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La novia del hombre asesinado y descuartizado dijo que él “no le tenía miedo a nadie en particular”

La joven se presentó en la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) y contó detalles de su relación con la víctima; entregó su teléfono celular para que puedan revisar sus chats y publicaciones en redes sociales

La novia de Fernando Pérez Algaba, el hombre asesinado y cuyo cuerpo, descuartizado, fue hallado en un arroyo de Lomas de Zamora, declaró como testigo y entregó a los investigadores su teléfono celular para que puedan tener acceso a los chats y publicaciones en redes sociales y buscar, así, alguna información que pueda ser de importancia para la pesquisa.

Según informaron calificadas fuentes judiciales, se trata de una de las hijas de Esteban Fernando Tulli, hombre detenido y procesado con prisión preventiva desde el 22 de noviembre del año pasado en una investigación por narcotráfico. La chica declaró ayer en la sede de la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) de Lomas de Zamora.

“La joven hizo un relato de lo que fue su relación con la víctima. Si bien no dijo que Pérez Algaba le tuviera miedo a alguna persona en particular, recordó que su novio le hablaba de las amenazas que recibía y de las discusiones que tenía con diferentes conocidos”, explicó un detective que participa de la pesquisa.

Ahora, los investigadores del homicidio esperan obtener más información del teléfono celular de Tulli, que será sometido a un peritaje.

En tanto, según informó la agencia de noticias Télam, los investigadores comenzaron con la apertura de dos dispositivos electrónicos que eran propiedad de la víctima. El análisis de esa información estará a cargo de especialistas del Laboratorio Informático Forense del Ministerio Público Fiscal de la Ciudad de Buenos Aires, luego de que el peritaje no lograra realizarse en la Policía Federal Argentina (PFA) por cuestiones técnicas.

Se trata de una computadora Mac Book Pro y un iPad, propiedad de la víctima, secuestrados en el departamento que Pérez Algaba había alquilado por seis días en Ituzaingó.

Pérez Algaba, apodado Lechuga y de 41 años, fue visto con vida por última vez el 18 de julio pasado en una zona descampada de General Rodríguez. Al día siguiente iba a viajar a Barcelona. Tenía un pasaje de avión.

En General Rodríguez se encontró con su examigo Nahuel Vargas y con Maximiliano Pilepich, empresario del rubro de la construcción, quienes, según declararon, le habrían entregado 60.000 dólares que le debían.

La relación entre Lechuga Pérez Algaba y Nahuel Vargas era tirante a causa de la deuda. En los primeros minutos del 14 de febrero pasado, Vargas denunció por amenazas a Pérez Algaba. Según la presentación, la noche del 13 de febrero, Lechuga fue hasta la casa de suexamigo y varias veces le gritó: “¡Te tiro!”.

Vargas corrió hasta la esquina y escuchó una explosión. Cuando regresó a la puerta de su domicilio se encontró con la luneta de su camioneta 4×4 estallada. Ante el policía que le tomó la declaración dijo tener miedo por su madre, que vive con él.

“Divertite mucho que cuando vuelva te voy a buscar por cielo y tierra. Andá a hacer la denuncia que quieras. Te voy a arruinar la vida, pedazo de loro. Traidor. Me vas a pagar cada peso que me debes hijo de remil puta. Fui a buscar a un pibe a México… a vos te voy a buscar por cielo y tierra”, fue el mensaje que le envió Pérez Algaba a Vargas en una oportunidad.

En General Rodríguez se activó por última vez el teléfono celular de la víctima, según pudieron acreditar los investigadores, encabezados por el fiscal de Lomas de Zamora Marcelo Domínguez.

“Los horarios de las últimas activaciones del teléfono celular de la víctima coinciden con la hora en que Vargas y Pilepich dijeron haberse encontrado con la víctima. Los testigos llegaron en un auto Mercedes Benz y Pérez Algaba, en la camioneta marca Land Rover modelo Rover Range Rover Evoque blanca que Pilepich le había prestado para que pudiera movilizarse los días que estuviera en la Argentina”, sostuvo a LA NACION una fuente judicial.

Vargas y Pilepich explicaron, bajo juramento de decir la verdad, que se habían encontrado con Lechuga para terminar de cancelar una deuda de 150.000 dólares y que ese día, 18 de julio, le entregaron 60.000. Antes le habían entregado 90.000, supuestamente, en una escribanía.

“Pérez Algaba le devolvió la camioneta al empresario de la construcción. Los dos testigos, según dijeron, le ofrecieron a la víctima alcanzarlo hasta a algún lugar, pero él, según los testimonios, respondió que se iba a quedar a esperar a alguien a que lo pasara a buscar.

Cinco días después, restos de su cuerpo comenzaron a ser encontrados en un arroyo de Lomas de Zamora. Lo habían asesinado de dos balazos y después lo descuartizaron.

Por Gabriel Di Nicola-La Nación