Patricia se blinda con Melconián y Larreta y Milagro Massa insiste con su “reelección”. Por Jorge Asís
Extrañar a Alberto
“Lo que me da bronca es que hasta el Papa crea que yo voto a Milei porque estoy enojado. Que soy parte del voto bronca. No. Lo voto a Milei convencido, con alegría”.
El lamento borincano es de Pablo, un ingenioso votante de La Libertad Avanza. 55 años.
“Es simple, los peronistas ya me jodieron. Fracasaron. Y los macristas también fracasaron y me jodieron”.
Pablo hace la pausa justa para definir:
“Quiero darle la oportunidad a Milei, para que en todo caso me joda él. También tiene derecho a fracasar”.
Corresponde -si finalmente el presidente va a ser Milei- desdramatizar.
La solidaridad con aquel que gana resulta siempre enternecedora. Abundan los postulantes capacitados para acudir en auxilio del vencedor.
Para mojar la medialuna de las embajadas o secretarías, los “buscapinas” tendrán que apretujarse en la sala de espera de Luis Barrionuevo, El Bandeja, en adelante El Hacedor.
Un celestino inapelable que sabe diseñar presidentes. Aunque debe recuperarse.
A El Bandeja le fue muy bien con Carlos Menem. Pero le falló el diseño con Roberto Lavagna, La Esfinge. Y con El Wado casi ni alcanzó a maniobrar.
Debe entonces descartarse el patetismo del «salto al vacío».
Porque Milei tiene también su derecho al fracaso.
El único riesgo es que, en seis meses, acaso en un año, se produzca la reivindicación moral de Alberto Fernández, El Poeta Impopular.
O que cualquier comunicador diga:
“¡Cuánto se lo extraña a Alberto! Era, comparativamente, un gran estadista”.
Mandar al arquero a cabecear
Mientras tanto, la señora Patricia Bullrich, la Montonera del Bien, tomó una decisión inteligentemente desesperada.
Designar como Premier, para su gobierno eventual, a Horacio Rodríguez Larreta, Geniol.
Tiene el sentido futbolístico de mandar al arquero a cabecear, cuando se pierde uno a cero y el partido está por terminarse.
Pero ¿y si el arquero, tal vez Larreta, al final cabecea y de palomita la emboca en el ángulo?
Francisco, Bergoglio, es el que le tira el centro (el Papa ni siquiera comienza a digerir el Fenómeno Milei).
Larreta le aporta a Patricia las migajas de sensatez y de serenidad que se descalificaron en las PASO (tóxicas). Cuando competía con Patricia por la candidatura.
Aquello que fue degradado por tibio, en agosto, es precisamente lo que Patricia necesita hoy para evitar el naufragio.
Racionalidad, contenido. «Plan integral y consenso de 70%».
Lo que Larreta proponía como candidato y hoy lo promete Milagro Massa, El Profesional. Para poner en práctica esas ideas, pero como presidente.
La zanahoria medular. El gobierno de “unidad nacional”.
Es lo que Patricia sale a cortar. Estancada en sus consignas elementales para atraer a la legión de indignados que decidieron el voto para el otro proveedor de la misma mercadería. El cambio.
Milei, El C-Boy, a quien Mauricio, El Ángel Exterminador, admira hasta la identificación.
Justamente Mauricio fue quien instrumentó a Patricia para exterminar al que desesperadamente recurren.
Horacio le garantiza a Patricia el blindaje en materia de gestión.
Como Carlos Melconián, Académico de Arrabal, le aporta a Patricia atisbos de solidez económica. El «Plan Integral» que prometía Larreta.
Aunque a esta altura sea, como en el tango, «tarde».
“Tarde me di cuenta que al final…”.
Pero es heroica la entrega de Melconian, como la generosidad derrotada de Larreta.
Mientras tanto Patricia nada contra la corriente de dos alternativas.
O el Fenómeno Milei se impone en la primera vuelta. O se registra la segunda entre el Fenómeno Milei y Milagro Massa (que va por la reelección virtual y ya fue suficientemente milagroso).
Por los chicos
Para Juntos por el Cambio, ingresar a la segunda vuelta es mucho más que un objetivo.
Es la garantía de sobrevivencia y el mantenimiento de la integridad.
Quedarse afuera en octubre puede ser la antesala de la fragmentación.
Con un Mauricio tal vez feliz. Predispuesto para asociarse sin culpas con el Fenómeno Milei, y alejarse de los radicales y de los transparentes de la Coalición Cívica.
Consta que, si aún no se divorciaron los radicales y los macristas, es “por los chicos”.
O por los efectos territoriales que los radicales les brindan a los macristas con cinco gobernaciones.
O por las satisfacciones espirituales que depara la gloria de despachar juntos en el Maxiquiosco del Artificio Autónomo.
Al cierre del despacho -17 de octubre- el Maxiquiosco va a ser administrado por el primo Jorge Macri, Paladar Negro I.
Y el que tiene el poder en el Maxiquiosco es siempre el que manda.
El ascendente primo Jorge avanza para convertirse en la figura más poderosa de la Mutual PRO.
Y en el Maxiquiosco el poder nunca se comparte.
Lo sabe como nadie El Ángel Exterminador. Y la cultura calabresa en general no acepta el exterminio del familiar directo.
A lo sumo nunca tiene que notarse quien es el que extermina. Porque el exterminador debe llorar, con convicción extraordinaria, en el funeral del exterminado.
El Primo despunta como el favorito para vencer -en primera o con seguridad segunda vuelta- a Daniel Santoro, Dos Piernas. Patea con la pierna radical y con la pierna peronista.
El Primo debe vencer también de nuevo al Pibe Marra, El Meme.
El Meme es el que mejor supo colgarse, con astucia mediática, del Fenómeno Milei.
Para distribuir aspectos tangenciales de las golosinas y de los cigarrillos del Maxiquiosco, el Primo Jorge mantuvo tensas reuniones con los dos poderosos radicales culturales de la metrópoli.
Martín Lousteau, El Personaje de Wilde, y el siciliano Emiliano Jacobitti, El Caudillo Universitario.
No se pusieron de acuerdo. Pero pese a la dureza decidieron pragmáticamente soportarse y seguir.
Por los chicos.
La reelección del Milagro
Mientras tanto el kirchnerismo, con callada indignidad, retrocede. Sale del primer plano de la pantalla. Acompaña. Contenido.
Se dispone a concentrarse, sin gran comodidad, en La Provincia Inviable. Es donde se acumulan los escándalos, en básica coincidencia con el calendario electoral.
Los perversos tiran de la cuerda infinita de la Chocolatería Parlamentaria. Son inagotables las burlerías del Don Juan de la Seducción Rentada.
Aquello que supo ser el Movimiento Nacional Justicialista culmina en el espectáculo sombrío del ridículo.
Al cierre del despacho, en el peronismo que eternamente se resignifica aún persisten en pie, y con ambiciosas expectativas, tres figuras fuertes que perfilan el recambio generacional.
Axel Kicillof, El Gótico, 52 años. Cubre con honestidad el ramal de centro izquierda. Y ya aprendió, sin embarrarse, los códigos del barro.
Sergio, 51, arrastra hacia el centro derecha. Persiste activo en el milagro de la virtual reelección.
En definitiva Milagro Massa compite para representar audazmente la idea del cambio. Con mayor convicción que Patricia. O que, incluso, el Fenómeno Milei.
El triángulo se completa con Martín Llaryora, El Pituco, 51. Emblema del “peronismo Farmer”.