Las 20 economías líderes del mundo lograron un consenso tras el primer día de la Cumbre de los Jefes de Estado en India, el sábado 9 de septiembre. Dos temas fueron claves: la guerra en Ucrania y el cambio climático. Frente al primero, sin acusar explícitamente a Rusia, condenaron los abusos al derecho internacional. Frente al segundo, proponen triplicar las energías renovables, pero sin comentar la necesidad, respaldada por la comunidad científica, de reducir el uso de energías fósiles.
Los jefes de Estado o sus representantes miembros del G20, el grupo de las potencias económicas globales, llegaron a un acuerdo para producir una declaración conjunta en el primer día de la cumbre del G20 en Nueva Delhi, India, país que ocupa actualmente la presidencia rotativa del foro intergubernamental de coordinación económica y financiera internacional.
Vale la pena recordar que ni China ni Rusia asistieron al evento. Sin embargo, Subrahmanyam Jaishankar, ministro de Asuntos Exteriores indio, en una conferencia de prensa, afirmó que China, apoyó la declaración.
“Gracias al arduo trabajo de todos los equipos, hemos alcanzado un consenso para la Declaración de la Cumbre de los Líderes del G20. Proclamo la adopción de esta declaración”, dijo el primer ministro indio Narendra Modi a los jefes de Estado presentes.
Previo a la cumbre, la Unión Europea y Estados Unidos habían expresado su escepticismo sobre la posibilidad de una declaración conjunta considerando las profundas divisiones del grupo, particularmente respecto a la guerra en Ucrania y la crisis climática, dos temas determinantes en esta ocasión.
India señaló que el consenso fue logrado por el trabajo “muy estrecho” con Brasil, Sudáfrica e Indonesia para formular el lenguaje del documento.
Una condena a la guerra no a Rusia
Llamamos a todos los Estados a respetar los principios del derecho internacional, incluida la integridad territorial y la soberanía, el derecho internacional humanitario y el sistema multilateral que salvaguarda la paz y la estabilidad, apunta la declaración.
El documento oficial llama a todos los Estados a no hacer uso de la fuerza para expandir su territorio, sin mencionar específicamente a Rusia. Por otro lado, sí hace alusión a Ucrania: “Recibimos todas las iniciativas relevantes y constructivas que apoyen una paz completa, justa y duradera en Ucrania”.
El ministerio de Asuntos Exteriores ucraniano reaccionó alegando que la declaración “no es nada de lo que estar orgulloso”, en un mensaje en Facebook y añadió que la presencia de Ucrania habría aportado a las participantes de la cumbre la perspectiva necesaria para un mayor entendimiento de la situación.
La razón por al que Ucrania no fue un país invitado es que no forma parte del G20. Además, Modi había decidido que la presencia del presidente Ucraniano Volodímir Zelenski haría que el encuentro girara exclusivamente en torno a la guerra en ese país y los representantes del G20 tenían que dialogar sobre varios temas más allá de este conflicto.
Para el canciller alemán Olaf Scholz la declaración demuestra una clara posición frente a la invasión rusa de Ucrania, al insistir en que la integridad territorial de los países no puede ser disputada con violencia.
Rusia no ha reaccionado a la declaración, pero Serguéi Lavrov, ministro de Asuntos Exteriores ruso, había dicho previamente que bloquearía la declaración final a menos que reflejara la posición de Moscú sobre Ucrania y otras crisis.
¿Y la exportación de granos del Mar Negro?
El G20 tomó posición respecto al acuerdo de exportación de granos del Mar Negro, que Rusia abandonó en julio. La declaración llama a su implementación para garantizar la seguridad alimentaria global.
El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, dijo en la Cumbre de los Líderes del G20, que la acción rusa era una “parodia de generosidad”, que además de abandonar el acuerdo, Rusia estaba destrozando puertos ucranianos desde donde se exportan los granos. Anotó que el acuerdo del Mar Negro había entregado 30 veces más el volumen de cereales a países en situación de vulnerabilidad alimentaria. El Kremlin respondió que mantenía sus condiciones.
El pacto, logrado por la mediación de Naciones Unidas y Turquía, fue firmado en julio de 2022 y permite a Ucrania exportar sus cereales de manera segura a través del Mar Negro, sin que la guerra interrumpa el suministro de granos ucranianos a los países que dependen de él.
Rusia alegó que los cereales no estaban llegando realmente a los países más vulnerables y abandonó el acuerdo argumentando que no estaban satisfechas sus condiciones: facilidades para exportar sus propios granos y fertilizantes.
En su momento, en julio, Josep Borell, jefe de la política exterior de la Unión Europea (UE) acusó a Rusia de tomar una decisión “injustificada” y de instrumentalizar “el hambre de la gente”.
Tras abandonar el acuerdo, Rusia ofreció directamente un millón de toneladas de cereales a países africanos.
¿Un freno a la crisis climática?
Por otro lado, los líderes del G20 acordaron triplicar la capacidad energética global de las energías renovables de aquí a 2030 y aceptaron que es necesario reducir progresivamente las energías fósiles, cuya industria es la que más libera dióxido de carbono en la atmósfera, pero aclararon que debía hacerse de acuerdo con las circunstancias nacionales de cada país.
Y reiteraron su compromiso, anteriormente firmado con las Naciones Unidas, que marca el objetivo global de descarbonizar la economía de aquí a 2050, para evitar el sobre calentamiento de la Tierra. Sin embargo, pese a sus palabras, el grupo de países que genera casi el 80% de las emisiones globales de dióxido de carbono, no llegó a un acuerdo colectivo sobre cómo reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
Lo que sí dejaron claro los miembros del G20 es que el mundo necesita un total de cuatro trillones de dólares (USD) anuales para financiar la transición energética, dándole prioridad a las energías renovables.
Por Lola Itzá López Lungo-France24 con Reuters y EFE