Si las elecciones fueran hoy Milei se queda con la nación, Axel con la provincia inviable y Boga Macri con el Maxiquiosco (faltan 45 días). Por Jorge Asís
Nostalgia de aquellos cuatro
“Son cuatro. El resto es paisaje”, cliquear (editado el 11 de febrero).
Aludía a La Doctora, a Mauricio Macri, El Ángel Exterminador, a Sergio Massa, El Profesional, y a Horacio Rodríguez Larreta, Geniol.
De los cuatro solo Sergio continúa.
La Doctora está afuera y es parte del paisaje.
“No podemos pedirle más, ya dio todo”.
Basta con estirar el traumático silencio para generar expectativa. Y quebrar -el silencio- cuando se le ocurra.
La dama poderosa se debate entre el frío pragmatismo y la pasión contenida.
El pragmatismo induce a consolidar la candidatura de Sergio. Quiere ganar.
Pero contiene la pasión para no condenar la espantosa realidad que la resigna.
La agenda de derecha reduce hasta la impotencia a los que trafican progresismo oral o moral.
Ya no queda ningún lugar heroico para ofrecer a “los pibes para la Liberación”.
Mauricio salió también eyectado hacia el paisaje.
Desde “El arrugue del estadista noble”, cliquear (editado en marzo), o la “grandeza” del “renunciamiento”.
El jugador se quedó en el vestuario sin salir para disputar el «Segundo Tiempo».
Oscila entre la paquetería lúdica del bridge, las clases canónicas de liderazgo y los altibajos emocionales con su colonizador.
Es Javier Milei, El C-Boy (león que vence a la manada de leones).
El Ángel Exterminador está institucionalmente aferrado a Patricia Bullrich, La Montonera del Bien. Pero se encuentra ideológicamente adherido a Milei.
Para desesperación de Clarín y La Nación, Patricia “no prende”. Milei amenaza acabar con la “pauta”.
Y a Massa, sin originalidad, le desconfían. Aunque los atrae. Lástima que arrastre, en el combo, a La Doctora.
La tenaz destilación de odio ni siquiera se atenúa. Boleto ultra picado.
El último de los cuatro que se quedó afuera para enredarse en el paisaje es Horacio Rodríguez Larreta, Geniol.
Exterminado por Mauricio, a través de Patricia.
Horacio cometió el error de traficar sin el menor encanto una propuesta racional.
No supo conectar con la tecla justa que marca el estado de la sociedad.
Turismo Aventura
En la nueva configuración de poder, temporariamente persisten los tres candidatos presidenciales.
Milei es el favorito. La afectada es Patricia. Y se espera el milagro de Sergio.
La Doctora, con su fuerza bonaerense paulatinamente minoritaria, mantiene aún su influencia en Sergio.
Y Mauricio, colonizado por Milei, trafica paternidad artificial en Patricia.
Javier, Patricia y Sergio deben batirse el 22 de octubre (los acompaña Schiaretti, Gringo Don Juan, y la doctora Bregman, Natalia Sedova).
Si la compulsa fuera hoy -sábado 9 de septiembre-, Milei se asegura la banda en primera vuelta (Patricia y Sergio deberían integrarse al paisaje).
El país con Milei ingresa entonces en las tensiones del Turismo Aventura.
La configuración del poder (si las elecciones fueran hoy) conforma un triángulo etnocéntrico de complejidad política.
Milei en La Nación. Axel Kicillof, El Gótico, en Buenos Aires, la «provincia inviable».
Es para apasionar a los analistas políticos que asumen la confusión como elemento de trabajo.
Completa el triángulo Jorge Boga Macri, Paladar Negro I, como dueño del Maxiquiosco. Artificio Autónomo de la Capital.
Significa que Buenos Aires Inviable es el Sigmaringen del kirchnerismo, mientras el Maxiquiosco es el Sigmaringen del macrismo. (*)
La nación queda para el neomenemismo libertario de Milei y su Turismo Aventura.
Pero la configuración diseñada es parcial. El etnocentrismo es una causa perdida.
Se agregan otros dos vértices y el triángulo se convierte en pentágono.
Martín Llaryora, El Pituco, pide pista. Ingresa con prepotencia al bolillero.
Gobernador de Córdoba, de cepa peronista pero no kirchnerista.
A su pesar, se mete también en el bolillero Maximiliano Pullaro, Encanto del Enigma.
Gobernador radical de Santa Fe. Sobreviviente exclusivo de La Banda de Yaco que triunfa.
El turno de la casta
Pero para las elecciones reales faltan 45 días.
Es el turno de la casta. De la política que reacciona “humillada y ofendida”.
Milei ganó en muchas provincias donde la casta se propone recuperarse.
A favor de Massa, a través de la Federación de Peronismos Provinciales, Sindicales y Municipales que se reinventan como «movimiento nacional».
Pese a la inflación abyecta, y al paquidermo con Valium del gobierno peronista, Massa produce el milagro de ser competitivo.
O a favor de Bullrich. Aquí, para evitar el naufragio la casta se aferra al mesianismo arrabalero de Carlos Melconian, El Académico del Suburbio.
Es el erudito que se carga al hombro la campaña derruida mientras ensaya posturas para su lícita campaña presidencial de 2027.
La Montonera del Bien se agotó en la epopeya de vencer a Larreta. Justamente cuando más debería esforzarse para parecerse al vencido.
El conflicto es entre la casta -que busca revancha- y la estremecedora solidaridad que se genera naturalmente hacia el ganador.
Las cajas cautivan. La escudería de Milei tiene más ministerios y embajadas que soldados.
Pero al votante de Milei nada le importan los cuestionamientos racionales.
La barbarie conceptual de las parrafadas, junto a las extravagancias, resultaron sustanciales para conquistar la centralidad.
Para conectar con la tecla justa que la sociedad reclamaba.
“Si le sirvió para ganar, ¿para qué cambiar?”.
(*) Sigmaringen. Castillo. Último refugio de los colaboracionistas franceses con el nazismo.