El vicepresidente del Banco Nación, Carlos Caserio, advierte sobre los riesgos para la gobernabilidad cordobesa si triunfan Bullrich o Milei. La estrategia para captar “el voto inútil” de Schiaretti y el sueño de la reunificación peronista.
“El mejor escenario para Martín Llaryora gobernador y Daniel Passerini intendente es que gane Sergio Massa ”. Carlos Caserio tiene claro por dónde salir a jugar y lo hace con la tranquilidad que le dan los años de experiencia en la arena política y la lectura estratégica a la que, particularmente en Córdoba, le suma el conocimiento de haber ocupado roles importantes en las dos vertientes que hoy concentran la discusión del justicialismo en el centro del país.
Compartió gabinete con Passerini y siguió de cerca el crecimiento político de Llaryora, desde que llegó a la intendencia de San Francisco hasta que se convirtió en intendente de la capital provincial. Fue ministro de Gobierno en el 2007, cuando el peronismo recuperó la cabecera del departamento San Justo; y presidente del PJ en 2019, cuando el gobernador electo devolvió la conducción del Ejecutivo capitalino al peronismo.
En ese marco, Caserio reconoce que le hubiera gustado tenerlos a la par de Massa en esta campaña, aunque entiende que el grado de compromiso con Juan Schiaretti les impide pegar el volantazo. “Yo creo que el 11 de diciembre comenzará otro ciclo político en Córdoba, con dirigentes jóvenes que le buscarán imprimir su propia impronta a la tarea de continuar con las buenas gestiones que ha llevado a cabo el peronismo. Ojalá que, más allá de la apertura que han demostrado en la campaña para ampliar su coalición, puedan unir a todo el peronismo porque hay peronistas muy valiosos en Córdoba”, asegura, casi a modo de centro al dueto electo que protagonizará la nueva fase del cordobesismo.
“En un escenario en el que Javier Milei y Patricia Bullrich se pelean para ver quién es más liberal, los gobiernos provinciales van a tener que empezar a pensar cómo se las van a arreglar en soledad porque ellos piensan que lo problemas de las provincias, son problemas de las provincias”, resume el vicepresidente del Banco Nación abriendo el análisis del escenario político actual con Letra P.
Se concentra en Córdoba y advierte que las quejas actuales que la dirigencia cordobesa sostiene para con la administración nacional se multiplicarán ante un eventual Gobierno que se retirará de la asistencia a las provincias.
“El boleto del colectivo deberá calcularse sin subsidios, el déficit de la Caja de Jubilaciones deberá solucionarse sin fondos nacionales, y la deuda en moneda extranjera en un país donde nadie sabe cuál puede ser el techo del dólar puede generar muchas complicaciones”, dice y advierte que esa situación no será sólo un problema para el gobierno mediterráneo sino para toda la dirigencia con responsabilidades de gobierno del interior. “Hoy se quejan porque a este le dan más y a aquel le dan menos, si Milei cumple con lo que dice no le van a dar nada a nadie”, asegura y considera que un gobierno nacional de extracción peronista facilitaría las cosas.
El voto “inútil”
Caserio sabe que la situación en Córdoba es más compleja que en el resto del país. “En todos lados hay tres candidatos pero en Córdoba hay cuatro”, dice para dar cuenta de un escenario en que la, según entiende, la candidatura de Schiaretti perjudica a Massa.
En ese marco, mira para atrás y advierte que si bien desde hace años viene denunciando la convivencia entre el gobernador de Córdoba y el macrismo, entiende que ya no es necesario seguir hablando sobre el tema “porque está clarísimo”. “El propio Schiaretti dijo que si pasaba Horacio Rodríguez Larreta él estaba dispuesto a sumarse a ese espacio, por lo que todo queda lo suficientemente claro: está más cerca de la oposición que al peronismo nacional”, asegura mientras marca las diferencias con una lectura que, basada en esa cercanía entre el gobernador y las huestes opositoras, advierte que un corrimiento de Schiaretti sumaría más votos para JxC.
Según explica el exsenador, “el voto fue compartido cuando se elegía gobernador, porque ahí se dispersa más, en parte por las buenas gestiones que hizo el peronismo en la provincia. Pasa que después se repartía el voto de Mauricio Macri, entonces eso rompe toda la ecuación”. Sin embargo, señala, “un buen espejo para medirlo son las elecciones de medio término, donde desde la unión de todos los sectores opositores, el mapa queda mejor dibujado: en la última elección, la lista de Alejandra Vigo sacó 25 puntos y nosotros 11, ahí tenés los votos duros del peronismo en Córdoba”, afirma.
Por esa razón, se suma a quienes desde el massismo empiezan a querer limar al candidato de Hacemos por Nuestro País y asegura que “el voto a Schiaretti es un voto inútil, que no va a mejorar la Argentina ni tampoco la va a empeorar porque es un voto nulo”. “Un diputado nacional más o menos no va a cambiar la Argentina, al país lo cambia un Presidente o una Presidenta”, afirma retomando una idea que el propio Massa transmitió a la dirigencia cordobesa durante su última visita a la provincia.
Con todo, Caserio asegura que Schiaretti perderá votos porque el electorado entenderá que no tiene chances de llegar a la Presidencia y que Unión por la Patria debe ir por ese electorado que se queda sin representación. En números, piensa que el gobernador no superará los 20 puntos y que el massismo tiene allí una chance para crecer.
El horizonte trazado para el 22 de octubre sigue siendo los 14 o 15 puntos que, con Massa en un ballotage y Schiaretti fuera del partido buscarán multiplicarse para la segunda vuelta de noviembre. El objetivo de máxima es conseguir el 30% que Alberto Fernández cosechó en el 2019. En total, fueron 666.445, casi medio millón más de lo que Massa y Juan Grabois consiguieron el pasado 13 de agosto. Un desafío difícil, entienden, aunque aseguran que no imposible.
“Tenemos que trabajar con los intendentes que siguieron la estrategia de Schiaretti en junio y perdieron y defender lo que se ha hecho en Córdoba que es muy bueno, aunque el gobierno provincial trata de ocultarlo”, dice Caserio y menciona la ayuda para saldar las deudas de la Caja de Jubilaciones, la refinanciación de la deuda provincia, las obras que se llevaron adelante y las que se terminaron luego de las promesas inconclusos del gobierno de Cambiemos.
“Este Gobierno colaboró con Córdoba y eso lo saben todos los intendentes, no sólo los peronistas, y eso tenemos que salir a decirlo para disputar desde lo ya hecho”, afirma y en ese sentido reafirma su confianza y mira el futuro con un halo de optimismo. “En momentos sumamente críticos para el mundo hemos creados las condiciones para que la Argentina crezca”, dice y valora el rol de Massa en un proceso que busca revalidarse con el humor social a contramano.
Por César Pucheta-Letra P – Título original El último llamado de Carlos Caserio: “Lo mejor para Llaryora y Passerini es que gane Sergio Massa”