El Banco Mundial (BM) financiará proyectos enfocados en crisis climática y transición verde en América Latina, con más recursos e interés más bajos, según su vicepresidente para la región, Carlos Felipe Jaramillo.
“Son aportes para países de renta media, incluyendo América Latina, de manera concesional, o sea por debajo de las tasas de interés y los términos que el Banco usualmente ofrece”, adelantó el vicepresidente para América Latina y el Caribe del BM, Carlos Jaramillo. Este anuncio va en la línea de la declaración de la última cumbre del G20 donde el presidente de EEUU, Joe Biden, abogó por una reforma del Banco Mundial y del FMI con el objetivo de ofrecer a las economías en desarrollo una alternativa a los préstamos de China, principal acreedor de países emergentes.
Con las reformas, el BM espera ser “más rápido y más ágil”, declaró Jaramillo, y además celebró que la asignación de recursos para proyectos que enfrenten “los retos globales no discriminan”, por lo que sus beneficios alcanzarán a los países de bajos ingresos y los de renta media.
El acceso a créditos en mejores condiciones, incluso “más baratos”, estará condicionado para inversiones relacionadas con la adaptación y mitigación a desastres climáticos (sequías, inundaciones y huracanes), el control de la deforestación, así como con la financiación de la transición verde.
Solo en el ejercicio de 2022, el BM aprobó financiamiento por un valor de 10.400 millones de dólares para un total de 55 operaciones en la región.
Jaramillo: “Admirable manejo macroeconómico de la mayoría de países de América Latina”
Para Jaramillo, tras la pandemia, Latinoamérica ha demostrado “un manejo macroeconómico admirable, en la mayoría de los casos muy acertado” porque los bancos centrales subieron a tiempo las tasas de interés y eso ha permitido controlar el brote inflacionario.
El rebote de crecimiento se ha producido por “una evolución de la región en el manejo de las crisis”, según Jaramillo, pero esa resiliencia ha terminado, porque la previsión del BM para 2023 será del 1,4 %, y del 2,4 % para 2024 y 2025, “tasas mucho más bajas de las que necesita la región para realmente superar los problemas de pobreza y de desigualdad”. A su juicio, el BM tiene el reto de elevar las tasas de crecimiento, pero ahora en un contexto de resurgimiento de la “vieja agenda de los problemas estructurales” de una región con niveles bajos de producción, donde se requiere inversión en infraestructura.
Por otro lado, el vicepresidente del BM detalló que la agenda de la institución en la región, tras evaluaciones de diagnósticos, ya viene enfocada en la adaptación de los países para resistir los embates del cambio climático, con la construcción de infraestructura resistente, y el apoyo a la descarbonización de las economías.
Pero “la mayor contribución de América Latina a todo este tema de las mitigación sería el control de la tala de los bosques naturales”, explicó Jaramillo, quien también ha hecho un llamado a las entidades financieras multilaterales a buscar “acciones en conjunto”.
Según la previsión del Banco Mundial, el nivel de endeudamiento de la región este año bajaría del 66,3 % alcanzado en 2022, al 64,7 %.
Carlos Felipe Jaramillo, vicepresidente del Banco Mundial para América Latina y el Caribe
Laguna de Suesca en Colombia durante sequía en febrero de 2021