La participación, que fue del 69%, fue la más baja para una PASO presidencial desde la instauración del sistema; se espera para las generales de octubre un aumento de alrededor de 5 puntos porcentuales, aunque si continua la agudización de la crisis económica y de los procesos inflacionarios la concurrencia también podría verse afectada.
Los analistas estiman que en las elecciones generales de octubre la participación aumentará entre un 4% y 6%, unos dos millones más de votantes que concurrirán a las urnas respecto a las PASO, donde la participación final fue del 69% total a nivel país. Sin embargo, ninguno de los consultados tienen muy en claro adonde se irán estos dos millones de votos: históricamente una mayor participación benefició a la oposición (en este caso, podrían aumentar los votos en octubre sobre todo de Milei, “el menos responsable de la crisis económica actual”), pero también podría pasar que para las generales los gobernadores peronistas movilicen a favor de Massa, como sucedió en las legislativas de 2021.
Según los datos finales, participaron de las PASO un 69% del padrón electoral: de casi 35.4 millones de personas empadronadas para las Primarias, concurrieron a las urnas 24.4 millones. 11 millones de personas se ausentaron el día de la votación. En las PASO del 2019, la última elección comparable, la participación fue del 76% del padrón: la caída en la concurrencia entre 2019 y 2023 fue entonces de más de 7 puntos porcentuales. Fue la PASO presidencial con menor participación desde la instauración del sistema en 2009. De las 24.4 millones que sí votaron, el 4,8% votó en blanco, 1.1 millón de personas. En 2019, el voto en blanco había sido del 3,4%.
Las provincias con el mayor nivel de participación fueron Neuquén, con un 75% de concurrencia, seguido de Tucumán y Jujuy, con un 74%. No fue ninguna sorpresa: de las 17 provincias donde ya se habían llevado a cabo elecciones provinciales este año, estos tres distritos fueron los que tuvieron una mayor participación, junto con Formosa. Sin embargo, a diferencia de los otros tres distritos, donde la concurrencia fue similar en las elecciones provinciales y en las Primarias del último domingo, en el territorio que gobierna Gildo Insfran la participación para los comicios provinciales fue del 75%, pero en las PASO nacionales cayó al 67%.
Los distritos que tuvieron una menor concurrencia a las urnas este último domingo fueron Chaco, con un 63% de participación y Salta, con un 64%. Tanto en la provincia de Buenos Aires como en la Ciudad la participación fue del 70% del padrón, en línea son lo sucedido a nivel nacional.
Once millones de personas se ausentaron a las urnas en las PASO y más de 1 millón votaron en blanco, lo que conformaría una masa de 12 millones de personas cuyo voto está “vacante”. Nunca la participación es del 100%: Históricamente en Argentina, la concurrencia es de alrededor del 80% para unas elecciones presidenciales generales.
Once millones de personas se ausentaron a las urnas en las PASO y más de 1 millón votaron en blanco, lo que conformaría una masa de 12 millones de personas cuyo voto está “vacante”
Sin embargo, los analistas esperan para octubre una participación menor del electorado, alrededor de un 74/75% de concurrencia, entre un 4 y un 6% más que en las PASO. Esto es lo que sucedió históricamente desde la instauración de las Primarias en 2009. “Pero es difícil estar seguro de que se mantendrá exactamente el mismo patrón de crecimiento histórico”, sostiene Gerardo Scherlis, investigador del CONICET y Director del Observatorio Electoral del Ministerio del Interior en 2018-2019. Si se cumplen estas proyecciones, y concurren a votar entre un 4% y un 6% más de votantes que en las Primarias, estaríamos hablando de alrededor de 2 millones de personas que se sumarán a la elección del 22 de octubre.
Hay analistas como Lucas Romero, director de Synopsis, que augura una participación aún mayor. “El hecho de que las PASO hayan sido tan parejas es un incentivo muy grande para la participación. Es posible aspirar a niveles de concurrencia de alrededor del 76 o 77%”, asegura.
