Se acercan las elecciones y el próximo domingo la sociedad misionera deberá acudir a las urnas, con un clima que solo se vive en la Tierra Colorada, ambientada por la efervescencia comercial y la tranquilidad social. Tendrá que elegir además de Presidente, a los Representantes de Misiones en el Congreso de la Nación. Por otra parte, Misiones vive un fin de semana a pleno, con grandes beneficios económicos derramados del turismo y el comercio principalmente, complementado con el dato histórico del pico más alto de empleo registrado en blanco en el último mes, llegando a los 115 mil trabajadores privados.
Sin regalar su derecho a elegir, los misioneros buscarán en el cuarto oscuro a los suyos, y parafraseando las coplas de Ramón Ayala, a los que llevan adentro la tierra colorada por más que anden por otros caminos, portan consigo sus misterios, sus gurises y el grito de los hacheros brotando por las picadas.
En política, innovar es planear y gestionar políticas que busquen el bien común, la satisfacción de la comunidad y la aceptación ciudadana, concediéndonos con esto la confianza ciudadana, la cual es un tesoro en nuestras democracias, ya que sin ella nuestras repúblicas representativas son un continente sin contenido, sin bases, sin apoyo. Por eso hay que innovar la política, para encontrar la confianza de los ciudadanos y así obtener democracias reales, donde los ciudadanos voten convencidos del camino, sin bronca, ni odios.
Alejados del blanco o negro, recubiertos de matices, de razonamiento y debates, entendiendo que lo que nos hace únicos es la innovación política, propulsada desde la paz social característica de la Tierra Colorada. El Misionerismo fortificado por la confianza de los ciudadanos, navega la última semana electoral de cara a las elecciones generales del 22 de octubre, desplegando una virtuosa gama de grises en su electorado que lo posiciona entre los preferidos.
Por eso, Juntos por el Cambio nunca pudo ganar una elección en la Provincia y va camino a disolverse, como lo dijo su exasesor, Durán Barba. Resultado de su ideología de división de la sociedad, sumado a viejos paradigmas, vetustos idearios, falsas verdades y a un estado continuo de incongruencia.
En consecuencia, incluso la visita de Macri a Misiones pasó totalmente desapercibida, sin pena ni gloria, vino a reunirse con Ramón Puerta y no se mostró con los candidatos de su espacio, continuando con su desprecio hacia los suyos.
Sumado al fallo de la justicia que anuló el decreto por medio del cual Macri, había permitido a los familiares de funcionarios públicos blanquear millonarias sumas que tenían en negro y luego fugarlas al exterior. Teniendo en cuenta la coyuntura económica actual, se destaca el gigantesco endeudamiento del país como principal motivo por el cual no hay crecimiento, recordando además la desastrosa administración económica del gobierno de cambiemos que propició el endeudamiento y la fuga de dólares sin precedentes del país.
Misiones a Pleno
Misiones vive un fin de semana a pleno, con grandes beneficios económicos derramados del turismo y el comercio principalmente, gracias al tipo de cambio.
El tipo de cambio significa para la mayoría de los sectores una mayor competitividad, atrayendo a miles de visitantes que invierten y consumen en la Tierra Colorada, llevando a tope a los comercios, restaurantes, tiendas, micros y aviones, entre otros segmentos.
Esta bonanza económica se refleja además con los últimos datos de Misiones, que establecen que alcanzó el pico más alto de empleo registrado en blanco en el último mes, tocando los 115 mil trabajadores privados, una cifra que no se había logrado en toda la historia.
Además, este clima es traspolado a la sociedad que vive con alegría sus celebraciones, como con la exitosa edición de la estudiantina, que le dio un marco festivo y juvenil nuevamente a la primavera misionera, donde se destacó el eficiente y muy elogiado operativo de seguridad, sin detectarse ningún delito ni desmán a pesar de tener más de 40 mil personas, entre jóvenes y adultos, movilizados en cada una de las noches.
Por Fernando Retamozo