Tras el surgimiento de la pista, en los últimos días se realizaron una serie de allanamientos y se tomaron testimonios a personas vinculadas con un sindicato.
La Justicia Federal investiga la existencia de una carpeta proveniente de una clínica privada y vinculada al caso de María de los Ángeles “Marita” Verón, la joven de 23 años que desapareció en San Miguel de Tucumán en 2002. Al respecto, la documentación incluiría imágenes del cuerpo sin vida de la mujer, quien habría pasado por la institución luego de su desaparición.
Según trascendió en las últimas horas, las autoridades analizan la pista que indica que la joven podría haberse presentado en la clínica Luz Médica de la capital tucumana en una fecha posterior a su desaparición. Por ese motivo, en los últimos días se realizaron una serie de allanamientos y se tomaron testimonios a personas vinculadas con un sindicato, pero la documentación aún no fue encontrada.
La información fue confirmada por Susana Trimarco, madre de “Marita”, quien compartió un comunicado a través de su fundación Marías de los Ángeles. Sumado a esto, según pudo saber PERFIL, se espera que Carlos Garmendia, abogado de Trimarco, brinde una conferencia de prensa este miércoles para dar a conocer los avances de la investigación.
Si bien Trimarco aclaró que no puede dar “demasiada información” debido a que ella “tampoco está totalmente informada sobre los detalles”, aseguró que “hay información que está investigando el Fiscal Federal Chit que tiene que ver con alguna documentación que vincularía a determinados sectores gremiales con la posibilidad de que tengan conocimiento de que Marita habría muerto“.
“En cuanto a la importancia que podría llegar a tener esto, en primera instancia para poder avanzar y conocer el destino final de Marita; por otro lado, por lo que hay hasta ahora vendría a ser un complemento de lo que ya sabemos que sucedió con Marita. A ella no la encontramos y el trabajo de seguirla buscando está todo el tiempo presente hasta que podamos saber qué pasó con ella”, concluyó.
La desaparición de “Marita” Verón
El 3 de abril de 2002 María de los Ángeles “Marita” Verón fue secuestrada en la ciudad de San Miguel de Tucumán. La joven tenía 22 años y una hija de 2 al momento de los hechos. “Marita” se encontraba de camino a una consulta médica cuando la subieron por la fuerza a un auto. Las investigaciones permitieron a la Justicia concluir que la mujer había sido captada por una red de trata de personas que operaba en La Rioja para ser explotada sexualmente.
Trimarco denunció la desaparición de su hija ese mismo 3 de abril. Primero fue a buscarla con su marido a la Maternidad, donde supuestamente debía hacerse unos estudios médicos para ponerse un DIU. Sin embargo, había sido engañada, ya que el supuesto jefe de personal que la había citado era en realidad uno de los empleados de limpieza.
Tres días después, “Marita” fue vista a unos 30 kilómetros de su casa, tambaleante, como si la hubiesen drogado. Llevaba unos tacos altos que ella no solía usar. Tiempo después llegaría la confirmación: había caído en manos de una red de prostitución. Según los diferentes testimonios recabados en los primeros años de la investigación, la joven pasó por varios prostíbulos de la provincia de La Rioja y posiblemente de Córdoba sin poder escapar de sus captores o contactarse con su familia.
El juicio y las condenas
La causa por el secuestro de Marita Verón demoró más de diez años en llegar a juicio oral. En 2012 fueron juzgados trece imputados: María Jesús y Víctor Rivero; la dueña de prostíbulos riojanos Irma Lidia Medina, los hermanos José Fernando y Gonzalo José Gómez; Daniela Milhein y su esposo Andrés González; Carlos Luna, Domingo Andrada, María Azucena Márquez; Humberto Derobertis, Mariana Bustos y Cynthia Gaitán.
El 11 de diciembre de ese año, la Sala II de la Cámara Penal de Tucumán, integrada por los jueces Alberto Piedrabuena, Eduardo Romero Lascano y Emilio Herrera Molina, resolvió absolver a los trece imputados. No obstante, un año después la Corte Suprema provincial revocó el fallo y ordenó que una nueva sala fije la pena a diez de los acusados, ya que confirmó la inocencia de los hermanos Rivero y Medina había fallecido para esa fecha.
El tribunal consideró coautores del delito de retención y ocultamiento agravado para el ejercicio de la prostitución de “Marita” a los hermanos Gómez, que fueron condenados a 22 años de prisión, y a Milhein y González a 18 años. A su vez, condenó como partícipes necesarios a Luna y Andrada (17 años); Márquez (15 años); Derobertis (12), Bustos y Gaitán (10 años). Recién a fines de abril de 2017 los acusados fueron detenidos y comenzaron a cumplir la condena.
Unos meses después, los hermanos Rubén “La Chancha” Ale y Ángel “Mono” Ale, a quienes Trimarco siempre vinculó con la desaparición de su hija, fueron detenidos en una causa por lavado de activos que investigaba el juez federal Fernando Poviña, impulsada por la Unidad de Investigación Financiera a partir de las denuncias realizadas por Trimarco. En abril de 2018, fueron condenados a diez años de prisión por ser considerados los jefes de una asociación ilícita.
El pasado 21 de junio, “La Chancha” Ale falleció en un hospital local al que había sido trasladado mientras cumplía prisión domiciliaria. El hombre se encontraba internado ya que padecía obesidad mórbida, mal de Parkinson y complicaciones cardíacas.
mb / ds-Perfil