El sociólogo consideró que es muy difícil que Javier Milei gane en primera vuelta. “Creo casi indistinto que vaya Bullrich o Massa”, afirmó sobre un posible balotaje.
Para Pablo Semán, Mauricio Macri anticipó la radicalidad de Milei al finalizar sobre el final de su mandato. ”Macri asumió identificándose con Macron y Obama, y terminó identificándose con Trump y Bolsonaro”, analizó el antropólogo en Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190) y Radio Amadeus (FM 91.1).
Queda claro que Milei surge por el inconformismo que tiene una parte de la sociedad, no solo con este gobierno, sino también con el gobierno anterior. Al igual que con Alberto Fernández, la disconformidad con el gobierno de Macri tiene que ver con su mala performance en economía.
Sin embargo, Milei defiende a Macri y le echa la culpa a los radicales. Me llama la atención esta pirueta intelectual. ¿Cómo se entiende esta paradoja, que la gente descontenta con Alberto y Mauricio Macri vote a Javier Milei, pero Milei defienda a Macri?
Creo que hay una batalla por la interpretación del sentido del mandato de Mauricio Macri que empezó en 2017, cuando el propio Macri anticipó esta postura de Milei.
Mauricio Macri asumió identificándose con Macron y Obama, y terminó identificándose con Trump y Bolsonaro. Un poco, la idea de Macri fue, en ese momento, habilitar una apertura hacia la derecha, deshaciéndose simbólicamente de una parte de su alianza.
Eso ya sentó el antecedente para que venga alguien y diga que el problema de Juntos por el Cambio eran los radicales, el gradualismo, los residuos de populismo, y que es necesario armar una formación liberal pura.
En esa interpretación, Macri tiene un lugar que no puede tener, por ejemplo, Gerardo Morales, que es radical.
Parece una triangulación narcisista o psicopática por parte de Macri. ¿Por qué no lo hizo él en el 2015? ¿Porque estaban los radicales? Ahora también están en alianza con los radicales, y con más gobernaciones y votos que entonces, van a tener cinco gobernadores…
El proceso electoral tiene una relación despareja con el proceso político-institucional. El proceso electoral apunta a una radicalidad que las instituciones, por ahora, no permiten.
Conociendo el antecedente de cómo funcionó el menemismo, que es un punto de inspiración para el mileismo, se podría especular cómo van a arrastrar la política institucional hacia las coordenadas en donde ellos creen que va a quedar el proceso electoral.
Más allá de su estructura lógica interna, de si es una contradicción o no, es una tensión histórica que habrá que ver cómo se resuelve, hay bastantes enigmas. No creo que los gobernadores puedan hacer las mismas concesiones que hicieron, en su momento, los sindicatos a Menem.
Es un proceso muy fluido y, además, lo que siga va a depender de lo que quede, que también es cierto que todavía no sabemos qué será. No es casual que Milei haya apostado al descalabro financiero, porque eso le genera otras condiciones de gobernabilidad. En el incendio se fortalece un César.
Vos conocés mi pesimismo con respecto al horizonte político. Veo la contradicción, como una tensión histórica, y la veo como de resolución abierta. Me gustaría que no fuese tan abierta ni tan favorable a rumbos tan caóticos y aventurados.
Haciendo un poco de historia contrafáctica, imaginémonos que hubiera un balotaje entre Bullrich y Milei, y los asesores le dijeran a Bullrich que diga “Milei es Macri” para competir, porque Mauricio echó a los radicales. ¿Cree que con este discurso gana o píerde?
Es muy difícil saber eso. Me parece que lo que habría que pensar es hasta dónde un eventual balotaje va a estar guiado por candidatos, o por percepciones que funcionan como programas.
Me parece que, en este momento, hay una disputa en un bloque de votantes entre el repudio a la continuidad y el miedo al cambio.
Yo estuve haciendo trabajo de campo en las últimas semanas, muy a propósito de eso, y veo cómo, entre los partidarios de la ruptura, también aparece el miedo. Creo que un eventual balotaje va a estar muy situado en eso.
Sean quienes sean los participantes que vayan contra Milei, porque creo que Javier Milei seguro va a estar dentro del balotaje, si es que no gana en primera vuelta, cosa que veo difícil, pero no absolutamente improbable.
¿Qué contrincante creés que beneficia a Milei, competir contra Massa o contra Bullrich?
Creo que los términos subtendidos a la batalla electoral son el repudio a la continuidad y el miedo al cambio.
Lo que es un oxímoron…
Exactamente. Es una tensión interna en un bloque de electores.
A mí no me gusta esta terminología, pero hay “núcleos duros” de electores que van a votar al peronismo, otros a Milei, otros a Juntos por el Cambio.
Pero más allá de esos núcleos duros, están los “votos blandos”, y la disposición de los votantes de Bullrich y Massa a repudiar la continuidad o a tenerle miedo al cambio. Habrá que ver cómo se deciden. Esa es la batalla que tendrá que enfrentar cualquier participante del balotaje que vaya contra Milei.
En ese momento, creo casi indistinto que vaya Bullrich o Massa, porque van a tener que construir un nuevo escenario electoral en base a este dato que te estoy diciendo.
Puede ser que, desde el punto de vista de la racionalidad de los espacios “izquierda-derecha”, Bullrich tenga más posibilidades electorales que Massa, que está circunscripto al peronismo, pero no me parece que esté funcionando esa lógica.
Cualquiera de los dos va a tener que presentarle una batalla en términos de agigantar el miedo a lo aventurado, y cualquiera de los dos va a estar en una posición difícil porque el repudio a la continuidad es grande.
Hay una ventaja que tendría si su competidor fuera Sergio Massa, que le podría desestabilizar la economía y echarle la culpa, cosa que no sería lo mismo con Bullrich. Hay un punto en el que el “talón de Aquiles” de Massa es que es el conductor económico hasta el fin del mandato.
También tiene la desventaja relativa de que, si emprendiera la desestabilización de la economía, le daría argumentos a quienes agitan contra él. Yo diría que el motivo del miedo empezó a surgir más marcadamente a partir de ciertas declaraciones de Milei.
No se cuán grande es ese motivo, no estoy arriesgando nada porque no lo tenemos mesurado.
¿A Macri le convendría un gobierno de Patricia Bullrich o uno de Javier Milei? ¿Qué cree que sería mejor para él?
Desde la cabeza de Mauricio, si tratamos de pensar qué pondría pensar él que es mejor, creo que Macri está dividido entre dos opciones: una racionalidad económica que exige conceptos como los de país, sociedad, instituciones, empresas, tejidos productivos, punto de vista desde el cual consideraría mejor que ganara Bullrich; o bien otra lógica más puramente política que se autonomiza de la economía.
Una lógica que tiene ambiciones refundacionales, de reivindicación histórica de su propio mandato y posición. Entonces, ahí, él piensa que le convendría que ganara Milei para reestructurar todo desde arriba.