La decisión presidencial allana el camino para la asistencia federal en operativos de rescate y tareas de reconstrucción en Hawái. El sombrío panorama ya deja al menos 36 vidas perdidas, mientras se cierne sobre el archipiélago del Pacífico central, azotado por incendios voraces que son avivados por ráfagas de vientos y el huracán Dora.
El Presidente de Estados Unidos, Joe Biden, anunció este jueves 10 de agosto la proclamación del estado de catástrofe natural en Hawái, donde los incendios forestales han desencadenado una crisis de proporciones considerables.
La Casa Blanca proporcionó detalles sobre esta medida, afirmando que “la acción presidencial pone a disposición fondos federales para los damnificados en el condado de Maui”. Los recursos asignadosse enfocarán en impulsar las labores de asistencia de emergencia y la reconstrucción, ya que algunas partes de la isla de Maui, como la ciudad de Lahaina, han quedado prácticamente devastadas.
La declaración presidencial amplifica las esperanzas de ayuda, al establecer que esta ayuda “podría incluir subsidios para alojamiento temporal y reparaciones residenciales, préstamos asequibles para paliar pérdidas de bienes no asegurados y otros programas diseñados para respaldar a individuos y dueños de negocios en su proceso de recuperación tras la calamidad”, según se especificó en el comunicado oficial.
El saldo de personas fallecidas se elevó este jueves. Bajo los escombros del archipiélago, se halla un número estimado, aún provisional, de al menos 36 personas. Decenas más resultaron heridas, mientras los hospitales enfrentan una avalancha de pacientes afectados por quemaduras o inhalación de humo, confirman las fuentes oficiales.
Los incendios, que se iniciaron el 8 de agosto, han sido avivados por vientos intensos y la fuerza del huracán Dora, actualmente en el océano Pacífico. Las áreas más afectadas son la isla de Maui y, en menor medida, Hawái. En respuesta a la crisis, la Guardia Nacional había sido activada y el Presidente Joe Biden había anunciado la movilización de “todos los recursos federales disponibles” en el archipiélago para abordar la emergencia.
“Escenas apocalípticas”
Los vientos implacables han tumbado numerosos postes eléctricos y han dejado desconectadas las redes de comunicación en varias zonas de Maui, lo que ha planteado enormes obstáculos para los equipos de rescate.
La interrupción del servicio de llamadas de emergencia en partes de la isla ha agravado aún más la situación. De acuerdo con los registros de PowerOutage, en el archipiélago aún se encuentran aproximadamente 11.000 hogares y empresas sin acceso a la electricidad.
Nuevas evacuaciones están previstas. Las autoridades locales anunciaron planes para trasladar a residentes y turistas en autobuses. Los visitantes serán llevados al aeropuerto de Kahului, mientras que los residentes tendrán refugio en lugares designados, según lo detalló el Gobierno del condado en la isla más afectada.
En la localidad costera de Lahaina, en Maui, popular enclave turístico, un significativo número de los alrededor de 12.000 residentes se han visto obligados a huir de sus hogares, en medio de la vorágine de fuego.
Otros, buscando escapar de las llamas, se han lanzado al océano. Un oficial de policía comentó a la agencia de noticias AFP que, debido al grado de carbonización, “es improbable que haya muchas personas con vida”, lo que plantea la triste posibilidad de que los equipos de rescate descubran más víctimas.
En las redes sociales, el climatólogo estadounidense David Ho apuntó al cambio climático, resultado de actividades humanas, como un factor determinante: “Aunque Hawái suele ser asociado con condiciones tropicales, las precipitaciones han disminuido durante décadas (…) Lo que ha secado los paisajes y los ha vuelto más susceptibles a los estragos de los incendios forestales”.