El periodista retomó la conducción de su programa después de un mes de ausencia luego de padecer una infección generalizada; habló de su salud y dio su “mensaje universal”: “Quieranse, no pierdan el tiempo”
Jorge Lanata volvió a su programa de radio Mitre y habló sobre la internación que lo mantuvo fuera del aire por algo más de un mes. Con un tono de voz lento y tranquilo, visiblemente cansado después de haber superado una infección generalizada que comprometió su vida seriamente, el periodista dijo que “de todas las veces que estuve internado, esta fue la peor, o la segunda peor”.
“Esto es lo que quedó de mí, estoy bien, muy cansado”, dijo el conductor de PPT después de que Eduardo Feinmann le diera la bienvenida, durante el pase de programas, con un efusivo: “Lo que te extrañé, no tenés idea; te queremos mucho”. En ese momento, Lanata confió que, durante su internación, estuvo “asustado” y que se preguntaba “¿y esto cómo sigue? ¿Sigo?”.
“Estoy bien, medio desubicado. Fue complicado. Es todo tan eventual, viste. De golpe no te pasa nada y de golpe te pasa, totalmente eventual”, arrancó el periodista desde el estudio de radio montado en el living de su departamento. “Fueron tres etapas, la última más complicada: tuve un shock séptico, una infección generalizada. Y bueno, la sensación que tengo es que estuve como cuatro o cinco meses afuera y no, porque en verdad fue un mes. Estuve sedado, pero parece más tiempo. Nada, la pu*a vida”, añadió.
El periodista encabezó la mesa junto a sus compañeros y se mostró más reflexivo y filosófico que de costumbre, como si esta vez algo hubiera cambiado en él para siempre: “Tengo la sensación de que, si no lo tomás demasiado en cuenta, son cosas que pueden o no pasar, y eso es lo que hace maravillosamente raro, ¿por qué estoy acá y por qué no me quedé (morí). Bueno, acá estoy, no me quedé. O sea, es raro, ¿cuál es la fuerza que te hizo reaccionar?”.
En ese punto, Feinmann recordó que estuvo en una situación similar, luchando por su vida: “Yo pasé algo parecido, estuve al borde de la muerte con el Covid, estaba sano y el virus me volteó, le gané pero la lucha fue difícil”.
“¿La pregunta es por qué?”, insistió Lanata, como una manera de buscar una explicación a que siguiera vivo. “Es la cabeza, que en una enfermedad te puede jugar a favor o en contra, a mi y a vos nos jugó a favor”, respondió Feinmann.
“Fue raro y fue muy fuerte, esta fue la primera o la segunda peor de todas las veces que estuve internado. El trasplante es otro quilombo. Vas preparado. Acá no había plan. En un momento estuve asustado. Tuve idas y vueltas. Y decís, ¿y esto cómo sigue? ¿Sigo? Es raro”, comentó y añadió, en un tono serio: “Mi mensaje universal es gar**en todo lo que puedan, y estoy hablando en serio; quiéranse, no pierdan el tiempo. Suena a discurso hippie pero así, no hay tiempo. Es así de simple, la vida y la muerte. Es eso. Hagamos menos planes y démosle para adelante, es lo que a mi me quedó de esos días. Y Dios proveerá”.
Sobre el final, mientras Feinmann y el resto del equipo le contaban la cantidad de bromas sobre sexo que habían hecho al aire de la radio durante su ausencia, Lanata volvió a decirles que “los extrañé realmente”, pero les lanzó un ultimátum: “Mañana en este programa se restaura el orden y mano dura”, dijo entre las risas de sus compañeros.