¿A quién beneficiará?
Quién saldrá beneficiado de un eventual aumentó de 6 puntos porcentuales en la participación es hoy la pregunta del millón, seguido de las dudas con respecto a si Bullrich retendrá los votos de Larreta o si Milei le sacará votos a Bullrich. Javier Milei sacó a nivel país 7 millones de votos, Unión por la Patria sacó casi 6.5 millones de votos (entre Massa y Grabois) y Bullrich 4 millones, además de los 2.6 millones que obtuvo Larreta (pero que no necesariamente irán a la ganadora del espacio de Juntos por el Cambio en octubre). Con este panorama tan ajustado, el voto de 2 millones de personas será crucial en las generales de octubre: adonde se dirigirán estos votos podría mover la aguja electoral y propulsar a uno de los candidatos hacia la presidencia.
“Hasta el 2021, el beneficiario de un aumento de la participación en las generales con respecto a las PASO había sido Cambiemos: en 2015, 2017 y 2019, un aumentó en el caudal de votantes se tradujo casi linealmente en un crecimiento de los votos amarillos”, sostiene Federico Aurelio, de la consultora Aresco. En cambio, en las generales del 2021, el beneficiario del aumento de concurrencia fue en gran parte el oficialismo: el peronismo logró convencer, entre septiembre y noviembre de ese año, a una parte de la población de que vaya a plebiscitar y apoyar el gobierno de Alberto Fernandez, explica Aurelio.
Aurelio sostiene que el ausente de las PASO del 2023 es similar al ausente del 2021: es un ex votante del peronismo que está enojado por la crisis económica que decide expresar su malestar ausentandose en las urnas. Sin embargo, para el consultor, aunque en las legislativas generales de 2021 se logró movilizar a parte de este electorado peronista, esto no necesariamente se logrará en octubre de este año.
“Si la crisis económica sigue acentuándose en los próximos meses, siguiendo la tendencia de estos últimos días, no va a ser tan fácil recuperar a los votantes peronistas que no concurrieron a votar en las PASO, como sí se logró en 2021”, sostiene Aurelio. “En mi opinión, esos votantes están diría que ya perdidos”. Para Aurelio, entonces, lo más probable es que una mayor participación, a pesar de las características socioeconómicas del ausente de las PASO, beneficie a Milei, “porque es el menos responsable de la crisis económica actual”.
Para Cristian Buttié, de CB Consultora, el aumento de la participación, que estima que será entre 4 y 6 puntos porcentuales, “será transversal a todos los partidos”. El oficialismo puede ser el que más beneficiado salga del aumento en la concurrencia, porque es “el único candidato ‘de centro’, por lo cual puede lograr un considerable aumento de los votos, sobre todo entre los que no participaron”; sin embargo, Buttié sostiene que el 2023 presenta un escenario muy particular, difícil de predecir.
Gerardo Scherlis, analista político, coincide con Buttié y explica que se puede pensar en tres dimensiones de diferente orden, cada una de las cuales beneficia a uno de los tres contendientes principales. “El primer escenario es que los gobernadores, mayormente peronistas, movilicen a favor de Massa a la población que no emitió su voto. La mayor parte de los dirigentes provinciales se desentendió de las PASO, pero en octubre tendrán interés en que sus candidatos sean elegidos al Congreso nacional”, desarrolla Scherlis, aunque sostiene que esto dependerá de las herramientas que tenga Massa para motivarlos a movilizar en favor de su candidatura.
“Todo cambia si asumimos que los que no votaron en las PASO están enojados con el sistema. Si esto es así, volcarán su voto a Milei, tanto por su discurso antisistema como por el efecto de apoyo al ganador”, argumenta Scherlis, y agrega que un tercer escenario poco probable puede darse si quienes no votaron están enojados con el gobierno pero temen “un salto al vacío”, lo que los llevaría a votar por Bullrich.
Por Agustina Said-elDiarioAr