La mayor parte de las provincias en Argentina cumplieron con el desarrollo de sus comicios en este año 2023 y sólo quedan por resolverse las elecciones en la provincia de Buenos Aires, Entre Ríos, Catamarca y la CABA.
Lo cierto es que, hasta mientras, el mapa queda conformado con un clima favorable para Juntos por el Cambio, espacio el cual podría contar con alrededor de 10 gobernaciones, mientras que el espacio de Unión por la Patria tendría 8 gobernaciones y, en tercer lugar, las fuerzas provinciales con 6 gobernadores.
Salta, Misiones, Córdoba, Neuquén, Río Negro y Santa Cruz son los seis distritos del país donde las dos principales coaliciones no llegaron a establecerse electoralmente como ganadores por diversas cuestiones.
En el caso de Córdoba, Neuquén, Río Negro y Santa Cruz ciertos candidatos que pertenecen (o pertenecían) al espacio de Juntos por el Cambio estuvieron presentes en las listas o lemas de las fuerzas provinciales, generando una división en las estructuras provinciales de sus espacios, tal es así el caso de Río Negro, donde el candidato ganador, Alberto Weretilneck, aparecía en la categoría a Gobernador de las boletas radicales que no tenían candidato a esa categoría.
Córdoba también es un gran ejemplo donde la candidata a vicegobernadora, Myriam Prunotto, compañera de fórmula de Martín Llaryora, pertenece al radicalismo. En Neuquén, uno de los casos más sorprendentes, donde el Partido Comunidad con Rolando Figueroa (ex MPN) a la cabeza desterró a la fuerza que gobernaba de manera ininterrumpida desde 1983 contenía en sus listas una facción del PRO que formó parte de la fuerza ganadora. Finalmente, en el caso de Santa Cruz, el lema ganador fue el de “Por Santa Cruz”, teniendo a su candidato a gobernador más votado, Claudio Vidal (Santa Cruz Puede) donde también estuvo presente el candidato del PRO, Mario Markic, por el sublema Consenso PRO Santa Cruz.
Ahora bien, otra de las razones por la cual cuesta establecer a las dos principales coaliciones como fuerzas competitivas en estas provincias podría explicarse por la representación y la valoración de las buenas gestiones. En cuatro de los seis distritos donde las fuerzas provinciales resultaron victoriosas fueron oficialismos que lograron continuidad, con la excepción de Santa Cruz donde gobierna Alicia Kirchner que, luego de 32 años, Claudio Vidal le puso fin al espacio kirchnerista. En el caso de Neuquén podríamos decir que el enfrentamiento fue entre espacios provinciales, tanto el Partido Comunidad como el MPN surgen de estructuras propias. Aún así, es necesario reconocer que el candidato ganador de los comicios, Rolando Figueroa, proviene del espacio político Movimiento Popular Neuquino que gobernó más de cuatro décadas en la provincia.
Dicho esto, es momento de profundizar en el objetivo de esta nota que es pensar específicamente sobre los seis distritos que serán gobernados por fuerzas provinciales hasta el año 2027.
Los Pituquitos de Recoleta, como diría el gobernador electo Martín Llaryora, engloba simbólicamente la crítica histórica del interior con el puerto de Buenos Aires. Lo cierto es que, con el fin de potenciar agendas distintas a la centralización del poder, se han creado espacios como la liga de Gobernadores, la Unión de Gobernadores del Norte Grande y Gobernadores Patagónicos para hacer frente a los intereses de las distintas regiones de nuestro país. Ahora bien, ¿Sería ingenuo pensar en la unión de Gobernadores de fuerzas provinciales? Hasta el momento, serían el tercer actor en las gobernaciones después de JxC y UxP. No parecería una locura.
Sin embargo, es cierto que cuando la representación tiende a fortalecerse en un distrito particular, las fuerzas provinciales enfrentan una amenaza visible y esta es la inevitable senda hacia los sistemas de representación herméticos. Resulta sencillo representar a sus votantes, pero a la vez se vuelve complejo exportar el modelo hacia otros distritos, tal es el caso de espacios políticos como el de Juan Schiaretti con reiterados intentos de buscar un lugar en los cargos nacionales con el anhelo de llevar el modelo cordobés a otros puntos de la Argentina. De igual manera, pero con otras características, también podríamos tomar el caso de los hermanos Rodríguez Saa en San Luis tras los fallidos intentos de exportar el “modelo puntano” al resto del país.
Las intenciones de los dirigentes políticos del interior por llevar sus modelos provinciales a la nación cuestan el doble y, a veces el triple, que aquellos espacios que surgen en el AMBA y esto se debe a diversos factores como la centralización de los medios de comunicación, la falta de estructuras de poder en el interior provincial que permitan impulsar candidatos competitivos y la lejanía y el poco desarrollo de un interior desconectado entre sí que simula las redes de conectividad de la aviación argentina: todo provinciano tiene que pasar por Aeroparque o Ezeiza para llegar a otra provincia.
No obstante, el objetivo de esta nota tiene el fin de pensar en un relativo escenario de poder donde los gobernadores de fuerzas provinciales decidieran formar una “liga” de mandatarios provinciales que se desentienden de las estructuras de las coaliciones nacionales y comparten formas y modos de llegar al poder sin depender de fuerzas externas, enfrentándose a configuraciones partidarias que germinan y se desarrollan de norte a sur de nuestro país. Para exponer esta idea con algunos números, pensar en una liga conformada por los 6 distritos con gobernadores provenientes de fuerzas provinciales supone reunir un total de 8 millones de habitantes, es decir el 19% de la población nacional.
A su vez, representarían más del 23% de las exportaciones totales del país, siendo la segunda fuerza exportadora luego de la provincia de Buenos Aires. En cuanto al PBI, las provincias gobernadas por fuerzas provinciales concentrarían más del 16% del total nacional. Así también serían la liga con la mayor cantidad de Parques Nacionales y reservas naturales, contemplando los más grandes e importantes de Argentina como el Parque Nacional Nahuel Huapi, Iguazú, Los Glaciares, Ansenuza, Traslasierra, Perito Moreno y Lanín. En materia turística, los seis distritos serían el mayor motor turístico (nacional e internacional) del país.
Lo cierto es que para poder desarrollar este tipo de espacios es necesario buscar intereses comunes entre las fuerzas provinciales que vayan más allá de instalar la agenda del interior por sobre el puerto. Urge establecer mecanismos de acción y políticas semejantes que potencien a la tercera fuerza de las gobernaciones a un espacio de decisión e influencia sobre la construcción del poder en Argentina.
Por Juan Manuel Beron-El Estadista