron rispideces indisimulables con Larreta, su preferencia se empezó a inclinar hacia Bullrich.
El llamado a las elecciones concurrentes porteñas (algo que pedía Martín Lousteau en desmedro de Jorge Macri) y los dardos larretistas hacia la gestión nacional macrista hicieron que esa preferencia se subrayase.
Macri sólo la intentaba disimular mientras sostenía la candidatura presidencial ficcional de Vidal, quien con su decisión de hace unas horas también golpea a su ¿ex? protector. De hecho, horas después de conocerse el respaldo de Vidal a Larreta, Macri salió a cuestionarla: “Ha desdibujado su perfil”.
Acaso esta movida de la ex gobernadora lleve a Macri a desandar su decisión de evitar pronunciarse en público por alguna de las dos precandidaturas presidenciales opositoras.
Está cada vez más caldeado el clima en Juntos por el Cambio y cualquier cosa puede pasar.
Por Javier Calvo-Perfil